Mary Ellen Iskenderian en un evento de la WWB en octubre de 2011 en Nueva York (foto: Women's World Banking) |
(Por Helen
Morgan, Textos recobrados de MicroDinero) Mary Ellen Iskenderian, presidente y
CEO de Women’s World Banking (WWB), expuso sus puntos de vista sobre el futuro
de las microfinanzas luego de la reciente dimisión de Muhammad Yunus al frente
del Grameen Bank, pionero en el microcrédito. La ejecutiva habló en una
entrevista exclusiva con MicroDinero.
MicroDinero:
Tomando en cuenta los problemas políticos de Muhammad Yunus y el Grameen Bank
en Bangladesh, y las dificultades experimentadas por el sector microfinanciero
en la India luego de la crisis en el estado de Andhra Pradesh, ¿cuál es su
opinión acerca de la actual situación de las microfinanzas?
Mary Ellen
Iskenderian: Bien, aquellas situaciones han producido definitivamente un
cimbronazo en la industria, de manera injusta en ambos casos. En lo que hace al
conflicto de Muhammad Yunus con el gobierno, pienso que fue políticamente
motivado, expresamente orientado hacia el contexto político de Bangladesh. Es
realmente lamentable que haya tenido un efecto de reverberación, porque
responde a una circunstancia localizada. Y es particularmente desafortunado que
ello ocurra en un país donde uno puede ver los efectos apreciables y notorios
que han tenido las microfinanzas. Uno ve allí la penetración sumamente profunda
en la población pobre que recibe servicios de microfinanzas y ve hogares que
cambiaron ostensiblemente como resultado de aquellas intervenciones.
En Andhra
Pradesh, las fuerzas políticas se vieron inquietadas por el modo como crecieron
las microfinanzas, en parte porque sus propios programas microfinancieros
resultaban menos atractivos como consecuencia del ingreso de jugadores más
eficientes y comerciales. Siento que la salida a bolsa de SKS fue el fósforo
que encendió el tinglado que había sido dispuesto por el gobierno de AP.
Creo que
las recomendaciones del RBI no fueron lo
restrictivas y draconianas como habíamos temido. Pienso que tendrán un efecto
drástico en el sector, que para muchas IMFs de la India será muy dificultoso
mantenerse sustentables sobre la base del modelo impuesto por el RBI. Pero se
puede ver el vaso medio vacío o medio lleno. Al fin no fue tan malo como podría
haber sido o como las recomendaciones originales del Comité Malegam
propugnaban.
En términos
generales, creo que una lección importante ha sido que muchos profesionales e
instituciones de la red WWB han agudizado su sensibilidad a las interferencias
políticas, reconociendo que deben mantenerse en buen trato con los políticos,
pero sin dejar que interfieran en sus empresas. Pienso que es muy positivo el
hecho de que en la mayoría de los países estemos yendo hacia modelos de
microfinanzas más regulados, que puedan moderar interferencias políticas
severas. Pero, tú sabes, si el primer ministro quiere interponerse no
hay regulador que pueda impedirlo.
Pese a
todo, la industria sigue muy fuerte. Estamos asistiendo a tasas de crecimiento
pre-crisis en toda nuestra red, con un crecimiento de más del 30%. Pienso que
es un crecimiento más controlado que el que podría haberse registrado antes de
que todos estos hechos ocurrieran. Pero esta es todavía una industria muy
efervescente.
MD: ¿Cree
que las informaciones difundidas en los últimos meses contra el Grameen Bank de
Bangladesh pueden comprometer la credibilidad de las microfinanzas en el mundo?
MEI: Pienso
que está a salvo. En todo caso lo que podría verse amenazado -y no vinculo esto
con una crítica al Grameen Bank o al Profesor Yunus- es el modelo de préstamo
grupal, de créditos relativamente pequeños. Si comenzamos a ver la promesa de
las microfinanzas, y no ya sólo el microcrédito, tendremos allí lo que
realmente surge con fuerza. Hay que intentar que se autoricen productos y una
gama de servicios de seguro y pensión con precios y modalidades acordes a la
población de bajos ingresos; estas personas tienen diferentes comportamientos
financieros. Así pues, el viejo modelo de la pequeña línea de crédito que hace
cambiar la vida de la mujer emprendedora, creo que ese modelo, definitivamente,
se está modificando.
