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Este blog de microfinanzas comenzó a actualizarse el 1 de febrero de 2008 y se cerró el 30 de noviembre de 2015.

martes, 31 de marzo de 2015

Iskenderian: "Tenemos que ser mucho más exigentes en cuanto al tipo de inversores"

Mary Ellen Iskenderian en un evento de la WWB en octubre de 2011 en Nueva York
(foto: Women's World Banking)

(Por Helen Morgan, Textos recobrados de MicroDinero) Mary Ellen Iskenderian, presidente y CEO de Women’s World Banking (WWB), expuso sus puntos de vista sobre el futuro de las microfinanzas luego de la reciente dimisión de Muhammad Yunus al frente del Grameen Bank, pionero en el microcrédito. La ejecutiva habló en una entrevista exclusiva con MicroDinero.

MicroDinero: Tomando en cuenta los problemas políticos de Muhammad Yunus y el Grameen Bank en Bangladesh, y las dificultades experimentadas por el sector microfinanciero en la India luego de la crisis en el estado de Andhra Pradesh, ¿cuál es su opinión acerca de la actual situación de las microfinanzas?

Mary Ellen Iskenderian: Bien, aquellas situaciones han producido definitivamente un cimbronazo en la industria, de manera injusta en ambos casos. En lo que hace al conflicto de Muhammad Yunus con el gobierno, pienso que fue políticamente motivado, expresamente orientado hacia el contexto político de Bangladesh. Es realmente lamentable que haya tenido un efecto de reverberación, porque responde a una circunstancia localizada. Y es particularmente desafortunado que ello ocurra en un país donde uno puede ver los efectos apreciables y notorios que han tenido las microfinanzas. Uno ve allí la penetración sumamente profunda en la población pobre que recibe servicios de microfinanzas y ve hogares que cambiaron ostensiblemente como resultado de aquellas intervenciones.

En Andhra Pradesh, las fuerzas políticas se vieron inquietadas por el modo como crecieron las microfinanzas, en parte porque sus propios programas microfinancieros resultaban menos atractivos como consecuencia del ingreso de jugadores más eficientes y comerciales. Siento que la salida a bolsa de SKS fue el fósforo que encendió el tinglado que había sido dispuesto por el gobierno de AP.

Creo que las recomendaciones del RBI no fueron lo restrictivas y draconianas como habíamos temido. Pienso que tendrán un efecto drástico en el sector, que para muchas IMFs de la India será muy dificultoso mantenerse sustentables sobre la base del modelo impuesto por el RBI. Pero se puede ver el vaso medio vacío o medio lleno. Al fin no fue tan malo como podría haber sido o como las recomendaciones originales del Comité Malegam propugnaban.

En términos generales, creo que una lección importante ha sido que muchos profesionales e instituciones de la red WWB han agudizado su sensibilidad a las interferencias políticas, reconociendo que deben mantenerse en buen trato con los políticos, pero sin dejar que interfieran en sus empresas. Pienso que es muy positivo el hecho de que en la mayoría de los países estemos yendo hacia modelos de microfinanzas más regulados, que puedan moderar interferencias políticas severas. Pero, tú sabes, si el primer ministro quiere interponerse no hay regulador que pueda impedirlo.

Pese a todo, la industria sigue muy fuerte. Estamos asistiendo a tasas de crecimiento pre-crisis en toda nuestra red, con un crecimiento de más del 30%. Pienso que es un crecimiento más controlado que el que podría haberse registrado antes de que todos estos hechos ocurrieran. Pero esta es todavía una industria muy efervescente.

MD: ¿Cree que las informaciones difundidas en los últimos meses contra el Grameen Bank de Bangladesh pueden comprometer la credibilidad de las microfinanzas en el mundo?

MEI: Pienso que está a salvo. En todo caso lo que podría verse amenazado -y no vinculo esto con una crítica al Grameen Bank o al Profesor Yunus- es el modelo de préstamo grupal, de créditos relativamente pequeños. Si comenzamos a ver la promesa de las microfinanzas, y no ya sólo el microcrédito, tendremos allí lo que realmente surge con fuerza. Hay que intentar que se autoricen productos y una gama de servicios de seguro y pensión con precios y modalidades acordes a la población de bajos ingresos; estas personas tienen diferentes comportamientos financieros. Así pues, el viejo modelo de la pequeña línea de crédito que hace cambiar la vida de la mujer emprendedora, creo que ese modelo, definitivamente, se está modificando.

MD: ¿Cuál cree que será finalmente el modelo de negocio de microfinanzas que triunfe? ¿El modelo social sin fines de lucro?, ¿o el modelo con altos retornos para los inversores?

MEI: Creo que es necesario que sea un negocio social. Un modelo de microfinanzas exitoso siempre tomará en consideración su alcance social y su impacto social. Los inversores que buscan altos retornos en microfinanzas pueden hacerlo, hay todavía algunas inversiones extraordinariamente remunerativas. Pero yo espero que ese no sea el modelo al que se apegue la industria y que nos volvamos mucho más exigentes en cuanto al tipo de inversores y sus expectativas en relación con las instituciones microfinancieras. Las instituciones en la red WWB se han vuelto mucho más conscientes en asegurarse un alineamiento de intereses. Que la búsqueda de beneficios, la sustentabilidad y el impacto social vayan por el mismo canal. A mí me gustaría ver multiplicarse la rentabilidad del sector.

MD: ¿Cómo definiría el modelo propuesto por WWB? ¿Cree que sigue ese ejemplo?

MEI: Estamos desde luego intentándolo. Una cosa que nos hemos comprometido en nuestra red es no concebir productos que pongan en riesgo la sustentabilidad. La sustentabilidad está en el corazón de una institución exitosa. Pero también estamos dedicando mucho tiempo y atención a garantizar que los productos diseñados se ajusten a las necesidades de, en nuestro caso, la mujer. La WWB tiene el Centro para el Liderazgo en Microfinanzas, que está abierto a las 200 IMFs mejor rankeadas del mundo, no sólo para las que integran nuestra red, y el modelo de liderazgo que estamos inculcando, junto con la Wharton School, insiste mucho en que los líderes de las instituciones alcancen altos desempeños financieros en equilibrio con la misión social. De modo que se trata de un modelo de liderazgo muy explícito en cuanto a equilibrar ambas cosas.

MD: ¿Piensa que ha habido progresos o contratiempos en los últimos años en relación a la conquista de los derechos de la mujer para tomar iniciativas en la producción económica?

