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lunes, 5 de enero de 2009

La experiencia del microcrédito, una "revolución cultural"


(Mundo Microfinanzas) El presidente del Banco Ademi de República Dominicana, Manuel Arsenio Ureña, rescató la experiencia de su entidad en el apoyo a los sectores de la población más pobre de este país del Caribe.

Manuel Arsenio Ureña
La institución, con sede en Santo Domingo y especializada en micro y pequeños empresarios, recaudó hace algunos años un fondo filantrópico, junto a la Fundación Falcondo, destinado a ayudar a personas a salir de la pobreza.

En un artículo que publica el diario dominicano Listin, Ureña comentó que la alianza con Falcondo ha permitido poner en marcha importantes proyectos de microcrédito.

“En muchas comunidades que transitan en niveles de máxima pobreza, los sistemas de microcrédito aparecieron con la fuerza de una revolución cultural en sí misma y una posibilidad concreta para aquellas personas que, por su condición de pobreza, analfabetismo y discriminación social, están normalmente excluidas de estos privilegios”, sostuvo.

Agregó que “la esperanza creció en el microcrédito como camino para salir de la miseria. La Fundación pasó a ser la mano que guía en un esfuerzo liberador sin especular con su necesidad. Los sueños se convirtieron en realidades concretas”.

Los proyectos se centralizaron en las provincias de Monseñor Nouel y La Vega, ubicadas en el centro del país.

Ureña reveló que, inicialmente, los microcréditos fueron concebidos para el financiamiento de micronegocios, administrados y supervisados por Banco Ademi.

“Luego -continuó el directivo- se fueron creando pequeños fondos de préstamos especiales de 50 y 60 mil pesos (1418 y 1700 dólares) para que administraran las asociaciones de mujeres y se crearon las condiciones para el ahorro. Se fueron construyendo bases sólidas para el progreso social, atendiendo simultáneamente necesidades individuales que han facilitado una mejora social”.

Sin necesidad de aval

El directivo aseveró que “a través de está línea de créditos las personas que acceden a estos préstamos no necesitan de avales, de empleo fijo o historial de crédito solvente. Detrás de todo ello se esconde un nuevo paradigma sobre el funcionamiento de la empresa contemporánea: un modelo de ‘organización económica’ con cabida para ‘empresas sociales’, semejante a la idea tradicional de lo que Muhammad Yunus consideraría años más tarde ‘empresas maximizadoras de beneficios’”.

Para Ureña, se trató de “una operación pionera en nuestro país, y una alianza innovadora, ya que fue la primera línea de crédito de estas características que se formalizaba para ofrecer préstamos de muy pequeño monto a grupos locales para ayudarlos a salir del engranaje de la pobreza, permitiéndoles crear sus propias pequeñas empresas”.

Sobre el papel de la mujer, señaló: “La mujer por ser madre muchas veces aporta más al hogar que el mismo hombre, por las condiciones sociales de nuestra cultura, nuestras tradiciones y su educación. Son más prudentes con los ingresos del hogar”.

Y precisó que en la actualidad la mayoría de los prestatarios de Ademi son mujeres y la tasa de cumplimiento de los préstamos es del 96 por ciento.

“Cuando una mujer consigue rendimientos por su actividad, los que se benefician en primer lugar son sus propios hijos. Muchas de estas mujeres han logrado mejorar o adquirir su propia vivienda, comprar motores como un medio de transporte para la comunidad o financiar los estudios de sus hijos”, explicó.

Al final del artículo, el titular de Ademi aseguró que “el día que podamos educar a nuestros microempresarios como el eje de producción de las grandes empresas, podremos desarrollar un sector que pueda convertirse en la herramienta de un desarrollo formal como ha sucedido en otros países”.

“Todos los seres humanos cuentan con un potencial ilimitado, y los pobres no son excepciones a esta regla. La clave está en fomentar sistemas que permitan descubrir habilidades, capacidades y vocaciones y así facilitar el acceso al estudio y a la elección laboral en vez de pensar en sistemas asistencialistas”, concluyó.

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