Danel (segundo sentado desde la izquierda) y Waterfield (quinto sentado desde la izquierda) en el panel que los reunió por primera vez en el foro español (foto: MicroDinero) |
(Textos
recobrados de MicroDinero) Valladolid reeditó una de las rivalidades
dialécticas más persistentes de la industria: la de Banco Compartamos de México
y la organización norteamericana MFTransparency.
La
contienda nació luego de la salida a bolsa de Compartamos, en abril de 2007,
que hizo de esta operación uno de los éxitos financieros más resonantes del
sector de las microfinanzas.
Quiso el
programa de la V Cumbre del Microcrédito que los principales contendientes se cruzaran
dos veces en sendos paneles. Nos referimos al fundador y CEO de MFTransparency,
Chuck Waterfield, y al cofundador y vicepresidente ejecutivo de Compartamos,
Carlos Danel.
La disputa
pone en el centro de escena la rentabilidad financiera y las tasas de interés
cobradas por Compartamos a sus clientes. Su relevancia excede el mercado
mexicano, ya que de ella pueden extraerse conclusiones para todo el sector
relativas a la actual tendencia hacia la comercialización.
Primer
round
El primer
cruce se produjo el martes en el taller Is Transparency Enough? What
is Fair and Ethical When it Comes to Interest Rates in Microfinance?, donde se
discutió un paper del mismo nombre elaborado por Waterfield. Moderado por Elizabeth Rhyne, del
Centro para la Inclusión Financiera de Acción (CFI), el documento fue discutido
por los panelistas Nadine Chehade, de PlaNet Rating-Líbano y PN Vasudevan, de Equitas,
de la India, además de Danel.
El
documento, que se tradujo como “¿Es transparencia suficiente? ¿Qué es justo y
ético en cuanto a las tasas de interés en microfinanzas?”, es duro contra el
sector microfinanciero mexicano y en particular con Compartamos. Allí se menciona
el espectacular retorno generado por la emisión inicial (IPO) de Compartamos en
2007 (300 a 1 sobre la base de la inversión inicial), tasas de interés que
llegan al 100% anualizado y una elevada rentabilidad pese a los altos costos
operativos del mercado mexicano (los gráficos comparan con Perú y Bolivia).
El planteo
de Waterfield iba de la matemática a la ética: ¿Cuál es el retorno aceptable
para un crédito de USS 5.000? ¿Y cuando el crédito es de 200?”, se preguntaba
el autor.
Danel
remitió a los Reportes de Transparencia del banco, destacando el crecimiento experimentado
en los últimos años y el progresivo descenso de sus tasas de interés. Ello no
evitó que se mostrara a la defensiva y encima chanceado por algunos de los
asistentes al momento de las preguntas: “¿Quién financia el crecimiento del
banco?, ¿los inversores o los clientes?”.
Waterfield
también tuvo lo suyo cuando Maricarmen Díaz Amador, coordinadora del Pronafim
(fideicomiso con el que se financia a microempresarios en México), lo aguijoneó
a que dijera de dónde sacaba los datos de su informe. El directivo
norteamericano dijo que del MIX y de información proporcionada por 28
instituciones mexicanas, soportada por documentos y personas reales.
Segundo
round
Un día
después, Danel y Waterfield volvieron a encontrarse en el marco de la sesión
plenaria Initial Public Offerings (IPOs): The Field’s Salvation or Downfall? (“Ofertas
públicas iniciales: ¿La salvación o el hundimiento del campo?). Presidida por
el director entrante de la Microcredit Summit Campaign, Larry Reed, la mesa
puso en debate el documento homónimo preparado por Vickram Akula, fundador y
CEO de SKS de la India, y Sanjay Sinha (presente en la discusión), gerente
general de la agencia de rating india CRISIL. Junto a Danel y Waterfield,
intervinieron como panelistas Stephen Rasmussen (CGAP) y Anne-Marie Chidzero
(AfriCap).
Para Danel,
las IPOs no constituyen una salvación, pero sí un ingreso de inversores que le
aseguren otra dinámica y eficiencia a la entidad. Adujo que en cuatro años y
medio desde que Compartamos cotiza en bolsa, el banco pasó de tener 600 mil
clientes a casi 2,5 millones.
Y destacó
rasgos que no cambiaron desde sus inicios como ONG: sus clientes siguen siendo
mayoritariamente mujeres. Así como adquisiciones en su cartera de productos: líneas
hipotecarias que antes no tenían, desarrollo de microseguro, piloto de
microahorros en el estado de Veracruz.
El
ejecutivo dijo que, de una tasa de crecimiento del 35% en los primeros años
posteriores a la IPO, ahora el ritmo se encuentra en un 25% y la rentabilidad
que demandan los inversores no es inmediata ni impide inversiones como una de
US$ 60 millones para una red de corresponsales.
Admitió que
es controvertido el ingreso de capitales comerciales que pueden no armonizar
con el sentido social de una microfinanciera, pero confió que una buena
regulación, buenos principios de protección al cliente y un buen gobierno que
mantenga una visión y misión claras, con capacidad de alinear intereses en
conflicto, puede hacer de una IPO una herramienta de crecimiento.
A su turno,
Waterfield enrostró el tema de la recompensa financiera. Dijo que en
Compartamos se dan tasas de retorno sobre capital que no se observan en
mercados comerciales. Y que no había seguridad de en qué se invierten los
beneficios.
En este
sentido señaló la falta de transparencia del banco y de sus accionistas
(exceptuó a Acción) sobre cuál es el destino de sus beneficios. Apocalíptico,
el fundador de MFTransparency llamó la atención sobre una burbuja de
sobreendeudamiento que derivaría en el colapso del mercado mexicano, para
cerrar su intervención espetándole a su rival los “Siete pecados sociales” de
Gandhi.
El público
también jugó su parte en este duelo dialéctico, aplaudiendo o murmurando según
las opiniones fueran o no de su agrado. Al final, en el recuento a mano alzada
entre los asistentes que propuso el moderador, pareció levemente mayoritaria la
opinión de que las IPOs no son ni la ruina ni la salvación, sino una opción
aceptable bajo ciertas condiciones.
Pero la
polémica seguro no se acabó allí.
Publiqué
este artículo el 17 de noviembre de 2011 en MicroDinero
No hay comentarios:
Publicar un comentario