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martes, 9 de octubre de 2012

Jóvenes emprendedores: "El financiamiento es la culminación de un ciclo, no el inicio"

Dino Linares en el Foromic de Barbados (foto: Mundo Microfinanzas)

(Mundo Microfinanzas) Los fundadores del Centro Integral de Desarrollo (CID), formador de jóvenes emprendedores de sectores vulnerables del Perú, tuvieron que atravesar la experiencia de ellos mismos como emprendedores antes de dar con resultados satisfactorios.

Al igual que muchos jóvenes que no dan en el clavo con su idea de negocio, tropiezan y vuelven a levantarse, el CID supo identificar errores de planteo en sus comienzos, rectificarlos y reenfocar la estrategia de la organización. A dos décadas de su fundación, el programa Haz realidad tu negocio del Centro mereció este año el premio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por su excelencia en la prestación de servicios para jóvenes emprendedores en América Latina y el Caribe.

Mundo Microfinanzas dialogó durante el pasado Foromic, en Barbados, con el director ejecutivo del CID, Dino Linares Scarcerieau, apenas concluido el panel sobre Emprendimiento juvenil que lo tuvo como uno de los animadores.

Mundo Microfinanzas: ¿Qué significado le asignas al premio?
Dino Linares Scarcerieau: El premio es una satisfacción muy grande. Un reconocimiento al trabajo de muchos años y reconocimiento, sobre todo, a la gente que hemos logrado formar, tanto a los usuarios como a la propia gente del CID. Pues hemos pasado por un sinnúmero de dificultades, nos hemos equivocado tantísimas veces, pero felizmente hemos logrado enfocarle al asunto por donde creo había que enfocarlo. Definitivamente, es una alegría muy grande.

MMF: ¿Cuánta gente trabaja en el programa?
DLS: Nosotros cuando empezamos hace veinte años éramos dos amigos y trabajábamos a medio tiempo, como un voluntariado. Pues ahora ya es una organización un poco más grande, alrededor de 70 u 80 personas de manera permanente, y alrededor de otros 150 que son asesores y capacitadores a tiempo parcial. Y trabajamos en diecisiete regiones del Perú.

MMF: Durante el panel también mencionaste alguna experiencia en El Salvador y en Santo Domingo, ¿quiere decir que han extendido el programa a otras partes de América Latina?
DLS: Hemos hecho proyectos puntuales en siete países, con la Unesco y algunos con el BID. Han sido proyectos cortos, pequeños, con públicos muy desfavorecidos. En el caso de El Salvador con gente de las pandillas, los “mareros”. En Costa Rica en zonas rurales muy pobres. En Santo Domingo en los barrios más difíciles de esa ciudad. Y lo que se ha hecho, específicamente en República Dominicana, es también formar operadores locales. Hemos trabajado con tres organizaciones a las cuales se les ha transferido toda la metodología y ha sido un programa de casi un año y medio. Entonces se les ha enseñado prácticamente todo lo que hacemos y eso lo han adaptado a la realidad local.

MMF: Y el caso que mencionaste de la madre soltera en Perú (conmovedora historia de una joven que alquilaba huesos de res), ¿se trata de los sectores más pobres?
DLS: Claro, claro, es el sector más pobre. Es gente que vive con menos de dos dólares al día. El lugar se llama Lomas de Carabayllo, en la periferia norte de Lima, a diez o doce kilómetros del centro de la ciudad. Una zona que, paradójicamente, es una de las que más ha crecido en Lima, pero donde hay estos bolsones de pobreza muy grandes. Los contrastes son muy fuertes. Pero aún en esas zonas te encuentras con mucha gente con ganas de emprender y salir adelante. Y es algo realmente muy alentador, muy aleccionador.

