Fondos rurales para migrantes. A un año de su creación, el Fondo Migrante ha permitido la puesta en marcha de seis proyectos productivos en distintas comunidades mexicanas, por un valor de 18 millones de pesos (US$ 1,3 millones), dijo Catherine Camacho, coordinadora nacional de la estrategia de inclusión financiera para migrantes de Financiera Rural (Finrural).
Un banco regional en Chihuahua. El grupo chihuahuense Progreso, basado
en la ciudad de Delicias, impulsa su integración con otras firmas financieras
del estado para la conformación de un banco regional que se denominaría Banco
Progreso de Chihuahua. La entidad ya ha presentado documentación pertinente
ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
En una entrevista con El Economista, el director general de Progreso,
Jaime Ramón Herrera Corral, dijo que la escasa bancarización de México respecto
a los Estados Unidos (país con el que Chihuahua comparte toda su frontera
norte) abre una oportunidad de crecimiento. Sin embargo se mostró cauto
respecto al desarrollo de la industria: “En aras de generar una mayor inclusión
financiera, no podemos perder los niveles de control, de riesgo, de
capitalización. Si por tratar de crecer lo hacemos de una manera desordenada,
se nos puede revertir en el corto y mediano plazo”.
Pronafim, la envidia. En microfinanzas, México está en un momento de
desarrollo y madurez muy semejante al de otras naciones latinoamericanas que
antes llevaban ventaja, consideró Luis Antonio Ascencio, coordinador general
del Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario (Pronafim). Brindó
este concepto en el marco del reciente 5° Foro Latinoamericano de Bancos
Comunales.
Y destacó el rol del Pronafim, creado en 2001. “El Pronafim es la
envidia, en el buen sentido, que les generamos a otros países, porque no
existen instrumentos como este programa en otras naciones y la verdad ha sido
un instrumento catalizador”, sostuvo Ascencio.
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