MD: ¿Cuál
cree que será finalmente el modelo de negocio de microfinanzas que triunfe? ¿El
modelo social sin fines de lucro?, ¿o el modelo con altos retornos para los
inversores?
MEI: Creo
que es necesario que sea un negocio social. Un modelo de microfinanzas exitoso
siempre tomará en consideración su alcance social y su impacto social. Los
inversores que buscan altos retornos en microfinanzas pueden hacerlo, hay
todavía algunas inversiones extraordinariamente remunerativas. Pero yo espero
que ese no sea el modelo al que se apegue la industria y que nos volvamos mucho
más exigentes en cuanto al tipo de inversores y sus expectativas en relación
con las instituciones microfinancieras. Las instituciones en la red WWB se han
vuelto mucho más conscientes en asegurarse un alineamiento de intereses. Que la
búsqueda de beneficios, la sustentabilidad y el impacto social vayan por el
mismo canal. A mí me gustaría ver multiplicarse la rentabilidad del sector.
MD: ¿Cómo
definiría el modelo propuesto por WWB? ¿Cree que sigue ese ejemplo?
MEI: Estamos
desde luego intentándolo. Una cosa que nos hemos comprometido en nuestra red es
no concebir productos que pongan en riesgo la sustentabilidad. La
sustentabilidad está en el corazón de una institución exitosa. Pero también
estamos dedicando mucho tiempo y atención a garantizar que los productos
diseñados se ajusten a las necesidades de, en nuestro caso, la mujer. La WWB tiene
el Centro para el Liderazgo en Microfinanzas, que está abierto a las 200 IMFs mejor
rankeadas del mundo, no sólo para las que integran nuestra red, y el modelo de
liderazgo que estamos inculcando, junto con la Wharton School, insiste mucho en
que los líderes de las instituciones alcancen altos desempeños financieros en
equilibrio con la misión social. De modo que se trata de un modelo de liderazgo
muy explícito en cuanto a equilibrar ambas cosas.
MD: ¿Piensa
que ha habido progresos o contratiempos en los últimos años en relación a la
conquista de los derechos de la mujer para tomar iniciativas en la producción
económica?
MEI: Creo
que hay mucha gente que está bastante frustrada por la falta de progresos y tú
puedes ver, cuando analizas indicadores de género en el World Economic Forum o
del Banco Mundial, que hay todavía resultados bastante desalentadores en
términos de participación económica de la mujer. Entre los Objetivos de
Desarrollo del Milenio, aquellos enfocados en la mujer son los que avanzan más
lento aun cuando, al mismo tiempo, advierto que hay más atención y conciencia
sobre el valor de invertir en muchachas, en mujeres, debido al impacto, al
efecto multiplicador que logras, ya que llegas al resto de sus familias o al
resto de sus comunidades. Pero me gusta creer que estamos en la antesala del
progreso, porque ciertamente la conciencia sobre estas cuestiones es muy
grande.
MD: ¿Cómo
cree que podría ser afectada la mujer hoy, con la situación actual de la
industria?
MEI: Lo que
realmente nos preocupa en todo esto de que los gobiernos estarían intentando interferir
con el sector microfinanciero, es que las mujeres quedarían a expensas de las
mismas opciones, malas y limitadas, que tenían antes del surgimiento de las
microfinanzas y muchas se verían obligadas a tomar dinero de créditos caros, de
usureros, o con metodologías informales. Estos negocios siempre se han
mantenido activos y saludables pese al crecimiento de las microfinanzas y
pienso que irían prestos a llenar ese vacío. Tú no puedes en verdad hacer un
plan de negocios si tienes un capital caro y limitante, que acabarás por
reembolsarlo hasta el fin de los días. Así que creo que se trata de una
cuestión de elección. Y lo que a mí particularmente me entusiasma con el
desarrollo de las microfinanzas es que verdaderamente abres las opciones
financieras de los hogares.
Este
artículo se publicó originalmente el 28 de mayo de 2011 en MicroDinero (traducción
de Martín Páez Molina)
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