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lunes, 12 de noviembre de 2012

Triple Jump: Costo de las tasas de interés y el dilema de selección


(Mundo Microfinanzas) La administradora de inversiones en microfinanzas Triple Jump, con sede en Amsterdam, expresó su posición sobre la controversia por las altas tasas de interés en microfinanzas y dijo cuáles son sus criterios a la hora de elegir una institución intermediaria con la que asociarse para llegar a clientes en la base de la pirámide.

Steven Evers
En un artículo publicado en la newsletter del cuarto trimestre, el director ejecutivo de la compañía, Steven Evers, responde a sectores involucrados en la industria que suelen sorprenderse por las altas tasas de interés que cobran los intermediarios financieros para los préstamos pequeños.

Las tasas anualizadas se ubican entre un 20 y un 80 por ciento y puede, dependiendo del tamaño del préstamo, del país y la metodología, ser aún mayores. Nosotros consideramos que estas tasas son aceptables si son para cubrir los costos de una prestación eficiente y garantizar negocios sostenibles sin la dependencia de subsidios”, dice el artículo titulado Asset Selection Dilemma’s.

“Es conceptualmente fácil de entender que los créditos pequeños, ofrecidos en entornos con infraestructura física y financiera limitada, no pueden ser baratos. Sin embargo, es difícil acostumbrarse a lo que estos costos pueden implicar si se los expresa en porcentajes”, agrega.

El ejecutivo propone entonces una herramienta de cálculo de tasas de interés, desarrollado por Triple Jump y denominado Interest Traffic Light (el “semáforo de las tasas”). Esta herramienta, según Evers, toma en cuenta tasas absolutas así como un conjunto de factores subyacentes que determinan lo que los intermediarios razonablemente necesitan cobrar a sus clientes finales: valor añadido, tamaño del préstamo, antecedentes en rebajas de tasas, costos operacionales en comparación con pares, utilidades y uso de las utilidades.

En tal sentido, el directivo señala que jugadores como Triple Jump pueden cumplir un rol útil en estimular a IMFs a rebajar las tasas sin poner en peligro la sostenibilidad institucional. “He aquí la razón de por qué algunas veces elegimos trabajar con instituciones que cobran tasas de interés más altas, si ellas están justificadas por condiciones del mercado y existe el compromiso de rebajarlas en la medida que se incremente la eficiencia”.

Él asegura que “evidencias prácticas muestran que los clientes finales están dispuestos a pagar tasas de interés más altas si ellas le garantizan un acceso al crédito a largo plazo”. Y que los clientes reconocen que las tasas aún más elevadas en el sector informal, o lisa y llanamente verse privados de crédito, son opciones mucho menos atrayentes.

Viabilidad de las microfiananzas

“Los pobres, continúa Evers, por lo general operan en la parte más empinada de la curva de utilidad. El acceso al capital (de trabajo) en condiciones razonables permite a los microempresarios incrementar significativamente la rentabilidad de sus negocios. Este hecho, destacado también en el World Develepment Report 2013 del Banco Mundial, el mes pasado, hace económicamente viables a las microfinanzas. Mientras nosotros nos preocupamos por las altas tasas de interés, los microempresarios priorizan comprensiblemente el acceso mismo”.

En esta línea de razonamiento, el ejecutivo holandés opina sobre quiénes serían los clientes ideales para las microfinanzas: “Las microfinanzas sirven mejor a aquellas personas que han identificado oportunidades económicas y están en posición de capitalizarlas en caso de ser provistas de financiamiento. Aquellos que han demostrado capacidad para asumir estas actividades de un modo empresarial son los mejores candidatos para un microcrédito. Los extremadamente pobres, sin ningún ingreso estable, no son ideales para las microfinanzas en tanto podrían verse empujados a un endeudamiento por préstamos que no están en condiciones de pagar”.

Y agrega: “Nuestra responsabilidad como gestora de inversiones es seleccionar aquellas instituciones que ofrecen servicios financieros sostenibles y adecuados a sus clientes finales en la base de la pirámide. Nuestro foco se centra en elegir aquellas instituciones intermediarias que cuidan a sus clientes, hacen esfuerzos suficientes para mejorar la eficiencia operacional y distribuyen la riqueza generada por ese mejoramiento de una forma equilibrada”.

“Nosotros creemos que el buen funcionamiento del sector financiero mejora la vida de muchos y que, en la medida que el mercado madure, las tasas de interés a los clientes finales irán decreciendo”, confía Evers.

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