Instalación del encuentro en la fábrica Fralib, en Gémenos (foto: Association Autogestion) |
(Mundo Microfinanzas) En medio de la crisis de la zona Euro y cuestionamientos crecientes a la agenda de los gobiernos y del modelo
económico en Europa, experiencias latinoamericanas surgen como puntos de
referencia para la construcción de alternativas contra el desempleo y la lucha
por la autodeterminación de los trabajadores en el viejo continente.
De acuerdo con un reporte de Nicolas Tamasauskas, publicado en portugués
por el portal de orientación de izquierda Carta Maior ("Experiências
latino-americanas inspiram europeus"), los ejemplos de empresas autogestionadas por
sus operarios en América Latina ha constituido uno de los temas de discusión del
Encuentro Regional para Europa y el Mediterráneo: La Economía de los
Trabajadores, realizado los días 31 de enero y 1º febrero pasados en la ciudad
de Gémenos, en el sur de Francia.
El encuentro tuvo lugar en las instalaciones de la fábrica de producción
de té Fralib, subsidiaria de la multinacional Unilever, cuyas actividades están
interrumpidas desde 2011, cuando sus propietarios decidieron trasladar la
producción a Polonia, a fin de reducir sus costos laborales. La fábrica está
hoy bajo el control de sus trabajadores y es objeto de disputa judicial.
Durante el encuentro se analizaron casos de fábricas cerradas y
recuperadas por sus operarios en Latinoamérica, así como distintas
investigaciones llevadas a cabo en universidades de esta región, evaluándose la
viabilidad de este tipo de acciones colectivas en el contexto europeo.
El foro fue organizado por los propios trabajadores cooperados de
Fralib, en conjunto con el Programa Facultad Abierta, de la Facultad de
Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (UBA) y articulador inicial de
estos encuentros internacionales, el centro de documentación Workers Control,
el proyecto Officine Zero de Italia, el Instituto de Ciencias Económicas y de
la Autogestión (ICEA), de España, y la Asociación de Solidaridad de la Región
de Provenza con América del Sur (Aspas).
El reporte señala que cerca de 200 personas participaron del encuentro,
entre trabajadores, militantes de la autogestión y académicos. El resultado fue
un intercambio de experiencias y formas de movilización, y un consenso en torno
a la necesidad de profundizar estos vínculos y la solidaridad entre los países.
Gerard Cazorla, operador de máquinas con 33 años de trabajo en Fralib,
condujo a los visitantes extranjeros en una visita a la fábrica y resaltó que
el contacto con protagonistas de las experiencias solidarias y autogestionarias
en América Latina refuerza la confianza en el éxito de las tentativas de
recuperación en Francia.
Si bien se pusieron a consideración algunos paralelismos, los
participantes del encuentro coincidieron en destacar que siguen siendo notorias
las diferencias entre los sistemas de protección social y acceso a derechos de
los trabajadores en uno y otro continente. Aun sin conseguir producir, y a instancias de los reclamos judiciales, los operarios de Fralib fueron
remunerados por Unilever durante parte de la ocupación y reciben seguro de
desempleo, señala el reporte.
Menos ventajosa ha sido la experiencia en Grecia. Para Theodoros
Karyotis, representante de la asociación de iniciativas solidarias Vio.me, un
colectivo de trabajadores en Salónica, sería importante crear una red
internacional más estable, que permita a estos emprendimientos apoyarse recíprocamente
y crear una voz común.
Con 70 trabajadores, la situación de Vio.me es similar a la de Fralib.
Después de un año sin cobrar salarios ni gozar de beneficios laborales, y sin
poder acceder al sistema de subsidio al desempleo, los trabajadores decidieron
ocupar la fábrica. La empresa, que producía materiales para la construcción
civil, hoy ya no posee capital para continuar esa línea productiva y tampoco
mercado. “La crisis en Grecia hace que la construcción civil esté totalmente
parada”, dijo Karyotis.
Con todo, y bajo el control de sus operarios, la empresa comercializa en
la actualidad productos de limpieza con insumos naturales, vendiéndolos de
manera informal con apoyo de organizaciones solidarias en distintas ciudades
griegas. Además, la cooperativa contempla la figura del “miembro solidario”,
integrante de la comunidad que, al adquirir productos, tiene derecho a
participar en la toma de decisiones del emprendimiento.
Uno de los países más afectados por la crisis de la zona Euro, Grecia ha
visto el surgimiento de diversas experiencias de este tipo, según Karyotis. “Han
surgido muchas cooperativas productivas y de consumo. También redes de
intercambio y estructuras solidarias, como centros de atención médica gratuita”,
aseguró.
Siempre de acuerdo con el reporte publicado por Carta Maior, los griegos
propusieron durante el encuentro la creación de un fondo internacional de apoyo
a estos emprendimientos solidarios, con recursos de las propias empresas
recuperadas y cooperativas, iniciativa que recibió el apoyo de otros
trabajadores y activistas, como Benoît Borrits, de la Association Autogestion de
Francia.
A pleno vapor
Argentina llevó diversos ejemplos de autogestión. Florecientes en la
profunda crisis que el país vivió a fin del siglo pasado y comienzos del
actual, las fábricas recuperadas por sus trabajadores se consolidaron,
funcionan a vapor pleno, con una importante movilización de operarios, apoyo de
las comunidades donde están insertas y amparadas por mecanismos legales que
habilitan el pasaje de la propiedad de la fábrica quebrada a sus trabajadores
organizados en cooperativa.
Se discutió el caso de la cooperativa Textil Pigüé, localizada en una
ciudad de 15 mil habitantes, a 600 kilómetros de Buenos Aires. La cooperativa
ha sido depositaria de la escritura traslativa de dominio de bienes y
medios de producción de sus anteriores titulares, la empresa textil argentina
Gatic. La iniciativa fue presentada en Francia por uno de los operarios de Textil
Pigüé, Francisco Martínez: “Este encuentro y este escenario nos recuerdan
muchos momentos del inicio de nuestra lucha”. La cooperativa reúne hoy a 140
trabajadores cooperados.
En tanto, los brasileños Vanessa Moreira Sígolo, del Núcleo de Economía
Solidaria (Nesol), de la Universidad de São Paulo (USP), y Flavio Chedid, del Núcleo de Solidaridad
Técnica (Soltec), de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), compartieron
resultados de un reciente relevamiento nacional.
Brasil posee 69 empresas recuperadas por trabajadores en funcionamiento,
que actúan en diferentes segmentos como metalurgia, minería, industria textil y
otros. El estudio As empresas recuperadas por trabalhadores no Brasil: Resultados de um levantamento nacional (2013) fue conducido por investigadores
de diez universidades brasileñas, consolidado a partir de investigaciones de
campo, entrevistas con trabajadores y análisis de los resultados.
“La investigación buscó ofrecer al público las experiencias de millares
de trabajadores que, a partir de la lucha contra el desempleo, crearon formas
colectivas y autogestionadas de producción y trabajo”, dijo Moreira Sígolo. Y aseguró
que “las experiencias de autogestión son parte de la historia de resistencia
contra la explotación del trabajo y hoy retoman su actualidad frente a las
crisis sociales, económicas y ecológicas del capitalismo contemporáneo”.
Durante el encuentro en Gémenos también se presentaron experiencias y opiniones de trabajadores y académicos de México, Italia, España y Turquía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario