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Esther Duflo, en julio de 2011, durante una conferencia en Ginebra (foto: UN Geneva) |
(Textos recobrados de MicroDinero) La economista francesa Esther Duflo,
del laboratorio Abdul Latif Jameel Poverty Action, del Massachusetts Institute
of Technology (MIT), fue elegida en el top 100 de las personalidades más
influyentes del año por la revista norteamericana Time.
Duflo, de 38 años, es pionera en el análisis de impacto de programas
anti-pobreza en países en desarrollo y una de las investigadoras que ha llamado
la atención sobre la inconveniencia de considerar a las microfinanzas como
“receta mágica”.
Para Time, sorprendentemente, es muy poco lo que se conoce acerca de los
comportamientos económicos de más de mil millones de personas en el mundo que
viven con menos de US$ 1,25 al día. Consecuentemente, es muy poco lo que se sabe
para poder ayudar a esta población.
Economistas como Duflo están cambiando esto, según la opinión de los
académicos que elaboran la lista anual de Time. “Como cofundadora del Abdul
Latif Jameel Poverty Action Lab del MIT, junto a Abhijit Banerjee y Sendhil
Mullainathan, ella ha roto la torre de marfil haciendo algo que los economistas
rara vez hacen: reunir datos reales para ver cómo se puede contribuir realmente
a la reducción de la pobreza”.
Uno de sus principales hallazgos, destaca Time, es que las
microfinanzas, una de las soluciones más en boga para la reducción de la pobreza, no son todo lo revolucionarias que parecían ser. Que, como tantas otras asunciones
en materia económica -que dejan ver sus puntos flojos conceptuales al momento
de un análisis más fino-, parece obvio pensar que no todo el mundo ha nacido
para ser un emprendedor.
Duflo, señala finalmente la revista, también ha sido “implacable” en
cuestionar otros preconceptos, como asignar excesivo valor a la ayuda
internacional en los países pobres.
Otros reconocimientos
No es el primer reconocimiento para Esther Duflo en su joven carrera
profesional. El año pasado obtuvo la medalla John Bates Clark, otorgada por la
American Economic Association (AEA), que distingue a los economistas de menos de 40
años más promisorios de los Estados Unidos (de los 31 que obtuvieron este premio,
12 se alzaron luego con el Nobel de Economía, incluyendo a Paul Samuelson y
Milton Friedman).
También en 2010, la investigadora francesa fue la primera ganadora del
premio internacional Calvó Armengol de la Graduate School of Economics de
Barcelona (GSE). En 2005, había sido elegida por Le Monde como la mejor
economista joven de Francia.
Duflo estudió en la École Normale Supérieure de París (ENS), donde se graduó
en historia y economía. Se doctoró en el MIT, donde se convirtió, a los 29
años, en la profesora asociada permanente más joven de la institución. En 2010
recibió su primer doctorado honoris de la Université Catholique de Louvain (UCL),
Bélgica.
Junto a sus colegas Banerjee y Mullainathan, del MIT, lleva adelante
investigaciones enfocadas en salud, educación y género en su relación con la
provisión de crédito, liderando un grupo académico que ha logrado importantes
progresos en experiencias de campo utilizando metodologías para descubrir
relaciones causales en economía.
Las microfinanzas deben a este equipo de catedráticos, junto a otros
destacados investigadores en distintas universidades del mundo, el compromiso
por ajustar los enfoques científicos y precisar las herramientas teóricas de
evaluación de impacto.
Publiqué este artículo el 23 de abril de 2011 en MicroDinero
Nota del Editor: Las últimas versiones de los estudios de impacto del MIT
persisten en su reserva sobre supuestos efectos benéficos del microcrédito. Los
estudios aleatorios con clientes de Al Amana, en áreas rurales de Marruecos
(Estimating the impact of microcredit on those who take it up: Evidence from a randomized experiment in Morocco, por Bruno Crépon, Florencia Devoto, Esther
Duflo y William Pariente, mayo de 2014) y en la India con clientes de Spandana
(The miracle of microfinance? Evidence from a randomized evaluation, por Abhijit
Banerjee, Esther Duflo, Rachel Glennerster y Cynthia Kinnan, marzo de 2014),
reconocen en algunos casos incrementos en la inversión de activos para
actividades auto-empresariales, pero son circunspectos al momento de observar
mejoras en los niveles de consumo y, menos aún, en las condiciones generales de
bienestar de los hogares de los prestatarios.
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