René Romero en uno de los jardines del Lloyd Erskine Sandiford Centre de Barbados, sede del Foromic 2012 (foto: Mundo Microfinanzas) |
(Mundo Microfinanzas) El Ing. René Romero tiene una reconocida
trayectoria en las microfinanzas de Nicaragua y de América Central. Integra las
planas directivas de la Red Centroamericana y del Caribe de Microfinanzas
(Redcamif) y de la Asociación Nicaragüense de Instituciones de Microfinanzas
(Asomif). Además preside la Sociedad de Inversores para la Microempresa en Centroamérica
y el Caribe (SICSA, con sede en Guatemala) y dirige los destinos de la
microfinanciera rural nicaragüense Fundeser.
Graduado como ingeniero agrónomo en la Escuela Nacional de Agricultura y
Ganadería de Managua, con un doctorado en Ciencias Biológicas en la ex URSS, Romero
tiene más de quince años de experiencia de trabajo junto a micro y pequeños
productores urbanos y rurales, enfocado en los últimos años en las finanzas. El
Foromic 2012, en Barbados, nos dio la oportunidad de dialogar con él sobre la
actualidad del sector en Centroamérica -tras la reciente conferencia de
Redcamif, realizada en Panamá- y sobre cómo ha quedado la industria en
Nicaragua, tras la traumática saga del movimiento de deudores No Pago, y las
enseñanzas que estos episodios dejaron.
Mundo Microfinanzas: ¿Cuál es el balance luego de la conferencia de
Redcamif en Panamá?
René Romero: Tuvimos una conferencia muy exitosa. Es una conferencia que
hacemos cada dos años y asistieron más de mil personas al evento, lo que viene
a patentizar la importancia que tiene esta conferencia para la región. El tema
“Creciendo con inclusión” marca los retos, los desafíos que tenemos para los
próximos años y estamos concentrándonos en la diversificación de los productos,
que lleven mucho más valor al cliente. Ya no estamos hablando sólo de
microcrédito: hablamos de microseguro, de micropensiones y ojalá que podamos
estar hablando de ahorros, pero lo cierto es que es un reto pendiente.
MMF: ¿Por qué es un reto pendiente?
RR: Porque la mayor parte de nuestras instituciones no captan depósitos
del público pues no son supervisadas por las superintendencias de bancos de los
países. Tenemos el desafío de vincular, de afiliar a instituciones reguladas
que hacen microfinanzas. Hay instituciones en Nicaragua, en Honduras que,
siendo reguladas, no pertenecen a la Red. En Honduras sí hay una ventaja y es
que la mayor parte de las instituciones que pertenecen a Redmicroh son
supervisadas, no como bancos sino como OPDF [por Organización Privada de
Desarrollo Financiero], y ellas sí pueden captar depósitos de sus clientes.
Entonces es una tarea pendiente que hay que abordar en los próximos años, pero
también pasa por un marco regulatorio que lo permita.
MMF: ¿Cuáles son los avances en estas innovaciones que mencionaba?
RR: Nos hemos dado cuenta que los microempresarios de la región
necesitan no solamente un microcrédito. El programa de micropensiones garantiza
al microempresario una pensión. Modesta, pero al fin y al cabo importante para
sus ingresos en los últimos años de su vida. Y lo mismo estamos hablando de
microseguro, que garantiza seguro de vida. Y estamos hablando de otros seguros,
más allá del saldo deudor, que es lo común en estas instituciones. Estamos
hablando de una gama de productos de microseguro que van a ayudar al
microempresario local y agregar valor a lo que venimos haciendo las
microfinancieras.
MMF: ¿El programa de micropensiones ya está en fase piloto?
