Manuel Epelde en el espacio de MicroDinero en la Cumbre de Valladolid, en cuyo marco hicimos esta entrevista. |
(Textos recobrados de MicroDinero) Resultados
alentadores en el balance de la Fundación Banco Provincia de Córdoba, falencias
de las microfinanzas en Argentina, una dura crítica a la Red Argentina de
Microcrédito (Radim) y algunas experiencias recogidas en la última Cumbre
Mundial de Valladolid, son parte de la conversación que mantuvo Microdinero el
gerente general de la fundación cordobesa, Manuel Epelde.
MicroDinero:
¿Cuáles han sido los resultados del año para la Fundación?
Manuel
Epelde: Tuvimos dos cierres contables este año. El del año pasado y el de este,
nosotros tenemos cierres regulares al 30 de abril. Se nos demoró el cierre del
año pasado por una cuestión de saneamiento de balance por ciertos rubros que se
traían de arrastre que hubo que terminar de lijar con la auditoría de Deloite.
Se pudo depurar bien la base de datos… entonces el cierre del año pasado se nos
demoró casi un año, lo terminamos cerrando casi en abril de este año casi a la
par que estábamos cerrando el ejercicio 2011. Y ya el año pasado veíamos que
los números empezaban a cambiar un poquito en lo que es la Fundación. Cerramos
el año pasado con una utilidad de 865 mil pesos en el año contable y preveíamos
para este año una ganancia de entre el doble de esa cifra y un poquito más,
calculábamos entre 2 y 2,2 millones, y terminamos cerrando al 30 de abril de
2011 con una ganancia de 3.770.000 pesos, lo que para el mercado de
microfinanzas en Argentina está bastante bien.
MD: ¿A qué
atribuyen los resultados?
ME: Estamos
con una optimización de procesos casi completa, una automatización de procesos
y recursos que nos llevó a mantener la misma planta de estructura de personal,
por más que hemos crecido en cartera casi 4 veces en los últimos tres años, hoy
estamos con una cartera cercana a los 27 millones de pesos y esa cartera,
optimizada a través de tecnología de última generación, una plataforma de
software propia, nos ha permitido con la misma estructura de gente seguir
manejando una cartera tres veces más grande y abaratar los costos… o sea tener
el tiempo de amortización del capital invertido en tecnología. Y hoy por hoy
los réditos se ven en que vos podés incrementar una cartera y que los números
empiecen a dar las ganancias que teníamos planificadas y un poco más. Los
números han sido excelentes para nosotros.
MD: ¿Y la
estrategia de ir creciendo de a poco se mantiene o están pensando, en algún
momento, dar algún salto más importante?
ME: Estamos
justamente, con parte de la delegación que vino con nosotros (N.de la R: a la
Cumbre Mundial del Microcrédito, en Valladolid), para ver cuáles son las
opciones que tenemos de darle un marco a través de la Legislatura de la
provincia de Córdoba. O sea, regular el tema de la capitalización de la
Fundación para terminar de darle una autonomía. Hoy por hoy la ganancia que
tiene nos da para pensar en una autonomía, manteniendo la escala en la que
estamos. Pero la idea es, a nivel social, una fuerte masificación de los
microcréditos con el modelo que se generó en la Fundación que para una política
pública -o semi-pública, llamémosle-, ha sido exitosa, lo cual es muy difícil
de encontrar generalmente porque va muy atado al subsidio. En este caso, la
ayuda a la gente le llega y encima la institución tiene ganancias.
MD: ¿Y hay
consenso parlamentario para avanzar con el proyecto?
ME: Estamos
en el desarrollo de la idea, analizando casos de distintos países para ver a
cuál se puede llegar a asemejar. Pero la idea es terminar de darle una
autonomía financiera a la Fundación, una fuerte inyección de capital y con ello
dejarla que funcione ella sola dándole otro rango de cobertura a nivel
provincia.
MD: ¿Por
qué crees que en el índice del Microscopio las microfinanzas de Argentina
siguen tan abajo?
ME: Hay un
problema de regulación, de falta de fomento del mercado…
MD: Digo,
porque si la institución que representas marca un camino viable, sostenible y
exitoso, ¿qué pasa con la cuestión más general, de marco?
ME: Primero,
en Córdoba somos los únicos y Radim no nos participa. Nosotros tratamos de
vincularnos con el resto de las instituciones y la Red, que tendría que
fomentar esto, no lo hace. Entonces, hay una cuestión de marco que también
nosotros lo padecemos, de que cada institución puede hacer lo que le parezca en
la forma o en la medida en que no usurpe o viole alguna reglamentación nacional
de entidades financieras, de seguros (estamos viendo el tema de los seguros
también como una veta de opción para trabajarlo desde la Fundación). Pero hay
una falta de regulación del mercado y una utilización del término
‘microcrédito’ en la Argentina que no se da en otros países… esto es una
apreciación personal, ¿no? Estamos usando el downscaling de los bancos para decir
y utilizar el término ‘microfinanzas’ cuando, en la misma línea de créditos personales, (hay) créditos de 10 mil, 15 mil pesos, a tasas competitivas de mercado -puede ser
que flexibilicen un poco los requisitos o le den una rapidez-, pero por el solo
hecho de colocar cartera. Al fin y al cabo uno está contratando un crédito
personal con un banco a una tasa de banco, con productos del banco, y cartera
administrada por el banco… Lo que era la concesión original del microcrédito, a
mi entender, se diluye. Y el otro mal uso de la terminología del microcrédito
es: te presto un microcrédito a una tasa del 10% mensual. Eso no es
microcrédito, eso es usura. ¿Por qué? Por una sobrecarga impositiva, laboral,
por los puntos o los factores que la institución quiera contemplar… Pero eso no
es microcrédito. Si una persona tiene que devolver el 120% anual no es un
microcrédito, es usura.
