Marinette Kamaha al recibir su premio en Estocolmo (foto: Red Europea de Microfinanzas) |
(Mundo
Microfinanzas) La estudiante de doctorado Marinette Kamaha, con su estudio de
impacto del microcrédito en Francia, se alzó con el Premio Europeo a la
Investigación en Microcrédito 2013, otorgado por la Red Europea de
Microfinanzas (REM).
La joven
estudiante del Laboratorio de Análisis y de Investigación en Economía y
Finanzas Internacionales (Larefi), de la Universidad Montesquieu - Burdeos 4,
recibió la distinción en oportunidad de la 10ª Conferencia Anual de la REM,
llevada a cabo el 25 de junio en Estocolmo, por su trabajo titulado The impact of microcredit in France: Which evolution for the beneficiaries?
Uno de los
aportes más destacados de la investigación ha sido su capacidad de abrir un
campo prácticamente inédito. Pues si bien los estudios de impacto del
microcrédito en los países en desarrollo datan de hace varios años, los que
conciernen a países industrializados, como Francia, tienen menos evidencias.
Los
principales hallazgos del estudio de Kamaha -formada en la Universidad Católica de África Central, en Camerún- son promisorios para el microcrédito, si bien no
espectaculares.
El premio
anual de investigación de la REM es gestionado por el Grupo de Trabajo
Académico de la red, coordinado por la Fondazione Risorsa Donna, con apoyo de
la Fundación Nantik Lum. Junto con la investigación ganadora, los otros dos trabajos
finalistas este año fueron los de Glòria Estapé Dubreuil (Universidad Autónoma de Barcelona), Arvind Ashta (Cátedra de Microfinanzas, Borgoña Escuela de
Negocios) y Jean Pierre Hédoy (Association Régionale des Cigales de Borgoña)
titulado Studying the micro-angels to micro-investment decisions: selection,
monitoring, accompaniment and coaching, y el de Jessica Schicks (Cermi)
titulado A customer-protection perspective on measuring over-indebtedness.
Sobre el
trabajo ganador
El estudio
de Marinette Kamaha combina enfoques cualitativos y cuantitativos, comparando
la situación de beneficiarios de microcrédito antes y después de recibir el
financiamiento.
El trabajo
se hizo durante el año 2011 y se enfoca en una muestra de 151 clientes que
obtuvieron el crédito entre enero de 2005 y octubre de
2010 en dos departamentos de la región de Aquitania, en el suroeste de Francia.
La muestra fue dividida en dos grupos: 101 beneficiarios que recibieron
financiamiento empresarial (profesional) y 50 beneficiarios de financiamiento
personal.
Los principales hallazgos del estudio muestran que
la situación de los beneficiarios mejoró tras haber recibido el microcrédito, o
en el peor de los casos se mantuvo; los empleos generados son sin embargo
precarios y los ingresos particularmente bajos; mayor impacto entre
beneficiarios personales comparado a los beneficiarios profesionales; las
evoluciones más positivas fueron reportadas por los hombres en comparación con
las mujeres, especialmente en el caso de los proyectos profesionales; plena
satisfacción de los beneficiarios respecto a su situación personal, la creación
de negocios y el microcrédito.
En la introducción de su estudio, Kamaha apunta
conceptos interesantes sobre los estudios de impacto en microfinanzas:
“Algunos
autores y profesionales argumentan que llevar a cabo estudios de impacto es
tautológico. Para ellos la alta demanda, la indiferencia de los prestatarios
hacia las tasas de interés y la retención de clientela están justificando suficientemente
el interés social del microcrédito y su impacto positivo. Sin embargo, para
otros esto no es suficiente. La gente recurre a las IMFs por ausencia o defección
de las instituciones financieras tradicionales (en el caso de los países en
desarrollo) y debido a prácticas de selección (breeding practices) que las
lleva a marginar a una parte de la población (en el caso de los países
industrializados). Estas personas, que atraviesan dificultades y están excluidas
del sector financiero convencional, no tienen otra opción más que recurrir a
soluciones alternativas como el microcrédito. Debido a ello son indiferentes a
las tasas de interés y están dispuestas a volver todas las veces que sea
necesario. (Sin embargo) si el interés social del microcrédito está
justificado, su impacto lo está menos”.
“El impacto
de un programa está definido como ‘un conjunto de cambios que devienen directa
o indirectamente de cualquier acción. Estos cambios afectan tanto al individuo
al que la acción se dirige como al grupo al que pertenece y a su entorno’. En
tal sentido, los criterios de demanda y retención de clientela no proporcionan
información sobre cambios en la vida de los beneficiarios. Ciertamente, una
gran demanda puede ser la traducción de un empobrecimiento creciente de la
población; una clientela que siempre reincide puede demostrar el estancamiento
o el deterioro de la situación de la gente que aún no cumple con los criterios
de selección del banco. Para ver si el impacto del microcrédito es positivo es
necesario, pues, ir más allá de estos criterios e indagar a posteriori el
mejoramiento de la situación de los clientes”.
“Mientras
que en los países en desarrollo el impacto del microcrédito ha sido objeto de
numerosos estudios, en los países industrializados hay poco o nada de estudios
académicos que se ocupen de esta cuestión. El propósito de este documento es así
doble: focalizándonos en el caso francés, evaluaremos la capacidad del
microcrédito de luchar contra la exclusión en los países del Norte”.
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