(Mundo Microfinanzas) La crisis financiera internacional pone en riesgo el sostenido crecimiento de las microfinanzas en la Argentina, porque la coyuntura impacta sobre la disponibilidad de fondos en el mercado internacional para financiar microcréditos y también obliga a las entidades del sector a extremar su rigor en la selección de potenciales clientes, para evitar la emergencia de una cartera de morosos que podría poner en duda su viabilidad.
La puesta en marcha de nuevas regulaciones y la incorporación de nuevos actores provocaron un incremento en las actividades de microfinanzas en el país en los últimos años, pero la crisis global amenaza con frenar esta tendencia.
Richard Gluzman, director de Banco Supervielle, que opera a través de Cordial Microfinanzas, afirmó que “la escasez de dinero para fondeo impacta en todos los proyectos, incluyendo los de microfinanzas. El fondeo proviene en general de cuatro fuentes: capital propio, deuda, fideicomisos y donaciones. Todas estas fuentes están en alguna medida afectadas por la crisis”, en declaraciones que difundió el diario El Argentino, uno de los principales de distribución gratuita del país.
Por su parte Pablo Zegarra, gerente general de Microcréditos de Banco Columbia, explicó que “la falta de fondeo va a afectar a todos. El impacto dependerá de las opciones de financiamiento que tengan. Lo que está claro, y lo mismo comentan colegas de la región, es que ha bajado la disponibilidad de capitales y el costo es exageradamente caro”.
Arnaldo Bocco |
Richard Gluzman, director de Banco Supervielle, que opera a través de Cordial Microfinanzas, afirmó que “la escasez de dinero para fondeo impacta en todos los proyectos, incluyendo los de microfinanzas. El fondeo proviene en general de cuatro fuentes: capital propio, deuda, fideicomisos y donaciones. Todas estas fuentes están en alguna medida afectadas por la crisis”, en declaraciones que difundió el diario El Argentino, uno de los principales de distribución gratuita del país.
Por su parte Pablo Zegarra, gerente general de Microcréditos de Banco Columbia, explicó que “la falta de fondeo va a afectar a todos. El impacto dependerá de las opciones de financiamiento que tengan. Lo que está claro, y lo mismo comentan colegas de la región, es que ha bajado la disponibilidad de capitales y el costo es exageradamente caro”.
Christian Sinobas, director ejecutivo de PlaNet Finance Argentina, advirtió que “casi ninguna institución está en situación de equilibrio financiero y muchas están con déficit”.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) puso en marcha en diciembre del año pasado una serie de normas de regulación orientadas a darle sustentabilidad y credibilidad al sistema, a través de la prestación de microcréditos por parte de entidades financieras tradicionales y especializadas en microcréditos, así como a la participación de bancos en sociedades que financian microemprendimientos.
“Mercado no explotado”
Arnaldo Bocco, miembro del directorio del BCRA, subrayó que “los bancos ya están incursionando en el sector y hay interés en el sistema. Creemos que es un mercado no explotado. Apunta a un sector social que tiene escasa experiencia con el sistema bancario y al que los bancos le generan miedo, por eso deben muchas veces recurrir a ONGs o fuentes de financiamiento alternativas”, explicó.
El funcionario, quien estimó que en Argentina hay un millón de potenciales clientes de microcréditos, relativizó el impacto de la crisis financiera sobre el desarrollo de este segmento de negocios: “Una vez que el banco toma expertise en el tema, tiene mucho para crecer. No creo que la crisis lo detenga”.
Las opiniones de los expertos difieren sobre la probable reacción de la demanda en el contexto de crisis. Para algunos, la coyuntura provoca incertidumbre y repercute sobre el estado emocional de los potenciales clientes de microcréditos, moderando sus expectativas. Para otros, las microfinanzas cumplirán el rol de “actividad de refugio” frente a la probable pérdida de empleos.
Lilian Varga, gerente comercial de FIE, que espera un crecimiento de su cartera de clientes de entre 30 y 32 por ciento para este año, dijo que “cuando hay crisis hay más gente con desempleo, que tiende a tener negocios propios. Pero algo que se percibe en la Argentina, y no en los demás países de la región, es que la gente siempre busca un trabajo en relación de dependencia. Y ven el emprendimiento como algo secundario o para salir del paso”.
Sinobas destacó que la reacción de demanda en el corto plazo va a ser negativa: “La gente adopta una situación conservadora. Aunque todavía los números de Argentina no muestran una fuerte crisis, hay prudencia”.
Portavoces del Banco Supervielle señalaron que “los bancos tradicionales van a reducir más todavía los créditos por falta de fondos. Los microemprendedores van a ir entonces a las instituciones de microfinanzas, quienes otorgan créditos basados en el análisis in situ de la familia involucrada, con lo cual dependen menos de las normas generales”.
Julián Costabile, gerente general adjunto de FIS, advirtió que “será necesario realizar una cuidadosa evaluación crediticia y, necesariamente, ser más restrictivos en los montos y en los plazos de los préstamos”, aunque reconoció que pese a la crisis, “el mercado está tan desatendido que hay muchas oportunidades para seguir creciendo”.
Zegarra, a su vez, dijo que se percibe en el mercado un leve incremento en los niveles de morosidad: “Subieron en todo el sistema financiero. Por ello, es conveniente ajustar la política de crédito, hacer relevamientos más detallados y profundizar el análisis, por ahora, como medidas de prudencia”.
Los expertos asumen que los efectos de la crisis financiera global sobre la economía doméstica impactarán sobre las microfinanzas, aunque sin frenar el proceso de consolidación que vive el sector en Argentina porque todavía existe una amplia demanda insatisfecha de medios de inclusión financiera en sectores de la población con bajos ingresos salariales.
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