MEI: Creo que hay mucha gente que está bastante frustrada por la falta de progresos y tú puedes ver, cuando analizas indicadores de género en el World Economic Forum o del Banco Mundial, que hay todavía resultados bastante desalentadores en términos de participación económica de la mujer. Entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aquellos enfocados en la mujer son los que avanzan más lento aun cuando, al mismo tiempo, advierto que hay más atención y conciencia sobre el valor de invertir en muchachas, en mujeres, debido al impacto, al efecto multiplicador que logras, ya que llegas al resto de sus familias o al resto de sus comunidades. Pero me gusta creer que estamos en la antesala del progreso, porque ciertamente la conciencia sobre estas cuestiones es muy grande.

MD: ¿Cómo cree que podría ser afectada la mujer hoy, con la situación actual de la industria?

MEI: Lo que realmente nos preocupa en todo esto de que los gobiernos estarían intentando interferir con el sector microfinanciero, es que las mujeres quedarían a expensas de las mismas opciones, malas y limitadas, que tenían antes del surgimiento de las microfinanzas y muchas se verían obligadas a tomar dinero de créditos caros, de usureros, o con metodologías informales. Estos negocios siempre se han mantenido activos y saludables pese al crecimiento de las microfinanzas y pienso que irían prestos a llenar ese vacío. Tú no puedes en verdad hacer un plan de negocios si tienes un capital caro y limitante, que acabarás por reembolsarlo hasta el fin de los días. Así que creo que se trata de una cuestión de elección. Y lo que a mí particularmente me entusiasma con el desarrollo de las microfinanzas es que verdaderamente abres las opciones financieras de los hogares.

Este artículo se publicó originalmente el 28 de mayo de 2011 en MicroDinero (traducción de Martín Páez Molina)

Metodologías grupales de crédito: La contragarantía confundió a mujeres en la India

Grupo de mujeres clientes de la microfinanciera india ESAF

(Textos recobrados de MicroDinero) Mary Ellen Iskenderian, presidente y CEO de la Women’s World Banking (WWB), es una de las voces líderes en la industria de las microfinanzas. Su organización es la mayor red de instituciones y bancos microfinancieros del mundo.

En una reciente entrevista con The Source, uno de los blogs de la red digital del The Wall Street Journal (Five Lessons for the Microfinance Industry), Iskenderian identificó y respondió a temas candentes que han surgido en la industria de las microfinanzas en los últimos años.

Un gran desafío para la industria, explicó, es evitar situaciones como la crisis de Andhra Pradesh, en la India, en las cuales reportes de suicidios de prestatarias que no pudieron cancelar sus créditos llevó al gobierno a tomar duras medidas en materia de regulación.

En este caso, Iskenderian asigna gran parte de culpa al sistema de reciprocidades, donde el dinero se presta al individuo pero el crédito tiene el aval del grupo. La responsabilidad de la contragarantía, explicó la directiva, genera una formidable presión social sobre la prestataria al momento de tener que cancelar su crédito, llevando incluso en casos extremos al suicido cuando no puede cumplir con su compromiso.

“Hubiera sido más seguro si sólo ellas se hacían responsables del crédito a su nombre”, dijo Iskenderian.

Otro punto importante es monitorear los créditos que se solicitan para consumo antes que para actividades empresariales. Esto no siempre es negro y blanco, explicó la ejecutiva de la WWB. Muchos créditos utilizados para mejorar estándares de vida, en particular entre los muy pobres, contribuyen directamente a la actividad financiera de una familia.

“En la mayoría de los casos el primer cambio es pasar de un piso de barro a otro de madera. El impacto en la salud que este solo hecho conlleva para la familia es enorme y considerarlo como una mera mejora del hogar es subestimarlo”.

La líder de la red se refirió también a la diferencia entre empleo e iniciativa emprendedora (jobs vs entrepreneurship), reconociendo que “no todas quieren ser una emprendedora”. Para Iskenderian, el movimiento de las microfinanzas debe concernir a la inclusión financiera, la cual puede traducirse en capacidad para emprender pero sin excluir otros aspectos de las finanzas personales.

“Mi visión de las microfinanzas es más de inclusión financiera que un modo de iniciativa empresarial. Hemos comprobado que la combinación de ahorro, educación, crédito y un pequeño seguro hace una gran diferencia”, dijo.

También se refirió a si la mujer debe continuar o no siendo el foco de las microfinanzas. Algunos se preguntan si este enfoque estaría creando un sistema descompensado que tal vez pone demasiada atención en la mujer. Pero Iskenderian considera que darle a la mujer roles financieros activos es, en general, más consistente con las normas culturales de los lugares donde las microfinanzas se están desarrollando.

“El ahorro, incluso en las sociedades más tradicionales, es un rol de género respetado para la mujer. Ellas son las administradoras financieras de los hogares”, afirmó.

Cuando la mujer dispone de un “ingreso excedente”, continuó, tienden a invertirlo en cuidado de la salud, educación o mejoras para el hogar. Las que sobreviven a la edad fértil tienen además mayor probabilidad de vivir más que los hombres.


Publiqué este artículo el 26 de julio de 2011 en MicroDinero

lunes, 30 de marzo de 2015

Innovaciones tecnológicas para la inclusión financiera: La novedad, los interrogantes

Stand del programa TEC-IN en el Foromic 2011. Nueva convocatoria en 2015.
(foto: MicroDinero)

(Textos recobrados de MicroDinero) Difícil sustraerse al atractivo de iniciativas que unen tecnología e innovación al servicio de la inclusión financiera, al menos desde sus propósitos.

Sin dudas fue uno de los temas más interesantes y transitados del Foromic 2011, que concluyó la semana pasada en San José de Costa Rica. El evento contó con la presentación del programa Tecnología para la Inclusión Financiera y las “12 Nuevas ideas para llegar mejor con finanzas inclusivas”, auspiciado por el Fomin, el BID y la Corporación Andina de Fomento (CAF).

Los proyectos seleccionados introducen algún tipo de tecnología (típicamente banca móvil) en el marco de alianzas en cuyos diseños intervienen intermediarios financieros, operadores de telefonía móvil, empresas de pagos, redes de corresponsales no bancarios (CNBs) y terminales POS (puntos de venta), plataformas online, medios de comunicación, entre otros actores.

