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miércoles, 10 de octubre de 2012

Banca comunitaria: "Hay una falsa creencia de que los pobres no pueden ahorrar"


Claudia Valladares luego del panel sobre microahorros,
en Barbados (foto: Mundo Microfinanzas)

(Mundo Microfinanzas) La Banca Comunitaria Banesco fue una de las entidades premiadas durante el Foromic 2012 en Barbados. La entidad venezolana obtuvo el reconocimiento del Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como Mejor institución de microahorros de América Latina y el Caribe (para instituciones con activos por más de US$ 1.000 millones).

Apenas concluida su intervención en el panel sobre microahorros, y un día después de recibir el premio, Mundo Microfinanzas mantuvo el siguiente diálogo con Claudia Valladares, VP de Banca Comunitaria, Banesco Banca Universal. Ella es ingeniera de sistemas por la Universidad Metropolitana de Caracas, con MBA por la Loyola University of Chicago y Master en Finanzas por el IESA y sus palabras, cuando se expresa sobre la banca comunitaria, transmiten un compromiso hacia el proyecto que parece ir más allá de lo profesional, para llegar a lo vivencial y afectivo.

MMF: ¿Cuáles son los rasgos básicos o los principales aportes que rescatas de la banca comunitaria?
CV: Banca comunitaria nació en julio de 2006 y el principal objetivo es atender principalmente a las poblaciones no bancarizadas, que pertenecen a los estratos populares de Venezuela. En nuestro país todavía tenemos un gran porcentaje de la población que no tiene acceso a la banca. Nace pues con ese destino: tratar de promover la bancarización y la inclusión financiera. Y desde que nacimos no quisimos sólo centrarnos en el crédito sino también brindar otros servicios, como es el ahorro. Yo decía ayer que al principio nadie contaba que los pobres pudiesen ahorrar, porque hay esa falsa creencia. Y sin embargo hemos demostrado todo lo contrario. Hoy en día, después de más de seis años de trabajo, tenemos más número de ahorristas que de personas que han solicitado crédito. Y aunque los montos son pequeños y son bajos, sin embargo detrás de cada ahorro hay un sueño y creo que eso es lo más importante de todo. Que el hábito de ahorrar se construye sobre la base de un sueño. Algo que tú quieres lograr, que tú quieres alcanzar para tus hijos, para tu familia, para poder brindarles una educación, para poder comprar una computadora, para poder reparar tu casa, para poderte comprar un carro. Entonces, cada ahorro tiene detrás un sueño y eso es justamente en lo que nos hemos centrado: tratar de ayudar a las personas a aprender que ahorrar es fácil, que se puede hacer de una manera sencilla y que se atrevan a soñar. Porque a veces les falta un poco de darles esa oportunidad de hacer viva una esperanza.

MMF: Y crees que esta forma de acercarse a metodologías populares, arraigadas, hábitos nacidos comunitarios, ¿puede atraer a más gente que no está bancarizada?
CV: Definitivamente. Nosotros hemos aprendido mucho de los mecanismos de ahorro popular. De hecho nuestro programa de ahorro programado, llamado Paso a paso, justamente lo que hace es emular esos mecanismos de ahorro popular. Creo que en la medida que nosotros nos acerquemos a las comunidades, y las entendamos mejor, comprendamos mejor cuáles son sus capacidades y además sus necesidades, podremos seguir diseñando productos que sean fáciles para ellos de manejar. Que tengan un lenguaje sencillo, términos prácticos y fáciles, donde la burocracia no exista, donde los trámites sean acercados a lo que ellos están acostumbrados a hacer. Porque para ellos ya es suficiente cambio el tener que hacerlo formal. Si además le agregas una cantidad de requisitos, pues las personas se asustan y muchas veces dejan ese intento porque dicen “bueno, yo no voy a ser capaz, yo no puedo…”. Entonces, hay que tener mucha comprensión de cuál es la realidad para formar y hacer y crear, diseñar productos de la manera más adecuada, en función de sus necesidades.

MMF: Respecto a la situación más contextual venezolana: el tema violencia que apareció también durante el panel, a propósito de Colombia, ¿cómo se hace para que no limite la bancarización? Y por otra parte también quiero preguntarte por el marco político y regulatorio del país.
CV: El marco regulatorio venezolano desafortunadamente no privilegia mucho el mundo de las microfinanzas. De hecho en el Microscopio siempre quedamos en uno de los últimos lugares. Es muy triste… (ensaya una sonrisa resignada) Sin embargo yo creo que, por encima de todo eso, hemos hecho el esfuerzo de seguir luchando y de seguir creando la cultura de las microfinanzas en el país. A pesar de todo hay la firme convicción de que las microfinanzas se pueden convertir en un instrumento para erradicar la pobreza y para ayudar a tantas personas a tener una mejor calidad de vida. Eso independientemente de las regulaciones lo puedes lograr.
El tema de la seguridad obviamente afecta y hay que tomar muchísimas medidas para garantizar que una persona pueda hacer sus depósitos. Que dentro de las comunidades no haya mayores inconvenientes. Acercarle lo más posible los servicios a la comunidad y por eso es que nosotros hemos hecho gran énfasis en tejer una red de corresponsales no bancarios en las propias comunidades. Para que las personas no tengan que desplazarse a otras partes, lejos de los barrios donde viven. Y eso también ha sido una manera exitosa de hacerlo, porque ayuda a bajar los costos transaccionales.

La VP de Banca Comunitaria Banesco recibe el premio de manos del
presidente del BID Luis Alberto Moreno (foto: FOMIN)
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