(Textos recobrados de MicroDinero) El gobierno de Argelia encara una
revisión de su legislación sobre pequeñas y medianas empresas con vistas a
introducir nuevos mecanismos de promoción de las microempresas. El nuevo
instrumento buscará regularizar las actividades informales en el país norafricano.
Esta es la base de los anuncios realizados esta semana por el ministerio
de la Industria y de la Promoción de Inversiones (MIPI) en el marco de la
conferencia internacional sobre microfinanzas concluida este martes en Argel
con apoyo de la agencia alemana de cooperación internacional (GIZ).
El nuevo corpus normativo, además de adecuar la definición de las
pequeñas y medianas empresas según parámetros internacionales, establecerá las modalidades
para la creación de las microempresas o “muy pequeñas empresas” (TPEs, en
francés), entidades socioeconómicas hasta el momento no consideradas como
objeto de políticas públicas específicas.
Este replanteamiento significa la admisión de que el trabajo que ha
venido realizando hasta el momento la Agencia Nacional para la Gestión de
Microcréditos (Angem) y la Agencia Nacional de Apoyo al Empleo de los Jóvenes
(Ansej) es insuficiente. Los microcréditos de Angem pueden ser equiparados con
las microfinanzas, pero no han contribuido eficazmente a la creación de
empleos, reconocen en el gobierno argelino. A lo sumo se destaca de estos
programas haber llegado a wilayas del interior del país, contribuyendo a forjar
algunas historias de éxito. Pero con ello no alcanza.
Se ha concluido que las microfinanzas no sólo deben ser consideradas una
herramienta contra la exclusión sino como instrumento de empresariado,
generadora de TPEs.
Para los funcionarios del MIPI, las microfinanzas deben reposar sobre un
marco legal que tome en cuenta la seguridad del emprendedor, en un proceso de
acompañamiento que vaya desde la generación de un proyecto de negocio hasta sus
resultados.
La idea de estos tres días de conferencia fue impregnarse de la
experiencia de otros países magrebíes y ver qué instrumentos legales se usan
para dar respaldo a los empresarios de la base productiva.
El aporte alemán estuvo a cargo de la ministra consejera de la Embajada
de Alemania en Argel, Monika Iwersen, para quien la conferencia sirvió a los
efectos de conocer mejor el funcionamiento de las pequeñas empresas del país,
sus necesidades y especificidades. Indicó que en su país las pequeñas y
medianas empresas constituyen el 99,6% del tejido empresario y participan del
60% en la creación de empleos.
Los expertos de la GIZ explicaron que, para que el financiamiento de las
TPEs a través de las microfinanzas tenga éxito, hace falta un diálogo con las
asociaciones profesionales y con todos aquellos que juegan un rol en la
creación de empresas. Se trata de un tema que debe involucrar a todos los
sectores, universidades, consultores, expertos, agencias de promoción, centros
de facilitación… Desde la perspectiva alemana, hacer de la TPE una empresa
económicamente viable y ecológicamente consciente obliga a un debate de fondo
que piense su inserción en el seno de una esfera institucional, bancaria,
financiera y de gestión de fondos públicos.
Realizada en el hotel Sheraton de Argel, la conferencia contó con la
presencia de un centenar de participantes de los sectores público y privado de
Argelia y de países extranjeros como Alemania, Marruecos, Yemen, Siria, Canadá,
Líbano y Bélgica.
En representación del ministro de Industria del gobierno, Mohamed
Benmeradi, participó del encuentro el director general de la PME del MIPI,
Ammouri Brahiti.
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