(Mundo Microfinanzas) Cuando el próximo 20 de febrero se cierre la etapa
de trabajo conjunto entre gobierno de Uruguay y el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), el Programa de Microfinanzas para el Desarrollo Productivo habrá
asistido a más de 37.500 micro y pequeños empresarios, tanto en capacitación
como en asesoramiento técnico y acceso al financiamiento, al cabo de ocho años
de ejecución. En ese tiempo, el programa implementado por el Área de Políticas
Territoriales (APT) de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) llegó a
115 localidades, de acuerdo con el balance publicado por la APT en la
publicación Territorios Comunes (enero-febrero 2014).
Pero desde APT se asegura que el desafío no termina aquí y que los
objetivos iniciales del Programa habrán de profundizarse a través de un
reenfoque hacia el desarrollo económico local, con el emprendedor como pieza
clave.
La idea es potenciar a estos emprendedores “como parte de cadenas de
valor de inversiones mayores en los departamentos” en que está dividido el
territorio uruguayo.
Como ejemplo de este desarrollo, el APT da cuenta del proyecto piloto que
se lleva a cabo en Maldonado, en el litoral sur del país, con un sistema de
compras estatales para que las micro y pequeñas empresas puedan acceder con más
facilidad a prestar servicios y bienes en llamados y licitaciones públicas como
estrategia para su fortalecimiento.
“El Programa acciona
en clave de desarrollo local, en el entendido de que el trabajo de cercanía y
la llegada de las políticas públicas a las pequeñas poblaciones son la base
para lograrlo. En ese contexto, cada referente local y regional fue pieza
fundamental en la labor con los emprendedores en estos ocho años”, sostiene el APT
en la publicación.
Como muestra de
algunas de las experiencias junto a estos referentes, se comenta la actividad
realizada en Carlos Reyles, pequeña localidad del departamento de Durazno, en
el centro del país, donde se instaló un taller de generación de ideas con
enfoque de desarrollo local.
“Las inclemencias climáticas el día en que realizábamos el primer taller de sensibilización no consiguieron amedrentar a nadie, y nos reunimos con casi una docena de emprendedores con ganas de reflexionar sobre sus proyectos”, recordó la referente de Microfinanzas en la región centro-sur, Tania Burjel.
Otro ejemplo es Grecco, un poblado rodeado de explotación forestal, en el oeste del departamento Río Negro y donde sus apenas 600 habitantes viven gracias al trabajo en la industria maderera.
Según relata la publicación, en este sitio no existen alternativas de empleo real para las mujeres, de ahí la importancia de empoderarlas para que, con sus saberes, generen y fortalezcan sus emprendimientos como alternativa para obtener un ingreso.
Ya hay instancias de capacitación y financiamiento para que mujeres de esta localidad puedan fortalecer sus ingresos en una cooperativa de apicultoras y como vendedoras de alimentos para transportistas que trabajan en la industria forestal, según explicó Mariana Berger, referente regional de Microfinanzas para el litoral sur.
Para el APT, el reto es “poder profundizar estas acciones enfocadas en el desarrollo económico local, a efecto de que las personas con espíritu emprendedor puedan convertirse en piezas clave para la transformación de las realidades de sus localidades”.
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Otro ejemplo es Grecco, un poblado rodeado de explotación forestal, en el oeste del departamento Río Negro y donde sus apenas 600 habitantes viven gracias al trabajo en la industria maderera.
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Ya hay instancias de capacitación y financiamiento para que mujeres de esta localidad puedan fortalecer sus ingresos en una cooperativa de apicultoras y como vendedoras de alimentos para transportistas que trabajan en la industria forestal, según explicó Mariana Berger, referente regional de Microfinanzas para el litoral sur.
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