MMF: Durante el panel mencionaste que en los primeros años del programa cometieron algunas equivocaciones y luego replantearon el enfoque. ¿Podrías ampliar un poco más sobre eso?
DLS: Lo que pasa es que, al comienzo, nosotros partíamos del supuesto de que el problema de los jóvenes es la falta de financiamiento. Entonces lo que hicimos fue conseguirles una línea de crédito para un grupo de alrededor de treinta chicos, prestarles dinero y, previo a eso, darles una formación muy larga en planes de negocio. Y nos fue muy mal, perdimos toda la plata. La mayoría de los chicos no hizo negocio, a los que hicieron negocio les fue muy mal, otros incluso utilizaron el dinero para otras cosas, entonces cambiamos el enfoque. El problema no son ellos, el problema somos nosotros y cómo enfocamos el tema. Entonces dijimos: lo que hay que hacer es concentrar el esfuerzo en todo el acompañamiento. El financiamiento es la culminación de un ciclo, no el inicio. Y que para empezar requiere reunir todas las fuerzas posibles y en particular el ahorro personal y el aporto de familiares. Sin eso es difícil que hagan un negocio. Pero nos costó entender este reenfoque.

MMF: Por último, en relación a lo que mencionaron otros panelistas sobre el mentoring en el Caribe, ¿cómo lo han asimilado en la experiencia de ustedes?
DLS: Mira, lo intentamos hacer. Nos fue relativamente bien con un grupo muy pequeño de mentores. Pero creo que ahí hay un tema cultural. No hay mucha solidaridad entre generaciones y hay muchas distancias entre geográficas y también sociales. Los empresarios exitosos, los ejecutivos que ganan bien, es muy difícil… incluso llevando los chicos a donde ellos trabajan. Hay desconfianza, hay recelo. Y también de parte de los jóvenes, que se preguntan qué tanto me puede aportar a mí una persona que no conoce donde vivo ni sabe lo difícil que son las condiciones en las que yo trabajo. Entonces, esa mentoría no hemos logrado masificarla. Lo que sí nos ha funcionado bien es involucrar a muchos emprendedores, empresarios de pequeñas empresas pero exitosos, y también a ejecutivos de microfinancieras, en los jurados. Son jurados, como mínimo tres, que escuchan la sustentación de todos los planes de negocio que se presentan. Este año por ejemplo se están presentando siete mil planes de negocio. Son jornadas de uno a dos días completos, donde vienen los analistas de microcrédito, los funcionarios de las microfinancieras y se sientan, desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche, y donan ese día, lo hacen gratuitamente. Incluso al comienzo los buscabas: ahora te buscan. Porque es un aprendizaje mutuo y sienten que de alguna forma están retribuyendo lo que ellos han recibido. Eso sí ha funcionado bien. Y un microfinanciero conoce la realidad del chico que se está presentando y hace las preguntas que obviamente al chico no le hubiera gustado escuchar, pero son las preguntas que tiene que responder. No sé si a eso podemos llamarlo mentoría, sería una suerte de voluntariado, pero sí ha funcionado bien. Lo de los mentores clásicos creo que es más de la cultura anglófona, ¿no? No sé si en nuestros países, y en particular en los países andinos, funcione tanto, no estoy tan seguro.

Haz realidad tu negocio

El director ejecutivo del CID nos hizo llegar los resultados de un seguimiento hecho en abril de 2012 a jóvenes vulnerables beneficiarios del Proyecto Projoven Emprendedor Haz realidad tu negocio implementado desde febrero de 2010 a mayo de 2011 en las ciudades de Ica, Pisco, Chincha y Arequipa.

El proyecto logró capacitar y asesorar en planes de negocio a 1.186 jóvenes, de los cuales 428 fueron premiados con capital semilla y un acompañamiento de 4 meses en capacitación y asesoría.

De acuerdo con el seguimiento, la mayoría de los negocios fueron creados entre julio y diciembre del 2010. Cerca del 70% siguen funcionando entre 16 y 22 meses luego de ser creados. Se otorgó cerca de 400 mil soles (algo más de US$ 150 mil) en capital semilla, mientras que los jóvenes acreditaron 815 mil soles adicionales de aportes propios (70% en especie -elementos tangibles y verificables vinculados al negocio- y 30% en efectivo).

El promedio de los jóvenes tiene 22 años de edad, 62% son mujeres, 62% tiene como grado de instrucción secundaria básica, 23,5% técnica y 12,5% universitaria.

Para Linares, es importante tener claro que la promoción de emprendimientos “no es la panacea ni la varita mágica que resolverá todos los problemas. Es más, en nuestra experiencia recomendamos que estos programas formen parte de un enfoque multidimensional que incorpore, por ejemplo, acciones de formación ocupacional, acompañamiento psicológico, ayudas materiales específicas, etc”.

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