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lunes, 30 de marzo de 2015

Innovaciones tecnológicas para la inclusión financiera: La novedad, los interrogantes

Stand del programa TEC-IN en el Foromic 2011. Nueva convocatoria en 2015.
(foto: MicroDinero)

(Textos recobrados de MicroDinero) Difícil sustraerse al atractivo de iniciativas que unen tecnología e innovación al servicio de la inclusión financiera, al menos desde sus propósitos.

Sin dudas fue uno de los temas más interesantes y transitados del Foromic 2011, que concluyó la semana pasada en San José de Costa Rica. El evento contó con la presentación del programa Tecnología para la Inclusión Financiera y las “12 Nuevas ideas para llegar mejor con finanzas inclusivas”, auspiciado por el Fomin, el BID y la Corporación Andina de Fomento (CAF).

Los proyectos seleccionados introducen algún tipo de tecnología (típicamente banca móvil) en el marco de alianzas en cuyos diseños intervienen intermediarios financieros, operadores de telefonía móvil, empresas de pagos, redes de corresponsales no bancarios (CNBs) y terminales POS (puntos de venta), plataformas online, medios de comunicación, entre otros actores.

Las metas perseguidas difieren en su alcance, precisión e implementación, pero más o menos tienen en común el propósito de brindar servicios financieros seguros a comunidades pobres o de bajos ingresos, en su mayor parte de áreas rurales, que van desde el crédito, ahorro, seguro, remesas, entre otros.

Los doce proyectos seleccionados (2 de Uruguay, 2 de Bolivia y 1 de Chile, Paraguay, Brasil, Colombia, Honduras, República Dominicana, México y Bahamas, que recibirán financiamiento del Programa) son los siguientes:

- Banco Hogar (Banco Estado, Chile): Ofrecer servicios bancarios e información de interés para hogares y microempresas aprovechando ventajas de la televisión digital e internet.

- MUDE (Mujeres en Desarrollo Dominicana): Fortalecer inclusión financiera a mujeres de cuatro provincias del suroeste de República Dominicana a través de corresponsables no bancarios y plataforma peer to peer para captar donaciones).

- Corresponsables No Bancarios de Bancolombia: Ampliar red de CNBs a través del uso de tecnología celular.

- Santander-Micropagos, Uruguay: Creación de un ecosistema integrado por el Banco Santander, operadores móviles y la empresa de transacciones de pagos móviles Micropagos, para el desarrollo del microahorro rural.

- Nube Roja (Fundación Profin, Bolivia): Microfinanzas rurales a través de CNBs y oficiales móviles con dispositivos tecnológicos y dinero móvil.

- Minisucursales, México: Servicios financieros para pobladores rurales del sureste mexicano (Chiapas) vía negocios adheridos a la red de confianza de Solución Asea -entidad regulada- empleando tarjetas de banda magnéticas y uso de NIP para la seguridad de la información.

- Billetera Personal, Paraguay: Bancarización de usuarios de Personal mediante alianza con entidades bancarias.

- Tigo Money, Honduras: Facilitación de remesas y pagos a través de telefonía celular en 160 municipios de baja o nula bancarización, en alianza con bancos o cooperativas.

- Viva Cash, Bolivia: Extensión de billetera móvil utilizando red de Viva, la empresa telefónica de mayor distribución en el país, en alianza con bancos, buscando capilaridad tanto urbana como rural.

- Cuenta virtual STRO-Fucerep, Uruguay: Ofrecer un mecanismo confiable para que clases medias de bajos ingresos, que han incrementado su capacidad de ahorro, puedan bancarizar sus excedentes a través de una cooperativa regulada, usando tecnología de punta y CNBs.

- Mango, Bahamas: Orientar un servicio de plataforma de pagos electrónica hacia vecindarios acostumbrados al sólo-cash y que carecen de historial crediticio.

- Cignifi, Brasil: Piloto de scoring de crédito no tradicional basado en uso de teléfono móvil, buscando ampliar servicios de crédito y seguro hacia nuevos clientes.

Algunos interrogantes

Estas son sólo algunas de las inquietudes, dudas y observaciones surgidas a partir de los paneles, que sirven para pensar esta cuestión -a priori atractiva-bajo parámetros más realistas:

1- El factor confianza para la expansión de CNBs. Elegir correctamente los corresponsales que se integren a la red, resulta un elemento clave. Los negocios adheridos tienen que ser “vehículos de confianza” que aproxime a clientes no habituados y no propensos a ingresar a un banco.

2- En lo que hace a la red de agentes, una línea de discernimiento entre la verdadera inclusión financiera y una mera transaccionalidad. Cualquiera de estas iniciativas puede fracasar en su misión si no logra disponer esta ampliación de red al servicio de nuevos clientes y, prioritariamente, clientes pobres y de bajos ingresos. Análogamente, esta diferenciación puede plantearse en términos de banca móvil: modelo “aditivo” y modelo “transformacional” (véase artículo Movilidad l-e-n-t-a, de Juan Pablo Dalmasso, MicAméricas, septiembre 2011).

3- No hay modo de aventurarse solitariamente en estos proyectos. Cada uno reclama la participación y la interacción de diferentes operadores (financieros, telefónicos, terminales POS, plataformas, redes de pagos). Los esfuerzos tienen que ser cohesionados y fieles al fin inherentemente social y de desarrollo de estas iniciativas.

4- Las iniciativas de banca móvil suelen partir del presupuesto de que la red de telefonía celular señala un potencial para la expansión de servicios financieros. Cuando se argumenta la viabilidad de tales proyectos, se parte de la premisa de que dado equis porcentaje de penetración de teléfonos móviles (siempre alto) y equis porcentaje de bancarización (siempre bajo)…, etcétera. Como sabemos, los axiomas no se demuestran. Pero sí pueden discutirse. ¿Son homogeneizables el teléfono móvil y su uso para fines financieros?, ¿qué componente hay de una concepción fetichizante de las nuevas tecnologías en estos asertos? (Hay cierto paralelismo de esta cuestión con algunas iniciativas que parten del presupuesto de que la expansión del uso de internet y las redes sociales puede servir para incrementar los hábitos de lectura en niños y adolescentes, no habituados ni propensos al contacto con los libros).

5- No se mencionó mucho esta cuestión, pero es dable imaginar que cada una de estas propuestas la prefigura: el éxito de las finanzas inclusivas descansa sobre un programa efectivo de educación financiera. Y más: no sólo inculcar en la población el ABC del manejo del dinero, sino atender a los particularismos culturales y lingüísticos de las subregiones que echó por tierra, por caso, más de un proyecto de inclusión financiera en la India.

6- El retraso de América Latina, respecto a otras regiones, en implementación de iniciativas de branchless y banca móvil. Salvo alguna que otra experiencia en desarrollo de corresponsales, la región adolece de creatividad en prestación de servicios financieros de inclusión que no esté basada en los modelos tradicionales. Si bien se circunscribieron éxitos en Asia y África a condiciones de mercado muy específicas y hasta excepcionales (la banca móvil en Kenia se desarrolló en el contexto de una guerra), las doce iniciativas presentadas en el Foromic prácticamente tienen el carácter de pioneras. Hay mucho por transitar.

Publiqué este artículo el 16 de octubre de 2011 en MicroDinero


Nota del Editor: El Fomin acaba de abrir una nueva convocatoria del programa de Tecnologías para la Inclusión Financiera en América Latina y el Caribe (TEC-IN). Las instituciones que desean postular su interés para obtener financiamiento tienen tiempo hasta el 30 de abril de 2015. 

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