(Mundo
Microfinanzas) Nuevas publicaciones celebran los 40 años de historia del
microcrédito en Brasil.
Marina Grossi (foto: Agência Brasil) |
Por un lado
la Cámara Temática de Finanzas Sustentables del Consejo Empresarial Brasileño
para el Desarrollo Sustentable (Cebds) viene de lanzar en São Paulo la publicación Microfinanças:
Microcrédito e Microsseguros no Brasil. O papel das instituções financeiras (Rio de Janeiro, 2013), en el que se hace un análisis de la evolución
de las microfinanzas en el país y señala algunos obstáculos para su desarrollo.
Por otro lado el Sebrae presentó este lunes en Fortaleza la publicación
del libro Pequenos Negócios. Desafios e Perspectivas (Serviços Financeiros, Vol 5, 2013), que
consta de 24 artículos y prólogo del presidente del Banco Central de Brasil
(BCB), Alexandre Tombini, en el marco del V Foro Banco Central sobre Inclusión
Financiera, que concluye mañana miércoles en la capital de Ceará.
Ambas
publicaciones coinciden con los 40 años del microcrédito en el país
sudamericano, cuya historia comienza en 1973 con la experiencia desarrollada
por la Unión Nordestina de Asistencia a Pequeñas Organizaciones, conocida como “Programa
Uno”.
“Nuestro
objetivo fue hacer un diagnóstico, mostrar el potencial de crecimiento y
apuntar algunos obstáculos (gargalos) que precisan ser solucionados para
ampliar la viabilidad financiera de este modelo de negocio”, explicó Marina
Grossi, presidenta del Cebds. El estudio hace foco en el seguro como una forma
efectiva de sostener a las personas que en los últimos años ascendieron en la
escala social, como producto de las políticas redistributivas.
La
iniciativa editorial, inédita en Brasil -según destacaron sus impulsores-, recoge
testimonios de especialistas de las instituciones financieras más importantes
del país, tanto del área bancaria como del área del seguro, además de aportes
del medio académico y algunas historias concretas.
Cláudio Boechat, profesor de la Fundación Dom Cabral, que condujo la
presentación del libro en la nueva sede paulista de Allianz, sostuvo la
necesidad de una mayor interactividad entre las principales instituciones y
agentes involucrados en las microfinanzas brasileñas: “Una estructura más
eficiente de microcrédito y microcroseguro evita el vuelo de gallina, esto es,
el sube y baja de la economía, un ciclo nefasto para la consolidación de los
emprendedores. El mayor sueño de una institución de enseñanza, como la Dom
Cabral, es que el mercado financiero sea el gran escenario para el desarrollo
de microemprendedores”.
En tanto, las estrategias de los agentes públicos y privados para
conquistar nuevos clientes, las políticas de inclusión y los impactos del
surgimiento de nuevos usuarios y clientes potenciales de los servicios
financieros, como dueños de empresas de micro y pequeño porte, así como las
nuevas tecnologías que permiten mayor eficiencia y resultados son algunos de
los temas del libro del Sebrae.
El libro ofrece 24 artículos de 32 autores especialistas en mercado
financiero, entre autoridades, agentes, gestores e investigadores. “Un panorama
actual y detallado con reflexiones plurales sobre el día a día de los servicios
financieros, teniendo en vista a los pequeños negocios”, explicó el director
técnico del Sebrae, Carlos Alberto dos Santos, coordinador de la publicación.
Según dos Santos, la publicación contiene una serie de reflexiones que
ayudan al lector a discernir un poco más sobre las posibilidades del acceso a
los servicios por parte de los pequeños negocios. La edición -de 396 páginas,
en cinco capítulos- contiene “relatos significativos y reflexiones críticas
relevantes", construidas a partir del uso cotidiano de los servicios financieros, y
que espera contribuir a una mayor eficiencia en la relación entre
gestores públicos, agentes financieros y emprendedores.
Historia del microcrédito en Brasil
En una breve historia del microcrédito en Brasil, el Sebrae apunta
algunos de estos mojones:
1973: Unión
Nordestina de Asistencia a Pequeñas Organizaciones. La experiencia no prosperó
más allá de 1991, por no haber incorporado conceptos y prácticas para su
auto-sostenibilidad;
1987: Surge
la primera organización formal de microcrédito, el Centro de Apoyo a los
Pequeños Emprendimientos Ana Terra (CEAPE/RS), en Porto Alegre, estado de Río
Grande do Sul, con apoyo del BID y la Fundación Interamericana (IAF). En la
década del ’90 la organización ya estaba presente en doce estados del país.
1995: La
prefectura de Porto Alegre, en alianza con entidades de la sociedad civil,
promueve la creación de la Institución Comunitaria de Crédito Portosol.
Distintas entidades aportaron recursos financieros para este proyecto: Gobierno
de Río Grande do Sul, Sebrae riograndense, BNDES, la agencia alemana de
cooperación técnica (GIZ) y la IAF.
1996: Con
apoyo financiero de BNDES y asistencia técnica e institucional del Sebrae, se
instala la primera microfinanciera en una favela del país: VivaCred, en Rocinha,
de Río de Janeiro, por iniciativa del movimiento Viva Rio.
1998: Banco
do Nordeste (BNB) crea el programa CrediAmigo, para el financiamiento diferenciado a
pequeños emprendimientos. En la actualidad es el mayor programa de microcrédito
del país.
Durante la
primera década del presente siglo se implementan varias experiencias en el
ámbito de gobiernos estaduales y municipales, tanto por instituciones de fomento
(apoyo a organizaciones independientes que operan microcrédito) como por
instituciones gubernamentales que financian directamente a microemprendedores. Son
ejemplos del primer modelo el programa microcrediticio del Badesc (Agencia de
Fomento del estado de Santa Catarina) y el del Banco de Desarrollo de
Minas Gerais (BDMG); bajo el segundo modelo se pueden consignar el proyecto Banco do Povo Paulista y Banco do Povo de Goiás.
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