Secado solar de granos de cacao en Santo Tomé y Príncipe (foto: FIDA/Susan Beccio) |
(Textos recobrados de MicroDinero) Hace más de una década, productores de
cacao en Santo Tomé y Príncipe sufrieron a consecuencia de la caída de los
precios globales. Muchos de ellos abandonaron sus plantaciones, mientras otros
tiraron abajo los árboles para dejar limpio el campo para otros cultivos, como
el maíz.
Un proyecto del International Fund for Agricultural Development (FIDA, con
sede en Roma), en alianza con algunos de sus socios, permitió que cerca de
2.200 campesinos de esta isla ecuatorial africana estén cultivando ahora cacao
certificado como orgánico o de comercio limpio, según informe publicado por la
agencia en su página.
La caída del precio internacional del producto en 1998 llevó incluso a que
el gobierno anunciara el fin del ciclo industrial del cacao en la isla.
A comienzos del milenio, el FIDA se unió a Kaoka, productor líder de
chocolate orgánico en Francia, con quienes asumieron la tarea de hacer una
evaluación del sector. El estudio concluyó que el rico origen genético de las
variedades de cacao de Santo Tomé podría producir granos de cacao aromático superior
cuyos precios son más altos y estables que el cacao ordinario. Los técnicos
encontraron además que los métodos de cultivo tradicional podrían adaptarse
fácilmente a la producción orgánica. Como resultado, y combinando producción
orgánica con principios de comercio limpio, los agricultores cacaoleros
incrementarían significativamente sus ingresos.
A fines de 2000, el FIDA lanzó un proyecto piloto de tres años que
involucró a unos 500 campesinos en once comunidades santotomenses. Kaoka acordó
supervisar el proyecto y comprar todo el cacao orgánico certificado que se
produzca. Los agricultores recibieron asesoramiento técnico y servicios de
extensión de Kaoka a través programas fondeados por el FIDA: el objetivo fue
capacitar para la transición desde una producción de calidad media a una de
excelencia. Se inculcaron técnicas para el uso de secadoras solares y un
almacenamiento que limite el deterioro de los granos una vez que son
cosechados. Con la participación de investigadores locales y certificadores internacionales,
se puso en marcha el proceso para certificar que el cacao era orgánico.
Algunos de
los notables resultados obtenidos en esta década de implementación muestran un
incremento en el tonelaje de cacao orgánico producido: de 50 en 2004 a 600 en
2010. Y en cuanto a cantidad de agricultores implicados se pasó de 750 en 2004,
a 2.250 en 2010.
El programa
es hoy una dinámica sociedad multisectorial liderada por el gobierno de Santo
Tomé y Príncipe, con apoyo del FIDA. Las familias que participaron del programa
vieron incrementar su ingreso anual, en promedio, desde un nivel de 25 % por
debajo de la línea de pobreza a un 8 % por arriba de este umbral.
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