Las metas perseguidas difieren en su alcance, precisión e implementación, pero más o menos tienen en común el propósito de brindar servicios financieros seguros a comunidades pobres o de bajos ingresos, en su mayor parte de áreas rurales, que van desde el crédito, ahorro, seguro, remesas, entre otros.

Los doce proyectos seleccionados (2 de Uruguay, 2 de Bolivia y 1 de Chile, Paraguay, Brasil, Colombia, Honduras, República Dominicana, México y Bahamas, que recibirán financiamiento del Programa) son los siguientes:

- Banco Hogar (Banco Estado, Chile): Ofrecer servicios bancarios e información de interés para hogares y microempresas aprovechando ventajas de la televisión digital e internet.

- MUDE (Mujeres en Desarrollo Dominicana): Fortalecer inclusión financiera a mujeres de cuatro provincias del suroeste de República Dominicana a través de corresponsables no bancarios y plataforma peer to peer para captar donaciones).

- Corresponsables No Bancarios de Bancolombia: Ampliar red de CNBs a través del uso de tecnología celular.

- Santander-Micropagos, Uruguay: Creación de un ecosistema integrado por el Banco Santander, operadores móviles y la empresa de transacciones de pagos móviles Micropagos, para el desarrollo del microahorro rural.

- Nube Roja (Fundación Profin, Bolivia): Microfinanzas rurales a través de CNBs y oficiales móviles con dispositivos tecnológicos y dinero móvil.

- Minisucursales, México: Servicios financieros para pobladores rurales del sureste mexicano (Chiapas) vía negocios adheridos a la red de confianza de Solución Asea -entidad regulada- empleando tarjetas de banda magnéticas y uso de NIP para la seguridad de la información.

- Billetera Personal, Paraguay: Bancarización de usuarios de Personal mediante alianza con entidades bancarias.

- Tigo Money, Honduras: Facilitación de remesas y pagos a través de telefonía celular en 160 municipios de baja o nula bancarización, en alianza con bancos o cooperativas.

- Viva Cash, Bolivia: Extensión de billetera móvil utilizando red de Viva, la empresa telefónica de mayor distribución en el país, en alianza con bancos, buscando capilaridad tanto urbana como rural.

- Cuenta virtual STRO-Fucerep, Uruguay: Ofrecer un mecanismo confiable para que clases medias de bajos ingresos, que han incrementado su capacidad de ahorro, puedan bancarizar sus excedentes a través de una cooperativa regulada, usando tecnología de punta y CNBs.

- Mango, Bahamas: Orientar un servicio de plataforma de pagos electrónica hacia vecindarios acostumbrados al sólo-cash y que carecen de historial crediticio.

- Cignifi, Brasil: Piloto de scoring de crédito no tradicional basado en uso de teléfono móvil, buscando ampliar servicios de crédito y seguro hacia nuevos clientes.

Algunos interrogantes

Estas son sólo algunas de las inquietudes, dudas y observaciones surgidas a partir de los paneles, que sirven para pensar esta cuestión -a priori atractiva-bajo parámetros más realistas:

1- El factor confianza para la expansión de CNBs. Elegir correctamente los corresponsales que se integren a la red, resulta un elemento clave. Los negocios adheridos tienen que ser “vehículos de confianza” que aproxime a clientes no habituados y no propensos a ingresar a un banco.

2- En lo que hace a la red de agentes, una línea de discernimiento entre la verdadera inclusión financiera y una mera transaccionalidad. Cualquiera de estas iniciativas puede fracasar en su misión si no logra disponer esta ampliación de red al servicio de nuevos clientes y, prioritariamente, clientes pobres y de bajos ingresos. Análogamente, esta diferenciación puede plantearse en términos de banca móvil: modelo “aditivo” y modelo “transformacional” (véase artículo Movilidad l-e-n-t-a, de Juan Pablo Dalmasso, MicAméricas, septiembre 2011).

3- No hay modo de aventurarse solitariamente en estos proyectos. Cada uno reclama la participación y la interacción de diferentes operadores (financieros, telefónicos, terminales POS, plataformas, redes de pagos). Los esfuerzos tienen que ser cohesionados y fieles al fin inherentemente social y de desarrollo de estas iniciativas.

4- Las iniciativas de banca móvil suelen partir del presupuesto de que la red de telefonía celular señala un potencial para la expansión de servicios financieros. Cuando se argumenta la viabilidad de tales proyectos, se parte de la premisa de que dado equis porcentaje de penetración de teléfonos móviles (siempre alto) y equis porcentaje de bancarización (siempre bajo)…, etcétera. Como sabemos, los axiomas no se demuestran. Pero sí pueden discutirse. ¿Son homogeneizables el teléfono móvil y su uso para fines financieros?, ¿qué componente hay de una concepción fetichizante de las nuevas tecnologías en estos asertos? (Hay cierto paralelismo de esta cuestión con algunas iniciativas que parten del presupuesto de que la expansión del uso de internet y las redes sociales puede servir para incrementar los hábitos de lectura en niños y adolescentes, no habituados ni propensos al contacto con los libros).

5- No se mencionó mucho esta cuestión, pero es dable imaginar que cada una de estas propuestas la prefigura: el éxito de las finanzas inclusivas descansa sobre un programa efectivo de educación financiera. Y más: no sólo inculcar en la población el ABC del manejo del dinero, sino atender a los particularismos culturales y lingüísticos de las subregiones que echó por tierra, por caso, más de un proyecto de inclusión financiera en la India.

6- El retraso de América Latina, respecto a otras regiones, en implementación de iniciativas de branchless y banca móvil. Salvo alguna que otra experiencia en desarrollo de corresponsales, la región adolece de creatividad en prestación de servicios financieros de inclusión que no esté basada en los modelos tradicionales. Si bien se circunscribieron éxitos en Asia y África a condiciones de mercado muy específicas y hasta excepcionales (la banca móvil en Kenia se desarrolló en el contexto de una guerra), las doce iniciativas presentadas en el Foromic prácticamente tienen el carácter de pioneras. Hay mucho por transitar.

Publiqué este artículo el 16 de octubre de 2011 en MicroDinero


Nota del Editor: El Fomin acaba de abrir una nueva convocatoria del programa de Tecnologías para la Inclusión Financiera en América Latina y el Caribe (TEC-IN). Las instituciones que desean postular su interés para obtener financiamiento tienen tiempo hasta el 30 de abril de 2015. 

