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jueves, 26 de marzo de 2015

La pelea por las tasas en México: MFTransparency vs Compartamos

Danel (segundo sentado desde la izquierda) y Waterfield (quinto sentado desde
la izquierda) en el panel que los reunió por primera vez en el foro español
(foto: MicroDinero)

(Textos recobrados de MicroDinero) Valladolid reeditó una de las rivalidades dialécticas más persistentes de la industria: la de Banco Compartamos de México y la organización norteamericana MFTransparency.

La contienda nació luego de la salida a bolsa de Compartamos, en abril de 2007, que hizo de esta operación uno de los éxitos financieros más resonantes del sector de las microfinanzas.

Quiso el programa de la V Cumbre del Microcrédito que los principales contendientes se cruzaran dos veces en sendos paneles. Nos referimos al fundador y CEO de MFTransparency, Chuck Waterfield, y al cofundador y vicepresidente ejecutivo de Compartamos, Carlos Danel.

La disputa pone en el centro de escena la rentabilidad financiera y las tasas de interés cobradas por Compartamos a sus clientes. Su relevancia excede el mercado mexicano, ya que de ella pueden extraerse conclusiones para todo el sector relativas a la actual tendencia hacia la comercialización.

Primer round

El primer cruce se produjo el martes en el taller Is Transparency Enough? What is Fair and Ethical When it Comes to Interest Rates in Microfinance?, donde se discutió un paper del mismo nombre elaborado por Waterfield. Moderado por Elizabeth Rhyne, del Centro para la Inclusión Financiera de Acción (CFI), el documento fue discutido por los panelistas Nadine Chehade, de PlaNet Rating-Líbano y PN Vasudevan, de Equitas, de la India, además de Danel.

El documento, que se tradujo como “¿Es transparencia suficiente? ¿Qué es justo y ético en cuanto a las tasas de interés en microfinanzas?”, es duro contra el sector microfinanciero mexicano y en particular con Compartamos. Allí se menciona el espectacular retorno generado por la emisión inicial (IPO) de Compartamos en 2007 (300 a 1 sobre la base de la inversión inicial), tasas de interés que llegan al 100% anualizado y una elevada rentabilidad pese a los altos costos operativos del mercado mexicano (los gráficos comparan con Perú y Bolivia).

El planteo de Waterfield iba de la matemática a la ética: ¿Cuál es el retorno aceptable para un crédito de USS 5.000? ¿Y cuando el crédito es de 200?”, se preguntaba el autor.

Danel remitió a los Reportes de Transparencia del banco, destacando el crecimiento experimentado en los últimos años y el progresivo descenso de sus tasas de interés. Ello no evitó que se mostrara a la defensiva y encima chanceado por algunos de los asistentes al momento de las preguntas: “¿Quién financia el crecimiento del banco?, ¿los inversores o los clientes?”.

Waterfield también tuvo lo suyo cuando Maricarmen Díaz Amador, coordinadora del Pronafim (fideicomiso con el que se financia a microempresarios en México), lo aguijoneó a que dijera de dónde sacaba los datos de su informe. El directivo norteamericano dijo que del MIX y de información proporcionada por 28 instituciones mexicanas, soportada por documentos y personas reales.

Segundo round

Un día después, Danel y Waterfield volvieron a encontrarse en el marco de la sesión plenaria Initial Public Offerings (IPOs): The Field’s Salvation or Downfall? (“Ofertas públicas iniciales: ¿La salvación o el hundimiento del campo?). Presidida por el director entrante de la Microcredit Summit Campaign, Larry Reed, la mesa puso en debate el documento homónimo preparado por Vickram Akula, fundador y CEO de SKS de la India, y Sanjay Sinha (presente en la discusión), gerente general de la agencia de rating india CRISIL. Junto a Danel y Waterfield, intervinieron como panelistas Stephen Rasmussen (CGAP) y Anne-Marie Chidzero (AfriCap).

Para Danel, las IPOs no constituyen una salvación, pero sí un ingreso de inversores que le aseguren otra dinámica y eficiencia a la entidad. Adujo que en cuatro años y medio desde que Compartamos cotiza en bolsa, el banco pasó de tener 600 mil clientes a casi 2,5 millones.

Y destacó rasgos que no cambiaron desde sus inicios como ONG: sus clientes siguen siendo mayoritariamente mujeres. Así como adquisiciones en su cartera de productos: líneas hipotecarias que antes no tenían, desarrollo de microseguro, piloto de microahorros en el estado de Veracruz.

El ejecutivo dijo que, de una tasa de crecimiento del 35% en los primeros años posteriores a la IPO, ahora el ritmo se encuentra en un 25% y la rentabilidad que demandan los inversores no es inmediata ni impide inversiones como una de US$ 60 millones para una red de corresponsales.

Admitió que es controvertido el ingreso de capitales comerciales que pueden no armonizar con el sentido social de una microfinanciera, pero confió que una buena regulación, buenos principios de protección al cliente y un buen gobierno que mantenga una visión y misión claras, con capacidad de alinear intereses en conflicto, puede hacer de una IPO una herramienta de crecimiento.

A su turno, Waterfield enrostró el tema de la recompensa financiera. Dijo que en Compartamos se dan tasas de retorno sobre capital que no se observan en mercados comerciales. Y que no había seguridad de en qué se invierten los beneficios.

En este sentido señaló la falta de transparencia del banco y de sus accionistas (exceptuó a Acción) sobre cuál es el destino de sus beneficios. Apocalíptico, el fundador de MFTransparency llamó la atención sobre una burbuja de sobreendeudamiento que derivaría en el colapso del mercado mexicano, para cerrar su intervención espetándole a su rival los “Siete pecados sociales” de Gandhi.

El público también jugó su parte en este duelo dialéctico, aplaudiendo o murmurando según las opiniones fueran o no de su agrado. Al final, en el recuento a mano alzada entre los asistentes que propuso el moderador, pareció levemente mayoritaria la opinión de que las IPOs no son ni la ruina ni la salvación, sino una opción aceptable bajo ciertas condiciones.

Pero la polémica seguro no se acabó allí.


Publiqué este artículo el 17 de noviembre de 2011 en MicroDinero

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