(Textos recobrados de MicroDinero) La banca islámica logra sobreponerse
a una serie de chubascos en los últimos meses, tanto financieros como
filosóficos, y no deja de crecer, desafiando a sus críticos y cosechando más
adherentes.
Sheikh Taqi Usmani |
Bajo este enfoque, el Financial Times de Londres dedicó este miércoles
un artículo a las finanzas islámicas, firmado por el periodista Robin
Wigglesworth (“Niche market defies its critics, gaining in depth and
sophistication”).
El análisis plantea que, tras la crisis política en el mundo árabe, el
sector pudo haber atravesado un escenario de “tormenta perfecta”, si a ello
sumamos tambaleantes compañías de inversión que cumplen con la Sharia, bonos
islámicos defaulteados por primera vez y bancos islámicos golpeados por
pérdidas en préstamos hipotecarios.
No obstante ello, las finanzas islámicas siguen creciendo en términos
absolutos y relativos (respecto a la banca convencional) y ya hay expertos que
aseguran que ha sobrepasado la marca de los US$ 1.000 billones en activos.
Entre los consultados por el FT, el vicepresidente ejecutivo del HSBC Amanah, Razi Fakih, confirmó que 2011
ha sido un buen año para la compañía pese a las turbulencias en los países
árabes. Y sostiene que la industria ha ido mejor de lo que muchos esperaban.
El artículo afirma que el crecimiento ha sido más pronunciado en
baluartes tradicionales de las finanzas islámicas, como Malasia o países del
Golfo, pero que también está avanzando en mercados occidentales. Y menciona las
incursiones en bonos islámicos (Sukuk) de empresas como Nomura y General Electric.
Como se plantea en el título de la nota, la industria no sólo ha ganado
en envergadura sino también en profundidad y sofisticación. En el pasado, se
trataba principalmente de un fenómeno de banca comercial. Hoy abarca desde banca
minorista (incluyendo tarjetas de crédito que acatan la Sharia y seguro) hasta
productos de inversión.
Sin embargo, el artículo del diario británico no deja de señalar
críticas recientes, que apuntan sobre todo a una supuesta transgresión de
principios y jurisprudencia islámicas. Menciona al jurisconsulto islámico
paquistaní Sheikh Taqi Usmani, quien arguyó contra cierta laxitud en
estructuras Sukuk.
También destaca a críticos que vienen de ámbitos extraños al mundo
financiero, pero que podrían verse empáticos con el movimiento. Es el caso del
catedrático iraquí, y ex ministro de Defensa de su país, Ali Allawi, autor del
libro The Crisis of Islamic Civilisation (2009, Yale University Press), para
quien la banca islámica no es más que un “astuto embuste” (artful delusion).
El artículo deja planteado un debate pendiente para el sector: “En
muchos aspectos, la banca islámica -al menos en Medio Oriente- parece indecisa
entre un camino más laxo (lenient), que en los hechos se aviene a compromisos
con las finanzas convencionales, o una senda más estricta, muy probablemente a
expensas del crecimiento”.
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