Tecnología para microfinanzas: "Marcado interés en la movilidad"

Óscar Emo: "Seguimos viendo una industria de microfinanzas muy boyante"
(foto: MicroDinero)

(Textos recobrados de MicroDinero) La empresa de servicios y tecnología para la industria financiera Sysde tiene base en Costa Rica y como tal hizo sentir su hospitalidad en el pasado Foromic, encargándose del Punto de Encuentro del evento organizado por el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin).

La firma dispuso su stand junto a este sitio privilegiado, donde convergían continuamente los participantes del foro para sus reuniones de negocios o de simple socialización, con lo cual tuvo una intensa actividad en responder a inquietudes, necesidades y requerimientos de las instituciones del sector microfinanciero.

Microdinero dialogó con el CEO de Sysde, Óscar Emo, quien aseguró que “lo que seguimos viendo es una industria de microfinanzas muy boyante, con muchas ganas de hacer las cosas. Vemos claramente una necesidad tecnológica como una plataforma de crecimiento, de habilitación de canales, de aumentar el ámbito de cobertura a poblaciones de escasos recursos”.

En relación a por dónde pasaron mayormente los intereses de la gente que se acercaba al stand, el directivo destacó dos cosas: banca móvil y soluciones en nube.

“Hemos visto intereses bastante marcados en aspectos como la movilidad, lo que es el uso del celular para aumentar la cobertura geográfica sin necesidad de oficinas. Hemos visto también bastantes inquietudes alrededor del concepto de cloud computing, o sea, de no tener necesariamente los servidores, toda la infraestructura alojada en las instituciones. Adicionalmente hemos visto mucho interés también en nuevas tecnologías, donde se está buscando tener costos más eficientes en la operación y cómo mejorar el servicio”.

En banca móvil la empresa ofrece distintas soluciones: “Desde las más tradicionales alrededor de plataformas web y dispositivos web, muchísimo enfoque también en lo que es celular, cómo convertir cada celular en una oficina donde a los ejecutivos de campo se les pueda dar un mecanismo para tener acceso de bajo costo a todos los potenciales servicios”, comentó Emo.

Y añadió que “lo que hemos tratado es de buscar una oferta de soluciones tecnológicas que cubran básicamente esas necesidades, de manera que podamos ofrecer tecnologías innovadoras que permitan realmente trabajar en las áreas que las IMFs nos están pidiendo”.

El Foromic sirvió de marcó también para el lanzamiento latinoamericano de Mambu, “una solución con tecnología alemana, de hecho está totalmente desarrollada en Alemania y lo que permite es tener la solución completa para el manejo de una actividad crediticia a través de web, con un modelo de cloud computing donde las organizaciones se olviden de sus sistemas de infraestructura y pueda dar, con un bajísimo costo mensual, la posibilidad de tener un software de clase mundial operando en esas instituciones”.

Con 20 años de existencia, Sysde es proveedora de servicios y tecnología para instituciones financieras en 26 países de Centroamérica, el Caribe, Europa y África. En particular se ha especializado en los mercados de fondos de pensión, microfinanzas, banca e instituciones de intermediación financiera.


Publiqué este artículo el 20 de octubre de 2011 en MicroDinero

viernes, 27 de marzo de 2015

Brusca desaceleración: El enigma Unitus


(Textos recobrados de MicroDinero) Se trató de uno de los acontecimientos más enigmáticos en la industria a lo largo de 2010: el abrupto anuncio de Unitus del cese de sus operaciones microfinancieras y el despido de su personal, justo un día antes del debut en los mercados de inversión de SKS en la India.


Casi seis meses después de aquella noticia, Unitus -con sede en Seattle- publicó en su página cuál es el estado de situación de la organización y su futuro curso de acción.

La comunicación, firmada por cinco miembros de su junta directiva (incluyendo a cuatro co-fundadores), está escrita en primera persona del plural y dirigida en forma de carta a aportantes y colaboradores. Tiene como título un breve Update from Unitus (“Actualización de Unitus”).

Allí, los directivos afirman que la misión de la organización, pese a los cambios de enfoque, seguirá siendo la misma: “reducir la pobreza global a través del empoderamiento económico”. Expresan disculpas por el modo como se comunicó la decisión de reembarcarse hacia otros rumbos, hacen una sucinta evaluación de los programas que estaban en marcha al momento del cierre y cómo se están completando y aseguran que la IPO de SKS, en el mercado de Bombay, no tuvo ninguna relación con los avatares de Unitus. Si bien reconocen que algunos de sus directivos, en tanto inversores del Unitus Equity Fund, obtuvieron importantes ganancias con la venta de acciones de la IMF india, todo ese dinero será reinvertido en causas benéficas.

A continuación, párrafos salientes de la carta de los directivos de la organización:

“Durante casi diez años, Unitus identificó el potencial para catalizar drásticamente la expansión del suministro de microcrédito de calidad, y en consecuencia desarrollar y desplegar una metodología que llamamos ‘aceleración del microcrédito’. Nos vemos a nosotros mismos como catalizadores de la industria de las mircofinanzas, esperando que nuestras metodologías y prácticas puedan ser adoptadas en toda la industria. Estamos orgullosos del impacto sustancial, concreto y positivo que hemos sido capaces de hacer con su apoyo a las operaciones y escala de nuestros 22 socios microfinancieros”.

“Después de un reexamen concienzudo, concluimos a comienzos de este año que habíamos alcanzado nuestro objetivo específico con las microfinanzas: demostrar su escalabilidad y viabilidad comercial, expresado en el flujo de capital comercial orientado hacia esta crucial herramienta de disminución de pobreza. Nuestra decisión de recortar (curtail) proyectos adicionales de ‘aceleración del microcrédito’ se basaron en sólidas recomendaciones del staff de Unitus, y de otros respetables expertos en microfinanzas, acerca del suficiente capital comercial ya disponible en muchas regiones para alimentar el crecimiento de las microfinanzas, con nuevos proveedores ingresando permanentemente en el campo. Al comprender esto, sentimos que debíamos ser muy cuidadosos en cómo continuaríamos comprometiendo los preciosos fondos de donantes para una estrategia que ya había logrado en gran medida su intención”.

Fue así, según la carta de la junta de Unitus, que debieron adoptar la “penosa decisión” de desprenderse de empleados, dar de baja algunos proyectos y “cerrar un capítulo de diez años de liderazgo de Unitus en microfinanzas”. Por penoso que haya sido, los directivos consideran que tomaron una decisión correcta, si bien reconocen que en su momento fue mal comunicada.

