(Mundo Microfinanzas) Hombres y mujeres de veinte pueblos de las comunidades rurales senegalesas de Bala y Koar, en el este del país, serán beneficiarias de un programa de microfinanzas con la participación de dos organizaciones internacionales.
Se trata de la organización Tostan (con sede en Dakar y experiencia en diez países africanos) y el fondo filantrópico creado por la editora sueca Sigrid Rausing, del Sigrid Rausing Trust (con sede en Londres). Ambas trabajan con un enfoque holístico y educativo orientado al desarrollo social y la promoción de los derechos humanos.
Según anunció este sábado el diario senegalés Sud Quotidien, cada una de las comunidades podrá acordar un préstamo de hasta 400 mil francos senegaleses (767 dólares), en condiciones flexibles que serán definidas el próximo viernes en la ciudad de Tambacounda (cabecera de la región).
Se busca crear una gama de actividades generadoras de ingresos, junto a un estudio de los circuitos de comercialización. Esencialmente estarán orientadas al pequeño comercio y la horticultura.
El programa microfinanciero busca apuntalar el trabajo que Tostan, desde 1997, viene realizando en distintas comunidades de África subsahariana en procura de poner fin a la ablación y mutilación genital femenina.
Esta perniciosa práctica, que desde hace siglos se realiza en niñas y mujeres africanas, aún se invoca por razones de tradición y falsas interpretaciones religiosas.
Sigrid Rausing |
Según anunció este sábado el diario senegalés Sud Quotidien, cada una de las comunidades podrá acordar un préstamo de hasta 400 mil francos senegaleses (767 dólares), en condiciones flexibles que serán definidas el próximo viernes en la ciudad de Tambacounda (cabecera de la región).
Se busca crear una gama de actividades generadoras de ingresos, junto a un estudio de los circuitos de comercialización. Esencialmente estarán orientadas al pequeño comercio y la horticultura.
El programa microfinanciero busca apuntalar el trabajo que Tostan, desde 1997, viene realizando en distintas comunidades de África subsahariana en procura de poner fin a la ablación y mutilación genital femenina.
Esta perniciosa práctica, que desde hace siglos se realiza en niñas y mujeres africanas, aún se invoca por razones de tradición y falsas interpretaciones religiosas.
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