(Mundo
Microfinanzas) Uno es un periodista e investigador danés, autor del documental
The Micro-Debt (2011), con el que se granjeó la enemistad de la comunidad Grameen
en todo el mundo, especialmente en Bangladesh. Su nombre: Tom Heinemann.
Tom Heinemann (foto: Microdinero) |
Otro es un economista
inglés, que se desempeñó en varias instituciones microfinancieras, y ha
publicado recientemente el libro Confessions of Microfinance Heretic
(Berret-Koehler, San Francisco, 2012), donde denuncia a media industria con supuestos entramados de corrupción y encubrimiento. Su
nombre: Hugh Sinclair.
El prodigio
de un encuentro entre ambos críticos de las microfinanzas lo ha logrado Microdinero.
El diario, tanto en su versión en inglés como en español, publicó el viernes un
reportaje firmado por Sinclair, donde relata la visita que hizo al
documentalista en su casa-barco de Dinamarca.
El artículo
(Tom Heinemann: El hombre detrás de la película) se presenta como el retrato
humano e ideológico de uno de ellos. Sin embargo, no hace falta mucha
perspicacia para advertir el sentido especular de la narración: probablemente
Sinclair se haya visto en Heinemann, quien probablemente se haya visto en
Sinclair. A ambos los une la acogida poco amistosa que la industria ha dedicado
a sus obras.
Por su
valor periodístico, vale la pena leer la historia. Así como vale la pena, para
las microfinanzas y para cualquier actividad humana, reparar en sus críticos y
ver qué de sus argumentos puede ayudar a mejorar un estado de cosas. Por más
exógenos, zahirientes o heréticos que los críticos sean.
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