(Mundo Microfinanzas) En 2008, el número de clientes de microcréditos en Marruecos cayó un 4 por ciento. La Federación Nacional de Asociaciones de Microcrédito (FNAM, sigla en francés, con sede en Casablanca) y el ministro de Finanzas quieren trabajar juntos en procura de robustecer la industria, que experimentó un importante crecimiento entre 2005 y 2007: 114 por ciento de incremento en el número de prestatarios, 260 por ciento en el volumen de créditos y 162 por ciento en el número de empleados del sector.
Así lo informó ayer la página web Magharebia, del Comando África de Estados Unidos (cuerpo militar unificado del Departamento de Defensa norteamericano).
El ministro de Finanzas, Salaheddine Mezouar, convocó a los representantes de la industria a fortalecer la cooperación atento a que el sector del microcrédito constituye una herramienta importante en la generación de ingresos para la población pobre.
Desafortunadamente, la industria vio incrementar este año la tasa de incumplimiento en los pagos, con un atraso superior al 5 por ciento, según precisó el presidente de la FNAM, Tarik Sijilmassi.
Según coincidieron tanto el gobierno como la FNAM, las causas de esta situación se explican por motivos internos y externos al sector.
El titular de la FNAM consideró que uno de los problemas internos es la falta de regulaciones estrictas. “Necesitamos organizar la profesión de tal modo de mejorar la calidad de los nuevos créditos. Si bien la asistencia microcrediticia es una actividad sin fines de lucro, las asociaciones deben desarrollarse dentro de un marco profesional gobernado por regulaciones internas”.
Un factor externo, a su vez, es la confusión de la gente entre lo que es microcrédito y lo que es subsidio. “Esta confusión debe ser tratada, lo que significa que necesitamos ponernos en contacto con los tomadores de crédito”, concluyó Sijilmassi.
El sociólogo Jamal Boughaba, en declaraciones a Magharebia, sostuvo que algunas asociaciones ayudan a indigentes sin ninguna obligación por parte de los beneficiarios. Alguna gente toma préstamos en la creencia de que se trata de subsidios concedidos por la asociación.
“Se enteró que había que devolver el dinero”
El artículo de Magharebia, firmado por la periodista Sarah Touahri y fechado en Rabat, cita también el testimonio de Fatima Balimi, modista, quien comentó que su marido quiso pedir dos mil dirhams (229 dólares) a una institución de microcrédito para emprender un negocio: “Cuando se puso en contacto con ellos, se enteró que había que devolver el dinero. Fue realmente una decepción, porque ese pequeño monto era apenas lo suficiente para obtener un mínimo beneficio. Así que abandonó la idea. Pero su hermano tomó un préstamo con la intención de no devolverlo inmediatamente”, relató.
Por otra parte, existe una dura competencia en algunas regiones entre los prestamistas, dijo Noureddine Ayouche, presidente de la Fundación Zakoura.
“En algunas regiones hay diez u once asociaciones compitiendo entre sí, contra un telón de fondo de enorme necesidad en todo Marruecos”, sostuvo.
La competencia está llevando a algunas asociaciones a diversificar sus productos, apartándose de su propósito principal de ofrecer microcréditos. En orden a incrementar beneficios, algunas entidades han comenzado a conceder créditos de consumo. FNAM instó a sus miembros a esquivar esta conducta.
Para el ministro Mezouar, es necesaria la redacción de un código de ética con que el sector pueda desarrollarse al paso deseado y proteger los intereses de sus beneficiarios.
La FNAM está integrada por trece asociaciones con más de siete mil empleados y 1,2 millones de clientes. El 55 por ciento de sus clientes son mujeres, mientras que los beneficiarios de áreas rurales alcanzan el 40 por ciento.
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| Noureddine Ayouche |
El ministro de Finanzas, Salaheddine Mezouar, convocó a los representantes de la industria a fortalecer la cooperación atento a que el sector del microcrédito constituye una herramienta importante en la generación de ingresos para la población pobre.
Desafortunadamente, la industria vio incrementar este año la tasa de incumplimiento en los pagos, con un atraso superior al 5 por ciento, según precisó el presidente de la FNAM, Tarik Sijilmassi.
Según coincidieron tanto el gobierno como la FNAM, las causas de esta situación se explican por motivos internos y externos al sector.
El titular de la FNAM consideró que uno de los problemas internos es la falta de regulaciones estrictas. “Necesitamos organizar la profesión de tal modo de mejorar la calidad de los nuevos créditos. Si bien la asistencia microcrediticia es una actividad sin fines de lucro, las asociaciones deben desarrollarse dentro de un marco profesional gobernado por regulaciones internas”.
Un factor externo, a su vez, es la confusión de la gente entre lo que es microcrédito y lo que es subsidio. “Esta confusión debe ser tratada, lo que significa que necesitamos ponernos en contacto con los tomadores de crédito”, concluyó Sijilmassi.
El sociólogo Jamal Boughaba, en declaraciones a Magharebia, sostuvo que algunas asociaciones ayudan a indigentes sin ninguna obligación por parte de los beneficiarios. Alguna gente toma préstamos en la creencia de que se trata de subsidios concedidos por la asociación.
“Se enteró que había que devolver el dinero”
El artículo de Magharebia, firmado por la periodista Sarah Touahri y fechado en Rabat, cita también el testimonio de Fatima Balimi, modista, quien comentó que su marido quiso pedir dos mil dirhams (229 dólares) a una institución de microcrédito para emprender un negocio: “Cuando se puso en contacto con ellos, se enteró que había que devolver el dinero. Fue realmente una decepción, porque ese pequeño monto era apenas lo suficiente para obtener un mínimo beneficio. Así que abandonó la idea. Pero su hermano tomó un préstamo con la intención de no devolverlo inmediatamente”, relató.
Por otra parte, existe una dura competencia en algunas regiones entre los prestamistas, dijo Noureddine Ayouche, presidente de la Fundación Zakoura.
“En algunas regiones hay diez u once asociaciones compitiendo entre sí, contra un telón de fondo de enorme necesidad en todo Marruecos”, sostuvo.
La competencia está llevando a algunas asociaciones a diversificar sus productos, apartándose de su propósito principal de ofrecer microcréditos. En orden a incrementar beneficios, algunas entidades han comenzado a conceder créditos de consumo. FNAM instó a sus miembros a esquivar esta conducta.
Para el ministro Mezouar, es necesaria la redacción de un código de ética con que el sector pueda desarrollarse al paso deseado y proteger los intereses de sus beneficiarios.
La FNAM está integrada por trece asociaciones con más de siete mil empleados y 1,2 millones de clientes. El 55 por ciento de sus clientes son mujeres, mientras que los beneficiarios de áreas rurales alcanzan el 40 por ciento.
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