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jueves, 16 de octubre de 2008

Banco Palmas de Brasil y la utopía del pacto financiero


(Mundo Microfinanzas) La crisis financiera pasa de largo en Conjunto Palmeiras, un barrio en la periferia de Fortaleza, capital del estado de Ceará, en el nordeste de Brasil.

Joaquim Melo
Por allí, la comunidad parece más preocupada en dar continuidad a un modelo ejemplar de economía solidaria, que tiene como epicentro al Banco Palmas, un banco cuyo lema es todo un programa: “Un sistema integrado de crédito, producción, comercio, consumo y felicidad humana”.

Banco Palmas es uno de los 33 bancos comunitarios del Brasil y recibe recursos del Programa Nacional de Microcrédito Productivo Orientado. Cada vecino puede desarrollar sus negocios en torno al banco de su barrio, en una especie de control comunitario donde el propio consumo es pensado, y trabajado, de una forma diferenciada.

Joaquim de Melo, coordinador de Banco Palmas, piensa la economía de una forma singular, muy distante de los números macroeconómicos del turbulento sistema financiero mundial.

Con apasionamiento, y por momentos con rudeza, Melo critica la forma como los grandes bancos son administrados en los Estados Unidos y propone castigar penalmente a los responsables de desencadenar la crisis. También alerta sobre la necesidad de un consumo consciente y dispara: “Los bancos comunitarios se fortalecen con esta crisis: nos reafirman de que estamos en el camino correcto”.

En un amplio reportaje que publica hoy el diario O Povo, de Fortaleza, Melo da su visión sobre la crisis: ”La base de esta crisis tiene muchas explicaciones. La que para mí más se aproxima a la realidad es que está basada en un consumo desenfrenado. El pueblo americano tiene, de forma muy irresponsable, un consumo exagerado. Por el contrario, desde Banco Palmas llamamos a incentivar un consumo consciente de productos locales, ecológicos. Los americanos han sido incentivados a consumir desenfrenadamente. Así pues, cada americano debe a quien tiene y a quien no tiene. Compran con tarjeta de crédito, con cheque, hacen hipotecas… Ese consumo desenfrenado llevó a un endeudamiento gigantesco que a su vez produjo la cesación del pago de las deudas. Así los bancos fueron quebrando”.

Sostenibilidad y control comunitario

En un diálogo con la reportera Dalviane Pires, el coordinador del Palmas afirmó: ”Una cosa que me incomoda mucho es la irresponsabilidad de los bancos. Los grandes bancos, controlados por sus bancos centrales, que hasta entonces eran sinónimos de credibilidad, sustentabilidad, solidez, fueron los irresponsables. Hay que cuestionar mucho la seriedad de estos bancos, la manera como consiguen crédito y la forma como tratan el dinero público”.

“De ahí que la crisis compromete la credibilidad, y eso es muy serio -continuó-. Las personas dejarán de confiar en el sistema financiero. Aquí es donde se da un distanciamiento violento respecto a nuestro trabajo en Palmas. La base de nuestro banco es la credibilidad, a partir de personas de la comunidad. El Palmas tiene credibilidad porque tiene el control de la comunidad”.

Y precisó sobre este concepto: "El control comunitario se conquista y también se promueve. No es sólo una conquista: no basta que las personas quieran tener más control. Los bancos precisan organizar los instrumentos de control. Aquí en Palmas, por ejemplo, tenemos un foro que se reúne una vez por mes. Allí se muestra a las personas que no cumplieron con su responsabilidad, las que sí cumplieron, las que pagaron, las que dejaron de pagar, las tasas de interés cobradas, las tasas de administración… así la comunidad opina y controla”.

“Posiblemente la comunidad también se encarga de corregir ciertas anomalías. Tenemos también un diario comunitario, donde se publica anualmente todo lo que entró y salió del banco. Los bancos en general no tienen eso. Quien tiene dinero en un banco, ¿sabe dónde fue invertido ese dinero?, ¿quién está debiendo a ese banco?, ¿qué hace el banco con su ahorro? Los bancos, además de no favorecer esos controles, no tienen transparencia. Y eso sí que es un problema gravísimo”, sostuvo Melo.

“Aquí en Banco Palmas tenemos una filosofía que dice que si un banco da un crédito a una persona y esa persona falla, no puede pagar, la mitad de la culpa es de la persona y otra mitad del banco. El banco tiene que tener tanto juicio como la persona que solicita un crédito. Tiene que orientar a esa persona, analizar sus condiciones para pagar. Así, también es responsabilidad del banco que presta”, continuó.

“Eso hacemos a través de estudios de producción y de consumo para que la persona sepa exactamente qué puede pagar. Estudiamos los ingresos de la persona, analizamos el crédito, acompañamos en el día a día, vamos hasta su casa. Cuando se atrasa dos días, la persona ya recibe la visita de un operador de crédito para ver lo que está ocurriendo y eventualmente se renegocia la deuda. Esto es lo que llamamos crédito orientado. Es toda una orientación y acompañamiento responsable. No sólo es prestar dinero”, añadió Melo.

Sentido local y territorial

“Para otros bancos, lo importante es que el cliente pague de cualquier forma. Si pagó, no importa si luego quiebra. Pero para un banco comunitario, de desarrollo local, prestar dinero es también pensar en el desarrollo del barrio, tiene un sentido local y territorial. En ese sentido, es impensable una crisis en el Palmas por causa de un préstamo irresponsable. Podemos fallar en una evaluación, pero no en tal proporción que comprometamos el sistema del banco”, aseguró.

"Si en una situación hipotética, Banco Palmas quebrara por algún motivo, estaríamos amparados por el control de la comunidad. La misma gente se movilizaría para socorrer al banco. Si fuese un caso de deudores, la gente iría a ayudar al banco a cobrar esas deudas. Ese es el pacto social que tenemos”, afirmó el directivo.

Y finalizó: “El banco sólo quiebra por dos motivos: mala administración o robo. En el caso de los Estados Unidos, en verdad fue la misma gente la que terminó perjudicándose. No digo que el gobierno no tenga que ayudar, pero es preciso que se penalice. ¿Serán confiscados los patrimonios de los banqueros?, ¿habrá gente presa, procesada? Veremos qué acontece…”.

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