(Mundo Microfinanzas) Las remesas siguen siendo uno de los mayores
flujos transfronterizos entre Estados Unidos y América Latina y el Caribe, por
un total de más de US$ 60 mil millones anuales. Sin embargo, es aún poco lo que
estos recursos contribuyen al ahorro de los hogares de familias pobres y
vulnerables, de donde se deduce la importancia de bancarizar a los clientes de
remesas.
Así se propone en el estudio Situación económica y envío de remesas de migrantes de América Latina y el Caribe en el período post-recesión, comisionado
por el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), del BID, y preparado por la
organización Diálogo Interamericano. Dicho estudio, presentado este jueves en Washington, se basa en una encuesta
realizada en 2013 a dos mil migrantes de países de la región que residen en
cinco de las principales ciudades de Estados Unidos.
“Al canalizar más remesas a través del sistema financiero formal, como
en cuentas de ahorro, se podría ayudar a los hogares pobres y vulnerables a
beneficiarse más de estos flujos”, dijo la gerente general del Fomin, Nancy
Lee. “El Fomin trabaja con los clientes de remesas, y en particular con las mujeres,
quienes son importantes tanto en su envío como recibo, para ofrecerles mayores
oportunidades de ahorrar en cuentas formales con el fin de que puedan invertir
en educación, vivienda, creación de empresas y otras necesidades”.
Las mujeres encuestadas reportaron los mayores incrementos tanto en el
monto promedio enviado, como en el número de transferencias por año, mientras
que la cantidad y frecuencia de las transferencias realizadas por los hombres
se mantuvo estable, informó el BID a través de un comunicado.
Entre las principales conclusiones del informe se encuentran:
Recuperación: Las remesas a los ocho países incluidos en este estudio
(Colombia, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras,
Jamaica y México) se han recuperado en un 12% desde el año 2009.
Ahorro informal: Dos tercios de los migrantes dicen ahorrar dinero de
alguna manera, pero la mayoría lo hace de manera informal, lo que reduce su
potencial para la creación de riqueza a largo plazo.
Baja bancarización en receptores: Aunque sesenta por ciento de los
migrantes dijeron tener una cuenta bancaria en los Estados Unidos, sólo un
tercio de los receptores en la región tiene cuentas bancarias, según sus
familiares.
Vulnerabilidad: Las condiciones económicas de los migrantes de la región
han mejorado modestamente desde la crisis financiera de 2008-2009, pero siguen
siendo vulnerables en términos de ingresos, ahorro y niveles de deuda.
Mujer e indocumentados: Se encontró que las mujeres, los recién
llegados, los indocumentados y aquellos con niveles bajos de educación están
entre las personas más vulnerables económicamente.
"A pesar de la recuperación económica en los Estados Unidos, que ha
permitido un ligero aumento en el dinero enviado por los migrantes, la
situación financiera de estos sigue siendo débil", dijo Manuel Orozco, senior
fellow del Diálogo Interamericano y autor del informe. "Esta
vulnerabilidad puede ser mitigada a través de la movilización de ahorros y un
mayor acceso a otros productos y servicios financieros".
El Fomin ha estudiado las remesas por más de diez años, con el fin de
crear conciencia sobre el volumen de estos flujos y aumentar su impacto en el
desarrollo a través de la inclusión financiera. El Programa de Remesas y
Ahorros del Fomin busca mejorar el acceso a productos de ahorro formales entre
hogares que envían y reciben remesas en la región.
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