(Mundo Microfinanzas) Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, el grupo
de países llamado BRICS, tendrían avanzado el proyecto para crear, a partir de
2015, nuevas alternativas de asistencia financiera internacional y de
financiamiento al desarrollo mundial que atiendan a sus intereses.
La creación de esta nueva arquitectura financiera, que se postula como
alternativa al Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, ha sido
comentada este martes por el economista e investigador brasileño José Carlos
Peliano, en un artículo publicado por el portal Carta Maior.
“Controladas por los Estados Unidos y la Unión Europea, esas dos
instituciones multilaterales hace tiempo no reconocen la importancia del grupo en
el escenario internacional ni favorecen condiciones para un papel más positivo
de los BRICS en sus órganos decisorios. De ahí que el grupo ha iniciado
tratativas sobre la necesidad de crear alternativas, un pool de reservas
monetarias en sustitución al FMI y un nuevo banco de desarrollo en lugar del BM”,
asegura Peliano.
El artículo se hace eco de información difundida por la prensa
extranjera, en el sentido de que ya estaría avanzada la propuesta de estructuración del nuevo esquema y los respectivos acuerdos inter-gubernamentales. Las
dos nuevas instituciones serían aprobadas a fin de año y deberían entrar en
funcionamiento en 2015.
El capital previsto para ambas entidades gira en torno a los US$ 100
billones cada una. Ya existen conversaciones entre los miembros del grupo para
la distribución del capital inicial, de US$ 50 billones, como así también
respecto a la localización de las sedes. Todos los países demostraron interés por tener sedes en sus territorios.
En el estado actual de las conversaciones, la distribución prevista de
las reservas internacionales sería la siguiente: China, US$ 41 billones;
Brasil, India y Rusia, US$ 18 billones cada uno; y Sudáfrica, US$ 5 billones.
Las participaciones tienen como base el tamaño de cada economía.
El autor del artículo hace una comparación de los valores que tendrá
este fondo de los BRICS con las reservas del FMI expresadas en derechos
especiales de giro (SDR, en inglés), que alcanzan los US$ 370 billones. “Pero
mientras que los US$ 100 billones del fondo de los BRICS serán divididos entre
los 5 miembros, los US$ 370 del FMI son potencialmente divididos por los 188
miembros”, dice Peliano.
La propuesta del banco de los BRICS, además de escapar de la férrea
disputa por los recursos del Banco Mundial, indica la postura del grupo de
sustraerse a la zona de influencia y dominio de Estados Unidos y de la UE en la
aprobación de proyectos. Los BRICS quieren encaminar sus proyectos sin
injerencia de intereses externos, apunta el economista brasileño. No sólo eso,
sino que busca también que la emergencia de estos nuevos agentes financieros
pueda influir en los demás países, especialmente en los menos desarrollados.
La mira puesta en África
Según el autor del artículo, “la influencia económica y política será
puesta en práctica por medio del financiamiento externo a proyectos de
desarrollo. El continente más observado es el africano, a través de la
asistencia financiera a pequeños y grandes emprendimientos de infraestructura,
desde los básicos a los más complejos”.
“En términos políticos, la ascendencia de los BRICS en África será
inmediata”, vaticina el analista.
En el aspecto económico, Peliano afirma que las empresas de los cinco
países tendrán mercado garantizado como contratantes y proveedoras de
equipamiento, reproduciendo la influencia y preferencia que las empresas
hegemónicas de los EEUU y la UE tienen sobre el FMI y el BM.
En términos de diplomacia financiera, el artículo de Carta Maior asegura
que los BRICS no deberían ausentarse del FMI ni del Banco Mundial, al menos en
un inicio. “No hay razón inmediata para la retirada de sus delegados de esos
foros de negociación internacional. Al contrario, la permanencia del grupo les
da más fuerza y representatividad, pudiendo incluso hasta ver ascender a
algunos de sus miembros a posiciones más favorables de decisión”.
“Países antes llamados en desarrollo, luego menos desarrollados,
posteriormente emergentes y ahora nuevos actores mundiales, comienzan a actuar
como gente grande y a definir con mayor autonomía, en conjunto, sus propios
rumbos y sus relaciones en el escenario internacional. Tienen todo para alterar
el equilibrio de fuerzas en el orden económico mundial vigente, al menos en
cuanto al financiamiento y la construcción de proyectos de desarrollo para sí y
para los países menos favorecidos”, concluye el analista.
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