RR: Estamos comenzando con diez instituciones en tres países: Guatemala,
Honduras y Nicaragua. Fundeser, la institución que yo dirijo, es una de las
diez que van a estar participando en este proyecto y estamos bastante motivados
con el inicio. Ahora en octubre se va a dar el lanzamiento del programa en
Nicaragua. Ya se hizo el mes pasado en Guatemala y se hará en Honduras. Hay
bastante optimismo. Creemos que la crisis que afectó a Nicaragua afortunadamente
ha pasado. Eso dejó secuelas pero dejó también muchas lecciones aprendidas. Y
creemos que precisamente de las lecciones aprendidas uno se puede catapultar,
puede salir fortalecido. Y en Nicaragua hay muchas instituciones que han
logrado eso, que aprendieron de la crisis, y que hoy han salido fortalecidas
para recontinuar su crecimiento.
MMF: ¿Hay resabios de No Pago en Nicaragua y en la región?
RR: Yo creo que no. A ver… No puedo decir que no va a haber más No Pago
en la región. Lo que creo es que tenemos que aprender del caso de Nicaragua. El
movimiento No Pago, desde mi punto de vista, es resultado de un
sobreendeudamiento que la industria provocó en el país. A lo mejor algunos no
van a estar de acuerdo con mi punto de vista. Yo creo que todos contribuimos a
formar una burbuja, a darle al microempresario mucho más financiamiento del que
necesitaba, durante muchos años de crecimiento bastante acelerado. Nicaragua
crecía 30, 40 por ciento cada año. Y en el último año el crecimiento fue mucho
más acelerado, de tal manera que la velocidad con que los microempresarios se
endeudaban era muy alta. Entonces, ¿qué pasaba? Había mucha presión por
colocar. Mucha presión por ofrecer, sin tomar todas las medidas que pueden
evitar ese sobreendeudamiento. Creo que la lección aprendida es el buen uso de
la investigación, la historia del cliente, el uso de la central de riesgo para
poder reconocer qué nivel de endeudamiento tiene un cliente. La prudencia con
que se colocan los créditos, una serie de medidas que estamos tomando, creo que
van a garantizar un crecimiento más lento, pero firme, de cara hacia el futuro.
MMF: ¿Esa responsabilidad de la industria prevaleció sobre cierta
instigación política, o sea externa, que se adujo en su momento, cuando explotó
el No Pago?
RR: Creo que los políticos siempre aprovechan de estas situaciones. Pero
al final el gobierno reconoció y promovió la aprobación de una ley de
microfinanzas. Hoy Nicaragua cuenta con una ley. El No Pago ha quedado reducido
a su mínima expresión. Cada cliente que tiene su deuda se está acercando a
pagar a la institución, lenta pero en forma segura. Así que este es un mal con
el cual vamos a vivir en los próximos años, porque esa cartera no se pierde. No
hay deuda que no se pague, en algún momento de la vida hay que pagar. Así que
nosotros vamos a ser pacientes para estar cobrando a los clientes y los
clientes también tienen que ser conscientes de reconocer que, si no pagan, si
no les limpian su record crediticio, no van a poder ser sujetos de crédito.
Porque, ¿qué es más importante?, ¿pagar una deuda, hacer un arreglo de pago con
sus acreedores? ¿o cerrarse las puertas para un financiamiento futuro?
MMF: ¿Cómo conviven los operadores privados con el programa de
microcrédito del gobierno de Nicaragua “Usura cero”?, ¿hay algún efecto de
distorsión?
RR: Yo diría que lo que distorsiona el mercado es no brindar
información. El gobierno, según su decisión política, decide invertir, prestar
dinero a microempresarios, en grupos solidarios y todo lo demás. Pero, más allá
de eso, el riesgo que se corre cuando se hace este tipo de programas, sin las
debidas precauciones, es que pueden provocar en el futuro cercano un nuevo
endeudamiento. Porque entonces un cliente que recibe un crédito de los
programas gubernamentales podría estar recibiendo un crédito de otras
instituciones. Si esto no se reporta, hay un riesgo. Pero nosotros como
operadores privados seguimos con nuestros clientes, que nos están pagando
oportunamente. Sabemos que el gobierno sigue con su programa, pero eso hasta el
momento no distorsiona el mercado.
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(Sobre la génesis de los episodios del No Pago): Tensión en microfinanzas de Nicaragua: cronología de un conflicto (1 de agosto de 2008)
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