“Si bien tratamos de hacer este cambio de manera totalmente cuidadosa y profesional, entendemos que cometimos errores en la forma en que tal cambio fue anunciado e implementado. Pedimos disculpas por los rencores (ill feelings) o interpretaciones erróneas (misperceptions) que esto pueda haber causado dentro o fuera de la organización Unitus. Podríamos y deberíamos haber hecho una mejor ejecución de este cambio organizacional”.

Desde julio en adelante, continúa la comunicación, Unitus ha avanzado en el cierre de sus programas de microcrédito y se ha redireccionado hacia nuevas oportunidades. Informa que, en esta transición, los trabajos pendientes de resolución se harán mediante otras organizaciones idóneas.

En lo que atañe a los programas de Unitus de aceleración de microfinanzas, la estrategia de estos meses ha sido centrar la atención en el apoyo a las IMFs menos desarrolladas, particularmente en África, proveyendo fondos para microcréditos y servicios de asesoramiento (tecnología, recursos humanos, marketing, planificación estratégica, etc).

Respecto a su iniciativa de gestión de desempeño social, los directivos de Unitus señalan que en los últimos meses completó sus tareas con tres IMFs asociadas y trasladó su programa a MicroSave, en la India, que de aquí en más tomará las riendas de la iniciativa.

En relación a los programas con población en extrema pobreza, completó sus pilotos en la India y sudeste asiático y desarrolló un plan para completar metas en 2011 (sin especificar).

En lo que hace al vínculo con los donantes, Unitus manifiesta que ha trabajado directamente con ellos a fin de cumplimentar proyectos específicos, en algunos casos recurriendo a otras organizaciones que completarán el trabajo; se trabajó además con donantes con compromisos incumplidos para atender a sus preocupaciones (no se detalla).

El costo de su funcionamiento interno, según se explica en la carta, se ha visto reducido drásticamente luego de la baja de su personal (a quien se indemnizó y se extendieron beneficios médicos, afirman) y disminución de gastos operativos. La oficina en Nairobi fue cerrada y se redujo la atención en Bangalore. Se ha intentado subarrendar la oficina en Seattle.

SKS

“Como parte de nuestra estrategia de aceleración del microcrédito, Unitus creó un fondo de inversión privado en microfinanzas, primero en su tipo, llamado Unitus Equity Fund (UEF) en 2006. La recaudación de los fondos fue difícil, ya que nadie ha producido retornos comerciales de este tipo de fondos. Con el fin de demostrar el compromiso con este concepto, los miembros directivos se pusieron a la cabeza, a través de inversiones de organizaciones caritativas y de su propiedad. La mayoría de los que invirtieron tenían fuertes dudas sobre alguna rentabilidad -siquiera de recibir un retorno de su capital de inversión-, pero estaban comprometidos con el concepto pionero para una nueva categoría de inversión social. Así que asumieron el riesgo. En total, UEF recaudó US$ 23 millones de inversores que habían dado su apoyo a nuestra misión de impacto social. UEF luego invirtió en IMFs promisorias, de alto riesgo y en sus primeras etapas de desarrollo, principalmente en la India. A comienzos de este año, UEF fue capaz de vender parte de sus acciones en la oferta pública inicial (IPO) de la microfinanciera SKS, redundando en retornos para los inversores de UEF”.

“Luego de una inversión de US$ 187.000 y de cuatro años y medio de gestión de inversión activa de UEF, Unitus Investment Management (subsidiaria sin fines de lucro de Unitus) recibió US$ 2,8 millones en la distribución. Las organizaciones caritativas y de propiedad ligadas a los miembros de la junta directiva de Unitus invirtieron US$ 1,6 millones en UEF y recibieron US$ 2,5 millones en la distribución, una ganancia total de cerca del 56% (o 12% por año)”.

“Los inversores caritativos ligados a la junta son, y han sido desde un principio, legalmente obligados a destinar todas sus ganancias de UEF a sus misiones. El inversor propietario afiliado a la junta se ha comprometido a reubicar todas las ganancias de UEF a los propósitos de desarrollo económico y reducción de la pobreza. O sea, ninguna porción de los retornos de los recientes eventos de mercado de SKS han sido o serán utilizados para ganancia personal de ninguno de los miembros de la junta de Unitus”.

“Algunos se preguntaron si la IPO de SKS influyó en el timing de nuestra decisión de redirigir nuestros esfuerzos. Lo cierto es que no. Nuestra decisión ha sido tomada exclusivamente en virtud del mejoramiento del acceso a fondos comerciales en la industria de las microfinanzas”.

Sobre los nuevos enfoques, Unitus afirma que se encuentra actualmente explorando un área llamada “desarrollo de sustento” (livelihood development), identificando y apoyando a empresarios que crean oportunidades para que hombres y mujeres pobres incrementen su capacidad de generar ingresos.

“El microcrédito ha provisto capital de trabajo para que millones de microempresarios incrementen sus ingresos, pero llega hasta aquí. Estamos cada vez más entusiasmados en que las innovaciones del livelihood development podría ser la próxima gran oportunidad con la que Unitus pueda aprovechar para impactar espectacularmente en la pobreza global. Esperamos poder brindar más detalles de nuestro nuevo enfoque y estrategias a comienzos de 2011”.

La carta se cierra con un Thank You! a todos los que apoyaron a la organización en estos diez años: socios, staff, voluntarios y directivos.

Firman Dave Richards (tesorero de la junta de Unitus y director ejecutivo interino), Joseph Grenny (cofundador y presidente de la junta), Mike Murray, Bob Gay y Tim Stay (cofundadores y directores).

Publiqué este artículo el 30 de diciembre de 2010 en MicroDinero

Interrogantes y tribulaciones en Seattle


(Textos recobrados de MicroDinero) Seattle, estado de Washington, en el extremo noroccidental de los Estados Unidos, se ha convertido en una caja de resonancias estratégicamente posicionada para recabar, procesar y manufacturar todo el acontecer global de las microfinanzas. No sólo ha sido base para la instalación de firmas líderes en la industria (Unitus, Global Partnerships, Grameen Foundation, en este último caso con su sede compartida con Washington D.C.), sino que al parecer algo de su centro de gravitación geográfica atrae desde allende el Pacífico las corrientes, unas veces simplemente innovadoras, otras disruptivas, que ponen en entredicho la definición de microfinanzas, su fundamento (filosófico, económico, moral), su viabilidad, su posibilidad de seguir siendo considerada como antídoto contra la pobreza.

