(Por Rosa Matilide Guerrero M.,
para Mundo Microfinanzas)
1- Los burós de crédito o
centrales de información, ¿son buenas o malas?
Ninguna de estas herramientas en
sí mismas son buenas o malas. Las primeras, privadas, las otras públicas,
contribuyen con información sobre las personas o empresas que requieren crédito
de las instituciones financieras (IFIS). Luego de años de investigación, en
varios cientos de países, el Banco Mundial ha concluido que centrales de riesgo
y/o burós de crédito privados deben cumplir estándares mínimos de calidad y
contener: i) datos positivos como negativos, esto es, sobre préstamos y
depósitos (por ejemplo cuentas cerradas, cheques protestados); ii) información
tanto de los individuos como de las empresas; iii) datos de los individuos y de
las empresas privadas (en Ecuador por ejemplo cómo pagan las personas en los
almacenes como la ganga, o en empresas públicas como servicios de agua y
teléfono fijo; iv) cinco años o más de datos históricos; v) garantizar los
derechos de los consumidores de inspeccionar y corregir sus datos; vi)
encontrarse debidamente supervisados.
2- ¿Se deben eliminar los burós
privados en el Ecuador?
No necesariamente. La competencia es importante,
más aún cuando se trata de dotar de información al mercado financiero, en el
que las asimetrías de información se pagan. Esto se traduce, para los
ciudadanos, en tasas de interés más altas, costos de los servicios más altos o
servicios que no se nos prestan.
Estudios en varios países de la región latinoamericana
han demostrado que los burós de crédito han jugado un papel relevante en la
creación y sostenimiento de carteras de crédito saludables, control de los
indicadores de morosidad, inclusión financiera, competencia en el mercado,
reducción del sobreendeudamiento, entre otros elementos.
¿Y por qué es así? Debido a que se trata de
entidades de diferente naturaleza a la de las IFIS, con controles y procesos de
supervisión bien definidos. Entre los valores agregados más importantes de un
buró de crédito en general, y del ecuatoriano en particular, se podrían
identificar los siguientes: i) provee a
las IFIS de herramientas modernas y robustas para la medición de la exposición
de riesgo crediticio, diferentes a las que generan las propias IFIS, por ende
sirven de referencias; ii) información sobre los compromisos crediticios
pactados por los clientes del sector financiero y no financiero, que en muchos
casos ha contribuido a reducir niveles de sobreendeudamiento.
3- ¿Cuál es la clave de los sistemas de información?
Como su nombre lo
indica, la información, la calidad y cantidad de información con la que cuenten.
Y en el caso de las centrales de información de los sistemas financieros,
públicas y privadas, información positiva (préstamos) y negativa (cuentas cerradas,
cheques protestados), tanto de sectores financieros regulados, no regulados y
comerciales, públicos y privados.
Por tanto, la reciente derogación de la
Ley de Burós de Crédito, por parte de la Asamblea Nacional, y que se encuentra para
la promulgación del Ejecutivo, sería muy loable y de gran beneficio para la
sociedad ecuatoriana, que se transforme en una ley reformatoria. Que, junto con
el Registro de Datos Crediticios (creado por la nueva ley), mantenga la
existencia de burós de crédito y posibilite que se continúe recopilando la
información de las operaciones crediticias de todo el sistema financiero
público y privado, popular y solidario, sector comercial, seguridad social (IESS
e ISFFA), respecto de los créditos que otorguen a sus afiliados. Así como de
todo tipo de clientes sin importar el monto de la deuda.
Al contrario, el no recopilar datos
de deudas pequeñas, contribuiría a limitar la identidad financiera de cerca de un
millón de ecuatorianos que por primera vez han sido incluidos en el sistema
financiero en los últimos cuatro años, a través de las COACs, las IFIS de la
economía popular y solidaria y bancos, gracias a que contaban con esta
información para otorgarles pequeños créditos productivos (una cocineta de gas
para su pequeño negocio, una refrigeradora, etc).
Según cifras de la SBS, tomando como
indicador de Bancarización del Sistema Financiero, la relación Número de
depositantes-Población total está mejorando: desde diciembre de 2005 a
diciembre de 2011 la tasa de bancarización fue incrementándose progresivamente:
38,98%, 44,41%, 47,21%, 53,32%, 58,70%, 65,02% y 83,16%. Esto cuenta a bancos
privados, COACs, sociedades financieras, mutualistas y banca pública. La mejora
se debe a que aumentó más el número de depositantes que accedieron a servicios
financieros respecto al crecimiento poblacional. El aporte de los bancos y
COACs al índice de bancarización en el 2011 fue de 48,4% y 22,5%,
respectivamente. Esto ha sido posible gracias a la existencia de información de
los sectores no excluidos de los sistemas financieros.
La nueva ley debe entonces permitir
se continúe contando y promoviendo en el país con herramientas predictivas de
riesgos de crédito, cada vez más precisas y robustas, asociadas a los
historiales de comportamiento crediticio de la población, que permitan
contribuir a evitar niveles de sobreendeudamiento y administrar mejor las
instituciones y, por ende, velar de mejor forma por los depósitos, función
principal del Estado.
Estos modelos, al basarse en un
Registro de Datos Crediticios y/o burós de crédito, proporcionan información de
un tercero independiente, que se suma a la recabada por la propia IFI, contra
la cual puede establecerse un cotejo o comparación. Allí otro elemento no menos
importante.
La
autora es delegada por la Alianza para la Inclusión Financiera (AFI),
investigadora de la Universidad de Las Américas (UDLA) y reconocida experta
internacional en mercados financieros, supervisión financiera e inclusión
financiera. Ha colaborado en el diseño e implementación de proyectos de
desarrollo de mercados financieros e inclusión financiera en varios países de
América Latina. Ha sido contraparte de ASBA, Felaban, CEMLA, Consejo
Centroamericano de Superintendentes de Bancos y Otras Instituciones Financieras,
SIECA, Mercosur, entre otros organismos. Y ha desempeñado cargos gerenciales y
directivos en la Corporación Financiera Nacional del Ecuador, Banco Central del
Ecuador (BCE) y Superintendencia de Bancos y Seguros del Ecuador (SBS).
No hay comentarios:
Publicar un comentario