(Mundo Microfinanzas) Vikram Akula, presidente de SKS Microfinance, podría decirse que es la figura más controversial de la naciente industria microfinanciera de la India.
Tal presentación, hecha este sábado por Sanjiv Shankaran en el portal indio Livemint, se hace a propósito de la próxima oferta pública inicial (IPO, en inglés) de SKS, la primera entre las compañías microfinancieras de este país.
El artículo cita opiniones de Akula en una entrevista en la que se expide sobre su “impasible apoyo” (unabashed support) hacia un enfoque comercial en el negocio de prestar a los pobres.
Algunas de sus expresiones pueden leerse en una fina línea entre el cinismo y el pragmatismo.
“Nosotros creemos que el enfoque comercial en las microfinanzas es la mejor forma de llegar a la gente pobre. Muhammad Yunus cree que deberíamos tomar el camino de la ‘empresa social’ (social business), que significa no ganancias, no pérdidas. A nosotros nos parece que si estamos tratando de recaudar 70 billones de dólares (3,3 trillones de rupias) para crédito a los pobres de la India, el único lugar posible para hacerse de ese dinero es el mercado de capital comercial”.
“La única manera de obtener capital comercial es ser no sólo rentables, sino extremadamente rentables”.
“En 2005, nos convertimos en NBFC (compañía financiera no bancaria) y nuestra meta fue ser extremadamente rentables porque esa era la mejor manera de atraer más capital para más pobres. Hoy tenemos 6,8 millones de clientes y lo hemos hecho en un tercio del tiempo del Grameen Bank (fundado por Yunus)”.
“Esto no es desmerecer al Grameen Bank. Lo que decimos es que el enfoque comercial es lo que la nueva generación de microfinanzas propone a la industria: la capacidad de reunir capital y superar las limitaciones de capital de una forma que el modelo de social business no es capaz de hacer. Por eso es que estamos saliendo a la bolsa”.
De cualquier modo, convendría no hacer de SKS vs Grameen la contradicción básica de las microfinanzas (para su modelo de social business, Yunus ha debido asociarse con multinacionales que, más allá de sus inversiones filantrópicas, buscan ser no sólo rentables sino “extremadamente rentables”). La industria debe buscar o perfeccionar modelos que superen este falso antagonismo.
Con su doble tradición que podríamos llamar “liberal-asociativa” (por un lado favorecedora de la creatividad e iniciativa individual, por otra abrevando en formas colectivas y solidarias de producción económica), las microfinanzas de América Latina pueden aportar mucho a este debate, de momento circunscrito a la experiencia asiática.
Tal presentación, hecha este sábado por Sanjiv Shankaran en el portal indio Livemint, se hace a propósito de la próxima oferta pública inicial (IPO, en inglés) de SKS, la primera entre las compañías microfinancieras de este país.
El artículo cita opiniones de Akula en una entrevista en la que se expide sobre su “impasible apoyo” (unabashed support) hacia un enfoque comercial en el negocio de prestar a los pobres.
Algunas de sus expresiones pueden leerse en una fina línea entre el cinismo y el pragmatismo.
“Nosotros creemos que el enfoque comercial en las microfinanzas es la mejor forma de llegar a la gente pobre. Muhammad Yunus cree que deberíamos tomar el camino de la ‘empresa social’ (social business), que significa no ganancias, no pérdidas. A nosotros nos parece que si estamos tratando de recaudar 70 billones de dólares (3,3 trillones de rupias) para crédito a los pobres de la India, el único lugar posible para hacerse de ese dinero es el mercado de capital comercial”.
“La única manera de obtener capital comercial es ser no sólo rentables, sino extremadamente rentables”.
“En 2005, nos convertimos en NBFC (compañía financiera no bancaria) y nuestra meta fue ser extremadamente rentables porque esa era la mejor manera de atraer más capital para más pobres. Hoy tenemos 6,8 millones de clientes y lo hemos hecho en un tercio del tiempo del Grameen Bank (fundado por Yunus)”.
“Esto no es desmerecer al Grameen Bank. Lo que decimos es que el enfoque comercial es lo que la nueva generación de microfinanzas propone a la industria: la capacidad de reunir capital y superar las limitaciones de capital de una forma que el modelo de social business no es capaz de hacer. Por eso es que estamos saliendo a la bolsa”.
De cualquier modo, convendría no hacer de SKS vs Grameen la contradicción básica de las microfinanzas (para su modelo de social business, Yunus ha debido asociarse con multinacionales que, más allá de sus inversiones filantrópicas, buscan ser no sólo rentables sino “extremadamente rentables”). La industria debe buscar o perfeccionar modelos que superen este falso antagonismo.
Con su doble tradición que podríamos llamar “liberal-asociativa” (por un lado favorecedora de la creatividad e iniciativa individual, por otra abrevando en formas colectivas y solidarias de producción económica), las microfinanzas de América Latina pueden aportar mucho a este debate, de momento circunscrito a la experiencia asiática.