Tom Paulson
Todo comenzó en Asia. Las primeras experiencias de grupos solidarios en Bangladesh, con el trabajo pionero del proyecto Grameen de Muhammad Yunus, en los años ’70, fundaron un modelo que hoy mismo atraviesa en la India un estado de shock con los lamentables sucesos de Andhra Pradesh. El fundador de SKS, Vickram Akula, ha transcurrido este segundo semestre de 2010 por un vértigo de estados anímicos, capaces de destartalar al hombre más equilibrado e impasible: de la euforia a la zozobra, del éxito a la caída. Del glamour asociado al joven emprendedor y millonario, a la incertidumbre por una eventual sanción judicial. Hace pocas semanas, en Nueva York, junto a líderes mundiales, defendiendo modelos comerciales para su empresa que venía de sacudir la bolsa de Bombay; hoy, en Hyderabad, expuesto a denuncias por conductas abyectas de oficiales de SKS, que habrían provocado el suicidio de prestatatarios, mortificados por sus deudas.

Con este trasfondo, la Seattle University propuso días pasados un panel donde se discutió qué son hoy las microfinanzas a la luz de sus últimos avatares. La explosión de organizaciones microfinancieras que, en procura de maximizar ganancias, genera preguntas sobre si ello amenaza su credibilidad como esquema anti-pobreza. ¿No son los objetivos sociales los que debieran estar en la base de su existencia?, ¿o es que una gestión comercial atrae a más inversores y con ellos la posibilidad de llegar a muchos millones de pobres que hoy carecen de servicios financieros? Tales interrogantes refrescan en Seattle el confuso episodio ocurrido este año con el cierre de la unidad microfinanciera de Unitus, una de las más activas movilizadoras de inversiones para el sector: su abrupto cierre y la enigmática reorientación de su metodología.

El panel contó con representantes de las microfinanzas de Seattle: Rick Beckett, presidente de Global Partnerships; Ed Bland, presidente saliente de Unitus; y Alex Counts, presidente de Grameen Foundation. Las intervenciones de cada uno permiten acercarnos al pensamiento de tres destacados actores sobre una problemática que ha mostrado en estas semanas contornos dramáticos.

Según relató el periodista Tom Paulson, presente en el debate, las tres organizaciones expusieron sus principales diferencias en torno a la pregunta de qué son las microfinanzas. Por un lado GP y Grameen, del lado del modelo clásico “sin fines de lucro”; por otro lado Unitus, como entidad que busca (o buscaba, todavía no está claro) rentabilidad para los inversores.

Los siguientes fueron los principales conceptos brindados por cada panelista.

Beckett: Grameen Bank en Bangladesh opera como un banco con fin de lucro pero con una clara misión anti-pobreza, de propiedad comunitaria y con un propósito social. La característica distintiva de las microfinanzas es que trabaja claramente con un fin social, por sobre y más allá de la mera gestión de créditos. Global Partnerships, por ejemplo, trabaja en Nicaragua con Pro Mujer. Ellos combinan el otorgamiento de créditos a mujeres pobres con un acceso a servicios de salud y de educación. Los créditos las ayudan financieramente, pero es la combinación de programas financieros, sociales y de salud lo que realmente hace la diferencia. Puede que no haya retorno para el inversionista, puede que los rendimientos financieros se reduzcan, pero no puede faltar un rendimiento social. Las personas que donan a GP pueden aspirar a un retorno en sus inversiones, pero eso es secundario.

Counts: Acuerdo en el sentido de que aquello que distingue a las microfinanzas de otras formas de servicios financieros es su enfoque social. El problema es que SKS puede reivindicar un propósito social -prestar dinero a los pobres- aun cuando también procura hacer ganar dinero a sus accionistas. Creo que SKS se ha desviado ostensiblemente hacia la maximización de ganancias y ha puesto en peligro su pretensión de cumplir con una función social. Grameen Foundation está trabajando junto a otras organizaciones para desarrollar estándares para la industria que midan el impacto social. Pero hasta tanto la industria adopte estos parámetros, una manera de establecer diferencias para el público y los donantes es que las organizaciones microfinancieras socialmente motivadas tienden a poner límites razonables a las compensaciones ejecutivas. La diferencia se da entre quienes hacen microfinanzas con un propósito social, donde uno puede obtener un beneficio pero el principal objetivo es social, y aquellos que hacen microfinanzas fundamentalmente para maximizar ganancias con la expectativa -no con el requerimiento- de que haya un beneficio social.

Bland: Acuerdo en la necesidad de encontrar formas de medir el impacto social de las microfinanzas: cuántos clientes en la actualidad han podido salir efectivamente de la pobreza, mejorar su educación y su salud gracias a las microfinanzas. Pero en última instancia, las microfinanzas trata de cómo conseguir dinero y ponerlo en manos de los pobres. Muchas instituciones sufren a causa de que son pequeñas, no tienen economías de escala y a menudo se quedan sin dinero. La meta de Unitus fue acelerar el crecimiento de estas instituciones, incrementar su estabilidad y conseguir más dinero para los pobres. Estamos hablando de dinero (“The product here is Money”), y el mejor modo de incrementar la masa de dinero es a través de un enfoque comercial más agresivo como el que adoptó SKS. Uno tiene que tomar recaudos para que no haya tanta avidez y restar recursos a los pobres. Pero creo que está bien que los inversores obtengan retornos. Esto incrementa los recursos disponibles para dar más créditos. Otro modo de diferenciar una IMF responsable de otra que no lo es, es observar qué tasas de interés cobran (criticó las tasas que cobra Banco Compartamos, en México). Pienso que se puede operar for profit, dando a los inversores un retorno razonable y sirviendo a objetivos sociales.

El artículo de Paulson de referencia se publicó en el portal Humanosphere bajo el título “Microfinance backlash: Identity crisis, evolution or greedy mission creep?”(“Reacción ante las microfinanzas: crisis de identidad, evolución o codicioso deslizamiento de la misión?”).


