(Mundo Microfinanzas) Unos 676
mil colombianos siguen afectados por las denominadas “Pirámides”, mecanismo
ilegal de extracción de dinero a la pesca de pequeños inversores poco
informados.
Margarita Henao |
La
banquera, que atribuyó el dato al ex superintendente de Sociedades, Hernando
Ruiz, dijo por otra parte que según la Encuesta Nacional sobre Servicios
Financieros Informales (2008), “el 79% de los hogares colombianos ha utilizado
por lo menos una vez servicios de crédito informal, siendo el préstamo del
agiotista el segundo en importancia, después del crédito con amigos, vecinos y
familiares”.
La
directiva dijo que la educación financiera es una prioridad para Asobancaria y
sus entidades afiliadas: “El hecho de que las personas estén en capacidad de
tomar mejores decisiones de ahorro, inversión o financiamiento contribuye no
sólo a la estabilidad del sistema y a aumentar la inclusión financiera, sino
también a superar la pobreza y la desigualdad”.
A partir
del lunes, Asobancaria y La República estarán publicando fascículos
coleccionables sobre educación financiera, con consejos útiles e información
sencilla y completa para el lector.
Remesas
internacionales
Asobancaria
publicó el lunes en su serie Semana Económica el informe Las remesas internacionales como elemento dinamizador de la inclusión financiera (Asobancaria, por Margarita Henao, Juan Oswaldo Manrique y Diana Carolina Fonseca, julio de 2012, Bogotá).
Allí se
consigna que, según el Banco de la República, durante el primer trimestre de
2012 ingresaron a Colombia remesas por valor de US$ 960,3 millones, cifra que
representa el 6,23% de las exportaciones de bienes.
Si se
compara con los principales productos de exportación se observa que los
ingresos por concepto de remesas superaron las exportaciones de productos como
café, flores, banano y textiles e individualmente sólo las superan el café y el
petróleo.
Respecto a
la forma como se entregan estos recursos, se tiene que el 79% se hace en
efectivo y tan sólo el 21% se hace como abono a una cuenta de ahorro o
corriente. Según el gremio bancario, esto es producto, en gran medida, de las
restricciones impuestas por las autoridades financieras y cambiarias
colombianas.
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