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martes, 4 de noviembre de 2008

De la mano de una asociación privada, el microcrédito llega al sur de Portugal


(Mundo Microfinanzas) Desde el primero de septiembre pasado, la Asociación Nacional de Derecho al Crédito de Portugal (ANDC) está establecida en la Universidad de Algarve (UALg), en Gambelas -distrito de Faro, al sur del país, sobre el Océano Atlántico- con objetivos claros: fomentar el microemprendimiento productivo y sacar a las personas de la pobreza y la exclusión social.

Elisabete Veiga, agente de microcrédito de ANDC en Algarve, explicó que el microcrédito es un instrumento que auxilia a las personas que no tienen acceso al crédito en la banca por carecer de garantías: “son personas desempleadas, que tienen trabajos precarios, son pobres o están transitando el final de un contrato”.

Para recurrir a este beneficio es necesario tener un proyecto de negocio y demostrar la imposibilidad de conseguir crédito en los bancos comerciales. Posteriormente, se hace un estudio de mercado, con la finalidad de evaluar la viabilidad de la propuesta.

“Si se considera viable, avanzamos en el proceso. Pero sólo si consideramos viable la idea, ya que no queremos dejar a las personas peor de lo que están”, explicó Veiga en declaraciones al diario Observatorio do Algarve.

El microcrédito se basa en la confianza entre los emprendedores y la ANDC, por lo cual toda garantía es innecesaria. La Asociación asume la responsabilidad ante los bancos y existe un fiador responsable por el 20 por ciento del capital.

En caso que el microempresario no consiga pagar el crédito, el fiador responderá por el 20 por ciento. Sin embargo, antes de llegar a ese punto, se hace una reformulación del crédito, alargando el plazo de pago.

Algunas de las áreas que demandan más solicitudes de microcrédito en esta región del sur de Portugal son: construcción civil, construcción y reparación naval, tiendas comerciales y talleres artesanales, entre otras. “El microcrédito le ha cambiado la vida a mucha gente de nuestro país”, señala Veiga.

Entre algunas de las experiencias con microcréditos de la Asociación, figura la de António Resende, que gracias a este auxilio pudo abrir una tienda de venta de mariscos en el balneario Quarteira.

Conoció la opción de ANDC y no lo dudó: eludió la burocracia de la banca formal y obtuvo tasas de interés más bajas.

El comercio de Resende está abierto hace poco menos de un año y las expectativas iniciales aún no han sido satisfechas: “La culpa es de la crisis y también por razones estacionales. Este tipo de negocio trabaja bien en verano y en navidad. Ahora tengo que tratar de mantener la puerta abierta hasta el próximo verano”, sostuvo el comerciante ante la requisitoria de el Observatorio.

También es el caso de Vânia, una joven de Olhão, que abrirá este mes una zapatería y bisutería, para lo cual solicitó un crédito de 5 mil euros. El reembolso mensual del préstamo, a tres años, asciende a los 160 euros.

“Estoy desempleada desde hace algún tiempo y tenía ganas de tener mi propio negocio. Pero para pedir un crédito a los bancos es necesario un contrato de trabajo”, aclaró la joven emprendedora.

En ambos casos, los microempresarios reconocen que existe siempre un riesgo de que el negocio falle, pero tienen presente la responsabilidad por el pago del préstamo: “Tenemos que pagar. Si no a través del rendimiento del negocio, será a través del trabajo en otra ocupación. Si asumimos una responsabilidad hay que cumplirla”, coincidieron ambos.

La ANDC es una asociación privada sin fines de lucro, fundada en 1998. Tiene agencias en Lisboa, Porto, Vila Real, Coimbra y Alentejo. Desde hace algunas semanas, se sumó Algarve para reforzar la actividad en el sur portugués.

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