Publiqué este artículo el 2 de noviembre de 2010 en MicroDinero

jueves, 26 de marzo de 2015

La pelea por las tasas en México: MFTransparency vs Compartamos

Danel (segundo sentado desde la izquierda) y Waterfield (quinto sentado desde
la izquierda) en el panel que los reunió por primera vez en el foro español
(foto: MicroDinero)

(Textos recobrados de MicroDinero) Valladolid reeditó una de las rivalidades dialécticas más persistentes de la industria: la de Banco Compartamos de México y la organización norteamericana MFTransparency.

La contienda nació luego de la salida a bolsa de Compartamos, en abril de 2007, que hizo de esta operación uno de los éxitos financieros más resonantes del sector de las microfinanzas.

Quiso el programa de la V Cumbre del Microcrédito que los principales contendientes se cruzaran dos veces en sendos paneles. Nos referimos al fundador y CEO de MFTransparency, Chuck Waterfield, y al cofundador y vicepresidente ejecutivo de Compartamos, Carlos Danel.

La disputa pone en el centro de escena la rentabilidad financiera y las tasas de interés cobradas por Compartamos a sus clientes. Su relevancia excede el mercado mexicano, ya que de ella pueden extraerse conclusiones para todo el sector relativas a la actual tendencia hacia la comercialización.

Primer round

El primer cruce se produjo el martes en el taller Is Transparency Enough? What is Fair and Ethical When it Comes to Interest Rates in Microfinance?, donde se discutió un paper del mismo nombre elaborado por Waterfield. Moderado por Elizabeth Rhyne, del Centro para la Inclusión Financiera de Acción (CFI), el documento fue discutido por los panelistas Nadine Chehade, de PlaNet Rating-Líbano y PN Vasudevan, de Equitas, de la India, además de Danel.

El documento, que se tradujo como “¿Es transparencia suficiente? ¿Qué es justo y ético en cuanto a las tasas de interés en microfinanzas?”, es duro contra el sector microfinanciero mexicano y en particular con Compartamos. Allí se menciona el espectacular retorno generado por la emisión inicial (IPO) de Compartamos en 2007 (300 a 1 sobre la base de la inversión inicial), tasas de interés que llegan al 100% anualizado y una elevada rentabilidad pese a los altos costos operativos del mercado mexicano (los gráficos comparan con Perú y Bolivia).

El planteo de Waterfield iba de la matemática a la ética: ¿Cuál es el retorno aceptable para un crédito de USS 5.000? ¿Y cuando el crédito es de 200?”, se preguntaba el autor.

Danel remitió a los Reportes de Transparencia del banco, destacando el crecimiento experimentado en los últimos años y el progresivo descenso de sus tasas de interés. Ello no evitó que se mostrara a la defensiva y encima chanceado por algunos de los asistentes al momento de las preguntas: “¿Quién financia el crecimiento del banco?, ¿los inversores o los clientes?”.

Waterfield también tuvo lo suyo cuando Maricarmen Díaz Amador, coordinadora del Pronafim (fideicomiso con el que se financia a microempresarios en México), lo aguijoneó a que dijera de dónde sacaba los datos de su informe. El directivo norteamericano dijo que del MIX y de información proporcionada por 28 instituciones mexicanas, soportada por documentos y personas reales.

Segundo round

Un día después, Danel y Waterfield volvieron a encontrarse en el marco de la sesión plenaria Initial Public Offerings (IPOs): The Field’s Salvation or Downfall? (“Ofertas públicas iniciales: ¿La salvación o el hundimiento del campo?). Presidida por el director entrante de la Microcredit Summit Campaign, Larry Reed, la mesa puso en debate el documento homónimo preparado por Vickram Akula, fundador y CEO de SKS de la India, y Sanjay Sinha (presente en la discusión), gerente general de la agencia de rating india CRISIL. Junto a Danel y Waterfield, intervinieron como panelistas Stephen Rasmussen (CGAP) y Anne-Marie Chidzero (AfriCap).

Para Danel, las IPOs no constituyen una salvación, pero sí un ingreso de inversores que le aseguren otra dinámica y eficiencia a la entidad. Adujo que en cuatro años y medio desde que Compartamos cotiza en bolsa, el banco pasó de tener 600 mil clientes a casi 2,5 millones.

Y destacó rasgos que no cambiaron desde sus inicios como ONG: sus clientes siguen siendo mayoritariamente mujeres. Así como adquisiciones en su cartera de productos: líneas hipotecarias que antes no tenían, desarrollo de microseguro, piloto de microahorros en el estado de Veracruz.

El ejecutivo dijo que, de una tasa de crecimiento del 35% en los primeros años posteriores a la IPO, ahora el ritmo se encuentra en un 25% y la rentabilidad que demandan los inversores no es inmediata ni impide inversiones como una de US$ 60 millones para una red de corresponsales.

Admitió que es controvertido el ingreso de capitales comerciales que pueden no armonizar con el sentido social de una microfinanciera, pero confió que una buena regulación, buenos principios de protección al cliente y un buen gobierno que mantenga una visión y misión claras, con capacidad de alinear intereses en conflicto, puede hacer de una IPO una herramienta de crecimiento.

A su turno, Waterfield enrostró el tema de la recompensa financiera. Dijo que en Compartamos se dan tasas de retorno sobre capital que no se observan en mercados comerciales. Y que no había seguridad de en qué se invierten los beneficios.

En este sentido señaló la falta de transparencia del banco y de sus accionistas (exceptuó a Acción) sobre cuál es el destino de sus beneficios. Apocalíptico, el fundador de MFTransparency llamó la atención sobre una burbuja de sobreendeudamiento que derivaría en el colapso del mercado mexicano, para cerrar su intervención espetándole a su rival los “Siete pecados sociales” de Gandhi.

El público también jugó su parte en este duelo dialéctico, aplaudiendo o murmurando según las opiniones fueran o no de su agrado. Al final, en el recuento a mano alzada entre los asistentes que propuso el moderador, pareció levemente mayoritaria la opinión de que las IPOs no son ni la ruina ni la salvación, sino una opción aceptable bajo ciertas condiciones.

Pero la polémica seguro no se acabó allí.


Publiqué este artículo el 17 de noviembre de 2011 en MicroDinero

Comercialización vs misión: Yunus-Akula

Davidson, Yunus, Iskenderian y Akula durante el debate neoyorquino
(foto: Clinton Global Initiative)

(Textos recobrados de MicroDinero) Para algunos fue “el debate del año” en las microfinanzas. Para otros, con menos espectacularidad, un cruce de modelos que anticipa la tendencia que viene en la industria.

