Coordinadora y miembros del equipo del Programa de Microfinanzas, durante la jornada de reflexión esta mañana en Montevideo (foto: Mundo Microfinanzas) |
(Mundo
Microfinanzas, en Montevideo) El Programa de Microfinanzas para el Desarrollo Productivo en Uruguay despierta hace unos años expectativa en la región, no
sólo por su carácter -precisamente- programático e integral, sino también por
el modo como el gobierno lo ha incorporado como política pública de desarrollo
a nivel país.
Desde sus
comienzos ocho años atrás, con el financiamiento y apoyo del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), a la actualidad, como programa del Área de
Políticas Territoriales, de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto del
gobierno (OPP), esta iniciativa se ha ido modificando, perfeccionando, de algún
modo forjándose en la práctica, con el eje puesto desde un principio en la inclusión
de las micro y pequeñas empresas, emprendedores, pequeños agricultores o
ganaderos del interior a los beneficios del crédito.
Durante la
jornada de cierre de año, que ha tenido lugar esta mañana en la sede de la
presidencia de la República, la coordinadora del Programa, Carolina Ferreira, confió
que la palabra que más apareció en la nube fue “articulación”, sin dudas debido
a la diversidad de actores intervinientes y la necesidad de asegurar una
cohesión a las acciones. A esa palabra podríamos agregar otras, surgidas de las
distintas exposiciones de la jornada, y que se pueden pensar como
palabras-puentes entre la experiencia ya hecha y la orientación que tendrá el
programa a partir del año próximo: desarrollo local, territorio, focalización,
brechas.
Junto a la
coordinadora del Programa, el responsable de Servicios Financieros, Jerónimo
Gravina, y el responsable del área Territorial, Martín Lescano, tuvieron a
cargo el primero de los tres segmentos del evento. Ellos compartieron algunas
notas a modo de balance, divididas entre lo que se presentó como “aportes”, “aprendizajes”
y “desafíos”.
Entre los
aportes, Gravina destacó el mérito de haber puesto el tema de la inclusión
financiera en la agenda pública. Inclusión financiera entendida como elemento
fundamental para la inclusión social. Él refirió la cuestión de la articulación
de actores, no necesariamente homogéneos, y el impacto local y regional de las
intervenciones, impacto que se traduce en mejores condiciones de vida para los
beneficiarios. “Los gobiernos departamentales son socios estratégicos del
Programa”, dijo Gravina. Y al fin lo más pertinente de un programa de
microfinanzas: mejorar las condiciones para el acceso al financiamiento de
aquellos hasta entonces excluidos de ese beneficio.
Entre lo
aprendido, Lescano destacó en primer lugar la capacidad del
Programa de adaptarse a necesidades locales y regionales, casi siempre
diversas, sin perder el foco nacional y estratégico. Luego se refirió a la aptitud de generar demanda allí donde antes no la había. En ese contexto
mencionó las actividades de visibilización del Programa, sea bajo la forma de
talleres de sensibilización, de negociaciones institucionales o estrategias de
comunicación. Por ese aprendizaje, el Programa cuenta ya con referentes locales
en comunicación. “La comunicación es clave, los emprendedores tienen que
identificarse y decir ‘esto es para mí’”, explicó Lescano. Finalmente también habló
de la capacidad adquirida por el Programa de interpelarse constantemente. Lo que resulta en una mejor capacidad de monitoreo y evaluación, entre
otras destrezas.
Como retos
hacia adelante, Ferreira hizo hincapié en la necesidad de profundizar el
enfoque territorial, al que calificó de “acierto” y que en los inicios del
Programa no estaba del todo claro. Derivado de este enfoque, las tensiones
nacionales-locales: hay que saber que ellas existen y deben ser administradas
con criterio. Ella destacó también la formación de recursos humanos, el “efecto
derrame” de estas capacidades, sobre todo en el interior profundo del país (“el
interior del interior”). Luego mencionó la necesidad de establecer alianzas
flexibles, no encorsetarse en los procesos (y puso como ejemplo: algunos
departamentos tienen sus propias agencias de desarrollo, otros no). Avanzar en
el enfoque de cadena de valor, con la inclusión de mypes, implica nuevos
desafíos, que podrían tener en la promoción del asociativismo alguna respuesta.
Ferreira también habló de la necesidad de apuntalar horizontes de mayor plazo y
animarse a innovaciones sociales con las poblaciones más vulnerables, jóvenes,
mujeres.
Al fin de
su alocución, dedicó un agradecimiento al equipo con el que compartió el
trabajo en estos años: “Trabajar en territorio es vocacional”.
La jornada
organizada por el Programa de Microfinanzas ofreció además un panel con
comentarios y reflexiones del presidente del Banco de la República (BROU), Fernando Calloia; el decano
de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de
la República (UdelaR), Rodrigo Arim; y el director del Área de Políticas
Territoriales de la OPP, Marcos Otheguy, además de presentar un estudio de
evaluación y recomendaciones para el Programa, elaborado por investigadores de
la FCEA, UdelaR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario