Lagarde, Peña Nieto y Videgaray, en el Palacio Nacional de México. durante el Foro Internacional de Inclusión Financiera (foto: Presidencia de México) |
(Mundo Microfinanzas) “Las finanzas son un instrumento indispensable
para distribuir mejor los recursos excedentes en una sociedad, hacia actividades
productivas y rentables, que aporten al crecimiento económico y
a una mayor igualdad social”.
Así se expresó este jueves el presidente de México,
Enrique Peña Nieto, en el Foro Internacional de Inclusión
Financiera, organizado por la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público (SHCP), del gobierno mexicano, “un espacio que representa una gran
oportunidad para revalorar y, sobre todo, aprovechar las finanzas y sus
instrumentos como herramientas de progreso económico y equidad social”, en
palabras del mandatario.
Peña Nieto defendió la aprobación del proyecto de Reforma Financiera,
promulgada en enero, “cuyo propósito fundamental es lograr que las familias y
las pequeñas y medianas empresas de México cuenten con más crédito y más barato”.
El evento contó con la presencia de la directora gerente del Fondo
Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde; el titular de la SHCP, Luis
Videgaray; y el gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens,
entre otras autoridades. También estuvieron presentes el director general de la
Alianza para la Inclusión Financiera (AFI), Alfred Hannig, y el ministro de
Hacienda y Crédito Público de Colombia, Mauricio Cárdenas.
Al inaugurar el foro, que tuvo lugar en el Palacio Nacional, del
Distrito Federal, Lagarde dijo que una mayor inclusión financiera es un
mecanismo probado a través del cual los gobiernos pueden lograr una reducción
de las desigualdades y fortalecer el rol de la mujer en la economía.
De acuerdo con la economista francesa, un mayor acceso a las finanzas
permite a los hogares estabilizar el consumo en el tiempo y asegurarse contra
riesgos. Además estimula el emprendimiento y ayuda a las pequeñas empresas a crecer más allá de la subsistencia y la informalidad lo que, en última
instancia, contribuye a la creación de empleos y a un crecimiento más sólido y
duradero.
Videgaray, en tanto, dijo que “hoy nos convoca un tema fundamental, no
solamente para la economía y las finanzas de México. El tema de la inclusión financiera
en realidad no es un tema financiero, es un tema de equidad social, es un tema
de justicia y es un tema de cómo incorporar a aquéllos que se han quedado
atrás, a los menos favorecidos, a los beneficios de la economía de mercado, de
la modernidad y del sector financiero”.
De acuerdo con el secretario, el reto de la inclusión financiera en México
es central, pues las estadísticas muestran que más de la mitad de los
municipios rurales no cuentan con servicios bancarios y más del 60 por ciento
de los mexicanos acceden a financiamiento por vías informales: “Y hay que
reconocerlo, esta inequidad, esta exclusión se presenta con mayor severidad
entre las mujeres de México. Solamente menos de la mitad de las mujeres tienen
acceso a los mecanismos formales y el 60 por ciento de los excluidos son
mujeres”.
Dos falacias sobre economía de la pobreza
En su discurso, el presidente de Banxico señaló como punto de partida
que “la exclusión de los mercados financieros formales que padecen aún grandes
núcleos de la población, en México y en el mundo, constituye uno de los más
férreos obstáculos para la superación de la pobreza”.
“Es muy caro para quien es pobre no tener acceso a instrumentos de
ahorro y crédito. Esto debido a que quienes sufren la estrechez de recursos,
padecen también severas restricciones para emprender negocios productivos, financiar
proyectos de mejora del capital humano, planear a plazos razonables la
adquisición de una vivienda o para afrontar exitosamente adversidades y
catástrofes naturales”, dijo Carstens.
Para evitar que la falta de inclusión financiera perpetúe la pobreza, el
banquero mexicano llamó a no incurrir en dos falacias: suponer que el problema
de la inclusión financiera es de índole educativa o cultural, y suponer que los
pobres no llevan a cabo cotidianamente transacciones financieras bajo el
argumento de que no tienen suficientes recursos.
“La diferencia entre unos y otros, ricos y pobres, en lo fundamental no
radica en la falta de conocimientos básicos o de interés en obtener mejores condiciones
de vida. La diferencia abismal entre quienes tienen acceso pleno a la intermediación
financiera moderna, eficiente, regulada, de carácter formal y quienes tienen
que recurrir a mecanismos de ahorro ineficientes, caros, inciertos, carentes de
regulación y garantías, radica fundamentalmente en los elevadísimos costos de
transacción que los segundos deben afrontar”, agregó Carstens.
El directivo señaló la necesidad de dar cauces modernos y confiables a los hábitos
financieros populares, aprovechar sinergias entre reformas estructurales,
regulación y políticas públicas, y abatir costos transaccionales a través de
servicios de telecomunicación más baratos, entre otras acciones.
Los participantes del foro trabajaron en cinco paneles: Estrategias
nacionales de inclusión financiera; Impacto de la regulación internacional en
la inclusión financiera; Innovación de productos y canales para promover la
inclusión financiera; Educación financiera y protección para los usuarios de
servicios financieros; y La inclusión financiera como motor para impulsar el desarrollo
económico de la mujer.
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