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jueves, 15 de noviembre de 2012

Microfactoring, ¿funciona?

Kempner, Miller, Pierson, Adames y Grimberg durante el panel en Barbados
(foto: FOMIN)

(Mundo Microfinanzas) Una de las novedades e innovaciones que pudieron escucharse en el último Foromic, en Barbados, tiene que ver con modelos de financiamiento para pymes no atendidas de manera satisfactoria por el mercado de crédito. Una de estas nuevas herramientas es el factoraje o factoring (o microfactoring, si extendemos el modelo a los microempresarios).

Pudimos conocer tres experiencias en América Latina que han implementado de forma exitosa este mecanismo. Fue en el panel “Modelos innovadores para el financiamiento de las Pymes”, y quienes expusieron sobre este asunto fueron Mauricio Pierson (CrediFactor, Nicaragua), Miguel Ángel Adames (MercoFact, República Dominicana) y Rob Grimberg (Capital Tools Company, Holanda).

Nicaragua

La compañía nicaragüense CrediFactor se inició en 2000. Define al factoring como aquel mecanismo por medio del cual una empresa o industria que vende al crédito tiene oportunidad de vender su cuenta por cobrar a una institución financiera a un precio, a un descuento, y así obtener liquidez para poder hacer otros negocios o pagar una deuda inmediata y no tener que esperar 30, 60 y 90 días. Entonces, son formas de financiamiento de corto plazo para obtener liquidez inmediata.

Según comentó Pierson, el mecanismo funciona bien en Europa, donde se concentra el 60% del mercado mundial del factoraje, a través de la plataforma Factors Chain International, con base en los Países Bajos. Pero allí operan empresas grandes y volúmenes de dinero siderales para la escala micro. En Nicaragua, a 2005, sólo había tres instituciones que ofrecían factoraje. A partir de ese momento, apoyo del BID mediante, el sistema escaló hasta involucrar a más de veinte empresas. En 2005 descontaba unos US$ 14 millones al año y hoy cierra 2012 con US$ 70 millones.

CrediFactor desarrolló un producto orientado a la base de la pirámide, llamado Móvil-factor, para que cualquier celular lo pueda recibir. 20 mil clientes no bancarizados podrían ser beneficiarios. Con facturas que pueden ser cobradas frecuentemente, a los 15 días, en cantidades pequeñas (entre 50 y 200 dólares), pues es un segmento informal.

Pierson dijo que hubo que integrar varias partes para llegar a una masa. La tecnología ya estaba en manos del usuario. Pero fue necesario hacer alianzas con distribuidoras de diferentes productos, que les venden a estos pequeños empresarios a plazos cortos. Los desafíos son abaratar cada vez más el crédito y terminar de afinar los componentes del sistema: tecnología, alianzas con distribuidores, financiamiento y capacitación, que hace autosostenible el proyecto.

“Para las pymes, el factoraje les ha permitido financiamiento de corto plazo sin necesidad de garantías reales. Es fundamental que las pymes tengan buenos productos y buenos clientes”, dijo el directivo nicaragüense.

República Dominicana

MercoFact, en República Dominicana, se define como un comercio electrónico de facturas. A diferencia del e-factoring tradicional, este es un mercado abierto, donde participan la institución financiera, la empresa privada, el inversor y hasta un ama de casa. Hay un cedente de factor y un deudor cedido. La pyme, al conectarse a la plataforma, digita su factura y la remite al mercado. La primera negociación se establece entre la pyme y su cliente para generar un pronto pago. Si no le interesa, simplemente la confirma y la pasa al mercado. Una vez confirmada, la pyme hace una oferta de tasa. Cuando se llega a un acuerdo se establece un sistema de subasta, donde se pueden recibir ofertas de entidades participantes. Llegado el acuerdo, ambas partes firman electrónicamente.

Todo el proceso es electrónico. El sistema realiza toda la documentación requerida, remite las notificaciones a las partes, se conecta inmediatamente con el banco liquidador, que va a realizar toda la transacción monetaria, éste a su vez le hace el crédito al factor y le acredita al pyme el valor transado. Todo esto se realiza en un tiempo aproximado de 24 a 48 horas. El sistema además muestra cada historial del cliente, su record de pagos, su promedio de transacción y los modos de la transacción.

Adames comentó el caso de un empresario pyme “vegetalero” (así se llama en Dominicana al que vende al sector hotelero y supermercados) que transaba 20 mil dólares promedio. Hoy lleva transados 1,3 millones de dólares, crecimiento atribuido al factoring. Todo lo transado fue con un solo cliente.

El directivo dominicano definió a MercoFact como un “ecosistema financiero de factoring. Es un ente regulador que establece una ética de negocios entre quien debe y el acreedor. Plataforma donde se hacen transacciones con pymes, todo electrónico, con total transparencia y publicación de transacciones, volúmenes, tasas” (las tasas se ubican en promedio en un 4%).

Actualmente, MercoFact está capitalizando a más de 120 pymes, dijo Adames. Y los inversionistas están teniendo una rentabilidad cercana al 30% anual.

Perú

Finalmente, el modelo propuesto por Capital Tools Company es un sistema de valorización y gestión de riesgo de cuentas por cobrar que permite tener información en línea sobre el movimiento y probabilidad de incumplimiento de pago de una cartera.

Grimberg presentó el caso del sistema llamado TREFI (acrónimo de The Receivables Finance Infraestructure, o “Infraestructura para el Financiamiento de Cuentas por Cobrar”), implementado en Perú.

“¿Quién conoce mejor al cliente?”, comenzó diciendo Grimberg. Y puso el caso ilustrativo de un taller de reparación de automóviles. ¿Quién conoce mejor a este taller? ¿El proveedor que visita cada semana la empresa, revisa el inventario y recauda dinero en efectivo, o el banco, situado a un par de kilómetros de distancia? La respuesta es: el proveedor sabe más y por lo tanto conoce más rápidamente si hay un deterioro del crédito. Y si se reúne la información de más de un proveedor, se abre la posibilidad de controlar una información que el banco nunca podría lograr.

El panelista ofreció un dato revelador: “En Perú hemos encontrado que en los últimos diez años las finanzas de los proveedores tienen un 60% menos de pérdidas que las instituciones microfinancieras sirviendo a los mismos clientes”.

Los productos TREFI están diseñados para capturar información y proporcionar incentivos a los proveedores para gestionar el riesgo en forma colaborativa. Como resultado de ello, el sistema se postula como la mejor información disponible, superando incluso a los burós de crédito tradicionales.

En Europa, dijo Grimberg, el financiamiento a corto plazo de las pymes viene en un 80% de los proveedores. En Perú es al revés. Las microfinanzas proveen cerca de $6 billones del crédito a corto plazo a las pymes contra $1.5 de los proveedores formales.

TREFI es un buró de crédito y una plataforma de financiamiento basada en cuentas por cobrar, accesible para todos los beneficiarios a través de la web o de interacción móvil.

El panel fue moderado por Randall Kempner, de la Aspen Network of Development Entrepreneurs, de los Estados Unidos, y participó también Jared Miller, de Entrepreneurial Financial Lab, de Perú, quien se refirió al scoring psicométrico, ya tratado en este blog.

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