Por un lado el modelo “social” del Grameen Bank, encarnado por Muhammad Yunus; por otro el modelo “comercial”, personificado en Vikram Akula, fundador de la microfinanciera india SKS, que viene de sacudir la bolsa de valores de su país.

Ambos contendientes se enfrentaron este martes en un panel en Nueva York, en ocasión del meeting anual de la Clinton Global Initiative, convocado bajo la consigna “Obteniendo ganancias de los pobres: Una discusión sobre salidas a bolsa (IPOs) en microfinanzas”. También intervinieron Adam Davidson, cofundador de Planet Money, y Mary Ellen Iskenderian, presidenta y CEO de Women’s World Banking (WWB). Pero inevitablemente la tensión dialéctica entre Yunus y Akula fue lo que se siguió con mayor interés y tuvo mayor repercusión.

A continuación, reproducimos un chisporroteante fragmento donde se cruzan Akula y Yunus. Usamos como fuente una blogger de la revista Forbes, Megha Bahree, presente en el debate neoyorquino. Uno más pragmático, otro más principista, ambos protagonistas parecen igualmente asumir cierta posición redentora de las microfinanzas (véase sobre todo las palabras finales del diálogo).  No sólo la traducción, sino además la transcripción escrita de lo que fue un episodio eminentemente oral, hará perder la riqueza de este intercambio. Pero creemos que igual vale la pena como para apreciar la divisoria de aguas que se ha instalado en las microfinanzas globales.

Muhammad Yunus: Lo primero que hay que hacer es definir qué son las microfinanzas. Se trata de un préstamo de dinero a las mujeres más pobres para actividades generadoras de ingreso, sin garantías, para que ellas puedan salir por sí mismas de la pobreza. Si usted cruza esa frontera, entonces use otro término, porque cuando usted usa la palabra ‘microcrédito’ se presta a confusión. Así, los prestamistas tiburones podrían decir que están dando microcréditos. Yo digo: encuentre un nombre para lo que usted hace. Puede llamarlo BOP credit (“crédito para la base de la pirámide”, en inglés).

Vikram Akula: Yo veo a Yunus como un mentor y, al igual que el Grameen Bank, SKS concede microcréditos para actividades generadoras de ingresos, libres de interés. La pregunta es ¿cómo concebir las microfinanzas de modo tal que no se las neguemos a nadie que las necesite? Accediendo a los mercados de capital. Y sí, las microfinanzas comerciales son una herramienta importante para el acceso inclusivo.

Yunus: Yo no me opongo a las ganancias. Grameen Bank es un banco. El tema pasa por la propiedad. Grameen Bank es de las prestatarias y las ganancias van hacia ellas. Nos oponemos a que el dinero de las personas pobres vaya a alguien más; al menos debería haber una regla que restrinja el porcentaje de ganancia que va hacia otros. Nos oponemos a un beneficio excesivo. Si es el 1-2 %, adelante. Vikram dice que, debido a la falta de fondos, él no puede dar dinero a la gente pobre que lo necesita. Nosotros decimos: comencemos por ver al Grameen Bank. Cada sucursal moviliza sus propios depósitos… Vivimos en un océano de dinero. En lugar de apresurarse a ir a los mercados de capital, apuremos al gobierno para demandar una licencia para la apertura de un banco.

Akula: En Bangladesh hay una ley especial del Parlamento que autoriza a tomar depósitos de los prestatarios. Eso no ocurre en la India. Nuestra urgencia es cómo hacer para llegar a toda la gente que necesita ser alcanzada. Los mercados de capital comercial son el único lugar donde tomar esos fondos. En los últimos doce años, SKS ha llegado a 7 millones de clientes, hemos crecido tres veces más rápido que el Grameen Bank. Ampliar la escala, y hacerlo rápido, es muy importante.

Yunus: Muchas sucursales del Grameen Bank disponen de más dinero en ahorros de los prestatarios que de los créditos pendientes. Tener dinero externo desaceleró nuestro modelo.

Akula: Se puede incrementar beneficios empujando el tamaño de los créditos e incrementando las tasas de interés. Pero los oficiales de crédito de SKS no están pensando en el tamaño del crédito; nosotros queremos dar el monto que sea correcto. Lo lógico sería crear un valor para el gran accionista y que la prestataria pueda tomar múltiples créditos para múltiples productos. SKS ha reducido sus tasas de interés de un 36 a un 24% y en el mismo período la tasa de retorno sobre el capital se elevó de un 5 a un 22%. Usted puede lograr, con elegancia, las dos cosas juntas.

Yunus: Los negocios convencionales tienen su propia lógica, no hay manera de sustraerse a eso. Usted queda atrapado por “otros”, los demás accionistas, y esa es la dirección equivocada. El microcrédito debe entenderse como dinero local. Cuando usted toma dinero de afuera, asume los riesgos, la volatilidad. Podrías hacer lobby con el gobierno para obtener una ley como en Bangladesh. El microcrédito no es gente excitada tomando dinero de los pobres, que es lo que usted está haciendo. Ese es un mensaje completamente equivocado.

Akula: Conseguir una licencia bancaria en la India es casi imposible… Teníamos un problema, que era acceder al capital. Fuimos a los mercados y pudimos conseguir el capital. Una mujer que pide un crédito no se preocupa por quién obtiene beneficios. Lo que ella quiere es tomar su crédito. La de usted es una forma moralmente más pura, pero es un camino largo y situándose muy lejos de ayudar a toda la gente que lo necesita.

Yunus: Usted debe entregarse con paciencia y apasionadamente a lo que persigue. Si no lo intenta, nunca va a suceder. En lugar de eso, va a la solución más fácil.

Akula: Con tres mil millones de personas por rescatar, necesitamos más de un enfoque. Yo tomaré su propuesta y presionaré al gobierno. Pero no creo que sea justo hacer que una mujer pobre espere mientras el gobierno cambia sus leyes.

Yunus: Usted no vino a mí. Yo podría haber hecho lobby por usted.


Publiqué este artículo el 24 de septiembre de 2010 en MicroDinero

Nota del Editor: Pocos meses después de este debate, la crisis sectorial de Andhra Pradesh que arrastró a SKS y la imagen esmerilada de Yunus tras su opaco retiro del Grameen Bank no impidieron, sin embargo, que una y otra posición cristalizaran como polos filosóficos en pugna dentro de la industria.