MD: Y esta
cuestión de lo terminológico ¿tiene que ver con lo regulatorio?
ME: Para mí
sí. El tema de la regulación, a diferencia de otros países donde ya los bancos
centrales regulan el mercado y los gobiernos nacionales tratan de fomentar el
mercado microfinanciero… En Argentina el proyecto de Heller-Sabatella (N. de la
R: se refiere al proyecto de reforma a la ley de Entidades Financieras
presentado por los diputados de centroizquierda Carlos Heller y Martín
Sabatella), que disponía sólo un 2% del mercado financiero al tema
microfinanzas, hoy por hoy sigue durmiendo en un cajón porque los grandes
lobbies bancarios no lo ven como un nicho de negocio. Y perder dos puntos del
mercado para destinarlo en microfinanzas no les interesa. Nosotros, uno de los
temas que habíamos hablado, es presentar un proyecto en la Legislatura de
Córdoba, para que los diputados nacionales que representan a la provincia en
las cámaras de la Nación traten la modificación de la Ley de Entidades
Financieras o se plantee la posibilidad de presentar un nuevo proyecto de ley
donde se regule el mercado microfinanciero.
MD: ¿Crees
que el problema institucional del microcrédito en Argentina, por lo que
mencionaste de Radim, es consecuencia de esta falta de definiciones claras
sobre microcrédito?
ME: Creo
que hay un poco de cada cosa. Se dio la particularidad de que una red que
tendría que fomentar esto, y que se creó para fomentar esto, terminó
utilizándose para otros fines, para otros intereses, no dejando a la gente
pensar distinto a ellos. Y si una red, que tiene que defender los intereses de
las microfinanzas o tratar de fomentarlas, no lo hace, hoy no tiene sentido que
exista.
MD: ¿A qué
tipo de intereses te refieres?
ME: No
institucionales. Personales de cada una de las empresas que la integraron en su
momento.
MD: ¿Y ves
alguna salida para que comience a resolverse esa cuestión?
ME: Es
cuestión de que se muestre una voluntad distinta de análisis del mercado
microfinanciero. Se han conseguido subsidios de la IDLO, de mucha plata en
dólares, para analizar el marco legal de las microfinanzas en Argentina, para
poder negociar con el Banco Central. De esa plata nunca se rindió cuenta. Las
instituciones microfinancieras de la Argentina nunca supimos qué se pudo
avanzar o qué no. No se colaboró con la inserción en la Argentina de la
Fundación del Banco Bilbao Viscaya, que ingresó a través de Córdoba, lo hicimos
nosotros. Modificamos una estructura legal en Córdoba, o una jurisprudencia
legal en donde no permitían que una fundación hiciera microfinanzas, y encima
esta Fundación terminó inscribiéndose en Córdoba, tomando el 98% de las
acciones de una sociedad anónima. Y a nosotros Radim nunca nos llamó, nunca nos
participó, nunca nos dijo en qué los podemos ayudar, miren que contamos con
esta plata de la IDLO para fomentar. Y es un quebranto a nivel nacional del
cual, no solamente no nos ayudaron, sino que tampoco hicieron eco como para
decir “Miren el brazo que dimos a torcer en Córdoba”. Es más, había un interés
personal de la gente de Radim en ese entonces (N. de la R: en el año 2008) que, como no había podido hacer
negocios con la Fundación Bilbao Biscaya, lo dejó de lado, lo metió en un freezer y se murió el tema.
MD: Dentro
de este escenario institucional que planteas, ¿crees que la deserción de
Fundación Andares agravó la situación?
ME: Sí,
totalmente. Andares tenía una imparcialidad bastante buena en lo que era el tema
microfinanciero. Nosotros participábamos con ellos en todas las actividades
para el sector. A nuestro entender fue una pérdida importante.
MD: ¿Y cómo
evalúas la participación que está tomando Foncap en las microfinanzas
argentinas?
ME: Hay un
cambio importante de Foncap. Nosotros tenemos un convenio de colaboración
recíproca, en el que ya hemos dado los primeros cursos de asesores en
microcrédito de ellos en el interior del país, tratando de desarraigar un poco
de Buenos Aires el tema capacitación en microfinanzas. Tuvimos gente de toda la
provincia, de cooperativas, ONGs, asociaciones civiles que se capacitaron con
ellos. Hicimos transferencia de herramientas para microemprendedores de todo el
interior provincial. Estamos participando en un concurso de ideas, en su
segundo año convocado por Foncap. Y estamos planificando cuáles van a ser las
actividades para el año que viene.
MD: ¿Crees
que Foncap puede ser un eje posible de articulación del sector?
ME: Cuenta
con la estructura de la Nación por detrás, depende del Ministerio de Economía,
tiene buen fondeo, tiene acceso a influencias políticas en las cámaras de
legisladores, en el Banco Central… Es una institución que, mirándola desde el
punto de vista político, puede llegar a favorecer mucho en el mercado de lo que
hoy por hoy son trabas.
MD: ¿Qué
conclusiones o experiencias valiosas se llevaron de la Cumbre de Valladolid?
ME: Prestamos
bastante atención a la experiencia española de la Caixa. Es más, sobre esto
tratamos de interiorizarnos un poco más, hemos pedido más documentación. Es
cierto que es una entidad que tiene 5.400 sucursales, y hoy por hoy es una
entidad financiera, pero el modelo de la Caixa nos llamó demasiado la atención.
Publiqué
este artículo el 13 de diciembre de 2011 en MicroDinero
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