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(Mundo Microfinanzas) Más de 500
millones de reales (US$ 245,8 millones) ha decidido invertir el gobierno
brasileño en asistencia técnica y extensión rural (Ater) para 480 mil familias
de agricultores en todo el país.
El Plan
Cosecha de Agricultura Familiar 2012-2013, lanzado esta semana, busca
prioritariamente beneficiar a ciertos colectivos como jóvenes, mujeres y
pueblos originarios, sobre todo del nordeste, apuntando a la sostenibilidad de
comunidades rurales.
“El Ater,
junto con el crédito, es la gran responsable del aumento de la productividad en
el campo”, dijo el ministro de Desarrollo Agrario, Pepe Vargas, durante el
lanzamiento en Brasilia.
La asistencia
técnica y el extensionismo procuran la preservación del medio ambiente por
medio del manejo sustentable del suelo, del agua y los insumos, además de un
uso reducido de agrotóxicos.
El director
del departamento técnico del Ater, Argileu Martins da Silva, destacó la
importancia de esta inversión: “Primero, va a permitir que los agricultores que
recibieron los servicios del Ater tengan un aumento de productividad y,
consecuentemente, de ingresos. En segundo lugar, serán informados y organizados
para acceder a las políticas públicas del gobierno federal. Tercero, una
orientación para que las familias utilicen bien los recursos naturales”.
Argileu
resaltó el lugar que ocupan los jóvenes en el diseño de este plan: “Junto con
las organizaciones de agricultores, vamos a atender a diez mil jóvenes de
manera específica, de tal forma que ellos construyan un proyecto de vida en el
medio rural, accediendo al crédito y haciendo económicamente viable al campo”.
A través de
un comunicado del ministerio de Desarrollo Agrario (MDA), se conocieron
testimonios de campesinos de etnias marginadas del nordeste brasileño que
participan del proyecto.
Ary
Pereira, del pueblo Pankará, confió que el Plan Cosecha fortalecerá la cuestión
territorial de estas comunidades. Pereira -de 34 años- será uno de los
beneficiarios del proyecto junto a una comunidad étnica asentada en el sertón
pernambucano, donde cultivan cajú, piñas, bananas, goiabas y mangos.
También en
Pernambuco, otra comunidad indígena, los Xucuru de Ororubá, alentó la formación
de un extensionista responsable de aplicar las técnicas del Ater. Se trata de
Iran Neves Ordonio que en 1993 dejó su comunidad para estudiar, regresando en
2006 para ayudar a los agricultores de la región.
“Todas las
acciones implantadas en el territorio de la aldea apuntan al fortalecimiento de
la agricultura Xucuru”, dijo. En su pueblo abundan los cultivadores de
hortalizas, frutas, maíz, feijão y mandioca.
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