Stand de Caja Trujillo en el Seminario Internacional de Microfinanzas (fotos: Mundo Microfinanzas) |
(Mundo
Microfinanzas) La avenida España tiene una curiosa forma elíptica, rodeando al
centro histórico de la ciudad de Trujillo, en la costa norte del Perú. Quiere
decir que si uno camina desde cualquier punto de la avenida, sin nunca
desviarse de ella, al cabo de un rato llegará al punto de partida.
El tiempo
que insume ese rato dependerá de cuánto el caminante se detenga o se distraiga en
el ajetreo comercial que da a esta arteria un paisaje y un colorido singular. Vendedores
ambulantes, carritos de feria, puestos, locales y galerías, de distinta
variedad y tamaños, imprimen un ritmo febril en este mediodía de sábado. El
recorrido lo hacemos junto a Lorena Nima Benites, del área Responsabilidad
Social Corporativa de Caja Trujillo y otros colaboradores de la entidad, colegas
del periódico Microfinanzas y participantes del Seminario Internacional de Microfinanzas, clausurado en la tarde del viernes. Dejamos atrás la avenida -por
cuya traza se erguían las murallas de la ciudad, en tiempos coloniales- e
ingresamos por la llamada “Alameda del calzado”. Allí está el local de María.
Ella es una
de las tantas microemprendedoras del área que comenzó su negocio con un crédito
para capital de trabajo, habilidad para la manufactura y una meta: progresar. Y
vaya si lo logró. Con una fábrica instalada en el distrito de El Porvenir,
donde trabajan 40 empleados, su empresa hoy exporta zapatos de hombre a precios
competitivos (un par muy fino puede comprarse en la tienda a 120 soles, o su
equivalente aproximado de 45 dólares) a mercados en Bolivia, Chile y Argentina.
El desarrollo y éxito de la empresa de María puede ilustrar perfectamente una
antología de historias felices de las microfinanzas.
No se nos
pasa por alto, sin embargo, que al lado de una historia feliz coexiste el sinsabor de quien
no pudo alcanzar la meta. Las microfinanzas, como todo mercado, tiene algo de
darwiniano: sólo las especies de emprendedores más fuertes subsisten. El
secreto está en el apoyo de las instituciones al emprendedor hasta el final de
su proyecto y de su desarrollo. Y en los esfuerzos para que aquellos que
naufragan en el intento sean los menos.
El paisaje de
la “Alameda del calzado” se parece mucho al escenario empresarial que hizo
crecer hasta niveles de liderazgo a las microfinanzas del Perú. Escenarios
competitivos y bullentes, en los márgenes de los circuitos comerciales
dominantes, donde sobreviven los más tenaces, los más preparados, los de mejor
olfato para los negocios. ¿Cómo lograr ensanchar este mercado?, ¿cómo hacer que
siga creciendo de modo sostenible e incluyente?, ¿cómo hacer que haya cada vez
más casos como el de María e instituciones fortalecidas con el éxito de sus
clientes?
“Las
organizaciones las hacemos las personas”
El
recorrido del sábado por el centro de la ciudad y la visita a los clientes de Caja Trujillo son el broche perfecto tras dos jornadas de seminario: de pronto las
disquisiciones teóricas adoptan formas y rostros humanos. Con el evento
concluido, dialogamos con el gerente central de Negocios de Caja Trujillo, Walter
Leyva Ramírez, sobre sus impresiones del foro.
Mundo
Microfinanzas: ¿Cuál es el balance que hacen del Seminario?
Walter
Leyva Ramírez: El balance es bastante positivo. El evento ha salido dentro de
lo esperado y lo planificado. El resumen que hizo el presidente de la
Federación fue un buen ejemplo de los
conocimientos adquiridos a lo largo de las diferentes exposiciones.
Herramientas estratégicas que pueden ser de mucha utilidad para las gerencias y
ejecutivos de estas entidades de microfinanzas, que finalmente tienen el
objetivo de incrementar la expansión y servicios de las microfinancieras a la
micro y pequeña empresa.
MMF: Se ha hablado
mucho estos días de que las microfinanzas en Perú están llegando a un punto de
inflexión. Que después de un crecimiento de cierta intensidad, ahora se estaría
entrando en un ritmo más prudente y moderado. ¿Cuál es su visión respecto a
este tema?
WLR: Sí, es
cierto, los ciclos de vida institucionales o de las empresas se repiten una y
otra vez. Pero es justamente el reto de quienes conducen estas entidades de que
ese ciclo de vida vuelva a retomar, en base a innovación, en base a
creatividad, un nuevo ciclo de crecimiento. Considero que el mercado de la
micro y pequeña empresa en el Perú, que es tan frondoso, los indicadores de
bancarización que todavía nos dejan un espacio mayor, conjuntamente con los
esfuerzos y la calidad de gestión de estas empresas microfinancieras, pueden
dar como resultado un nuevo reimpulso. Esperamos que se vaya consolidando en el
tiempo, con la normativa y la regulación de la Superintendencia que también
estuvo presente en este evento.
MMF:
Después de haber compartido estos días junto a sus colegas del resto de las
cajas, ¿qué potencialidad asigna a la articulación y el trabajo conjunto de las
instituciones en orden a ampliar el mercado peruano de las microfinanzas?
WLR: Las
cajas tienen un mercado de clientes bastante grande. Ya lo dijeron los
expositores, lo sabemos también quienes revisamos las estadísticas: existe un
mercado bastante amplio todavía por atender en la zona rural y en las zonas
periurbanas, donde se necesitan servicios financieros. Necesitan entidades que
se adecuen a sus formas de trabajo. Necesitan entidades que lleguen y
coberturen esas zonas. Creo que todavía nos falta mucho por avanzar en ese
sentido. Pero tenemos un gran reto: el reto de la eficacia y la eficiencia para
que nuestros costos puedan solventar ese avance que todavía queremos lograr.
¿Cómo lo vamos a hacer? A través del uso de tecnología de información, que ya
también hemos revisado, a través de la mejora de nuestros procesos y,
finalmente, la base de la pirámide constituida en las personas, que también se
ha remarcado con énfasis. Porque finalmente las organizaciones las hacemos las
personas y estamos enfocando esas personas hacia el segmento de la micro y
pequeña empresa.
MMF: Tras
haber superado por primera vez los 300 participantes de este evento, reunir a
participantes de ocho países latinoamericanos, y de España, sumar nuevos
expositores, ¿le dejan un piso alto a Arequipa para el próximo año…?
WLR: Esperamos
haber colaborado en cuanto a la calidad de los eventos. Nos hemos esforzado y
planificado mucho. Hemos diseñado muchas cosas que, esperamos, los
participantes hayan captado a lo largo del desarrollo del evento. Y
consideramos que Arequipa es una caja muy importante, que sabemos que se va a
esforzar también para que el evento tenga la calidad tanto en los conocimientos
programáticos, como también en los eventos culturales y complementarios.
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