Superintendente Gerardo Hernández durante el IV Congreso en Cartagena. Lo acompañan Amanda García y la presidenta ejecutiva de Asomicrofinanzas, María Clara Hoyos. Foto: Superfinanciera |
(Mundo
Microfinanzas) El sobreendeudamiento aparece como el principal obstáculo para propiciar
mayores desembolsos de microcrédito en Colombia, en tanto que la supervisión
del sector evolucionaría hacia esquemas que consideran las características
propias del producto, mediante profesionales especializados.
Estas son
algunas de las principales conclusiones que arrojó la presentación Perspectivas
del Microcrédito en Colombia, hecha este viernes en Cartagena de Indias por la
Superintendencia Financiera (SFC), en el marco del IV Congreso Nacional de
Microfinanzas, organizado por Asomicrofinanzas.
La
presentación (se puede acceder al powerpoint ingresando a la página de la Superintendencia)
fue hecha por el superintendente financiero Gerardo Hernández Correa y por la
delegada para Riesgo de Crédito de la SFC, Amanda García, quienes estuvieron
acompañados por la presidenta ejecutiva de Asomicrofinanzas, María Clara Hoyos.
Las
perspectivas de la SFC coinciden con los diez años de supervisión del
microcrédito en Colombia, período en el cual se verifican avances pero también
factores que condicionan el desarrollo del sector.
En efecto, el
portafolio de microcréditos es uno de los de mayor dinamismo en términos de
número de deudores, monto de capital y operaciones activas de crédito. Es el
crédito con distribución más atomizada por departamento (profundizado por las
distintas líneas microfinancieras del Banco Agrario). Y aquel que presenta una
mayor disminución en los niveles de concentración.
Aunque su
portafolio es el de menor saldo (frente a otros productos como el crédito
comercial, de consumo y vivienda), el microcrédito es aquel que se distribuye
de manera más homogénea entre los diversos departamentos del país.
Según surge
de la presentación de la Superfinanciera, el sector también ha mostrado en esta
década sus limitaciones. Los deudores de microcrédito son los que registran una
menor permanencia con crédito en el sistema. Durante el período evaluado (2002
a 2012), sólo el 0,5% de los deudores de microcrédito permanecieron en el sistema durante ese
lapso, frente a los deudores de consumo (11%), vivienda (4,5%) y comercial
(2,5%).
Otras de
las características de los deudores de microcrédito es que el porcentaje de aquellos
compartidos por más de una entidad que ofrece este producto es relativamente
bajo aunque creciente (si se lo compara con otros productos). Y las
perspectivas no son buenas cuando se observa el porcentaje de microprestatarios
“graduados”: la proporción de quienes salen del portafolio de microcrédito y se
incorporan al comercial en el transcurso del año subsiguiente es inferior al
1%.
Deterioro
de la cartera
Por otra
parte, los portafolios de microcrédito son los que han experimentado mayor
deterioro en la calidad de su cartera en los últimos años. La calidad por mora
es, a enero de 2013, la más alta del sistema (6%), en alza durante el último
año, con pico del 8% en el primer trimestre de 2008.
También es
uno de los portafolios que ha experimentado mayor deterioro en términos de
crecimiento nominal de cartera vencida, superando hoy el 50% y en persistente
alza desde sus valores más bajos en enero de 2011 (-10%). Asimismo el crecimiento
de la cartera en riesgo hoy supera el 30%, cuando el crédito comercial, de
consumo y vivienda apenas trasponen el 10%.
El mercado
microcrediticio ha evolucionado favorablemente bajo el enfoque regulatorio
vigente, entiende la SFC. Sin embargo, de acuerdo con los reportes trimestrales
del Banrep y Asomicrofinanzas, existen factores que impiden otorgar un mayor
volumen de microcrédito, en el siguiente orden de importancia (a marzo de
2013): sobreendeudamiento, capacidad de pago, historial crediticio, deudas con
otras entidades financieras y actividad económica.
A modo de
disparadores del debate, la Superintendencia plantea una serie de interrogantes
para el sector (algunas respuestas propuestas por la SFC el lector las puede
ver en el powerpoint):
1- ¿Es
necesario establecer criterios de licenciamiento diferenciales para entidades
microfinancieras?
2- La definición
de microcrédito, ¿debe ser ajustada?
3- Los
procesos de gestión (originación y seguimiento), ¿reconocen la realidad del
microcrédito?
4- El
sobreendeudamiento, ¿debe ser gestionado por las entidades?
5- Las
normas prudenciales de calificación de cartera y de provisiones, ¿son las
adecuadas para este producto?
6- El
proceso de supervisión, ¿debe reconocer la realidad del mercado
microcrediticio?
Vale
consignar algunas tesituras de la presentación:
Metodologías
específicas de gestión: Para la SFC ellas representan un mitigador importante del riesgo, al
tiempo que genera beneficios para el deudor, en la medida en que su
incorporación al sistema tiene mayor
probabilidad de ser sostenible,
promoviendo su formalización.
El microcrédito requiere un conocimiento integral del deudor, mediante
el cual se identifiquen algunos elementos
diferenciadores (conocimiento del deudor y su voluntad de pago;
conocimiento de su entorno social y económico; visitas de acompañamiento que
favorezcan relaciones de largo plazo deudor-entidad; información sobre el lugar
donde él desarrolla la actividad económica; uso de la referenciación como
mecanismo de validación de la información).
Sobreendeudamiento: Las IMFs deben avanzar en
políticas dirigidas al control del sobreendeudamiento; fijación de límites a la
relación cuota/ingresos (entre otros parámetros); mecanismos para la identificación,
control y monitoreo del sobreendeudamiento; mecanismos de reacción ante estas
eventualidades.
Supervisión especializada: El microcrédito como
actividad significativa en las entidades deberá ser evaluado y supervisado
atendiendo las características propias del producto, mediante profesionales especializados.
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