(Textos
recobrados de MicroDinero) Las microfinanzas suelen ser objeto de varios
reclamos. La analista Nisha Kumar Kulkarni seleccionó los que, a su juicio, son
“cinco malentendidos sobre las microfinanzas” y los analizó poniéndolos en
perspectiva, con algún sesgo hacia el entorno asiático. Su artículo fue
publicado en la revista electrónica Beyond Profit, de Intellecap, en la India
(beyond profit, “The new microfinance”, Nº 19, Junio 2-15, 2011, Bombay).
Nisha Kumar Kulkarni |
1) Tasas de
interés exorbitantes: Los reclamos por tasas de interés prohibitivamente altas
han sido culpables de todo, desde la bancarrota hasta los suicidios de
agricultores. ¿Las IMFs cobran tasas de interés para arruinar a los
prestatarios pobres? Uno de los argumentos decisivos a favor de las
microfinanzas es que las personas pobres sólo accederían al crédito vía
prestamistas locales que, típicamente, cargan intereses mucho más altos y
presionan al prestatario hasta hacerlo caer en una trampa de endeudamiento.
2)
Sobrepréstamo (Overlending): ¿Se sobrevenden créditos a los pobres y se
promueve una vida basada en la deuda (life on credit)? Se trata de un reclamo
difícil de probar, pero a comienzos de este año BRAC, de Bangladesh, admitió
promover financiamiento a prestatarios ya sobreendeudados. Harold Rosen,
director ejecutivo del Grassroots Business Fund, destacó recientemente que la
administración desafortunada debe ser atribuida a la industria y a los
prestatarios y no al modelo microfinanciero en sí mismo.
3) Crédito
vs ahorro y seguro: El acceso al crédito es un servicio muy valorado por los
pobres, pero ¿es la panacea contra la pobreza? Las IMFs ponen el acento en
fondos de préstamo más que en promover ahorros o seguro. En la actualidad, las
microfinancieras ofrecen un amplio abanico de servicios financieros, pero el
énfasis sigue puesto en el crédito. Los reguladores se muestran cada vez más
proclives a permitir que las IMFs puedan tomar depósitos, tanto para promover
el ahorro como para reducir la dependencia de las instituciones sobre los
bancos comerciales.
4) ¿Sólo
para poner en marcha negocios? Las microfinanzas modernas, tal como se las
conoce hoy, comenzaron en la década del ’70 como el financiamiento a emprendedores
pobres en busca de oportunidades generadoras de ingresos. Sin embargo, el
desarrollo y crecimiento de pequeños negocios no son las únicas razones por las
que los pobres valoran al microcrédito. El pobre recurre al microcrédito como
un medio para pagar los gastos de cada día, como educación, electricidad,
alimentos y vivienda.
5) La
desventaja urbana: ¿Las microfinanzas sólo funcionan en las áreas rurales? En
las aldeas, los vecinos se conocen e interactúan unos con otros de manera
regular, facilitando la creación de grupos de auto-ayuda. Pero tal sentido de
comunidad, ¿cómo puede ser trasladado al contexto urbano? Los migrantes rurales
representan predominantemente al pobre de las grandes ciudades y ellos han
desplegado sus propias comunidades bajo emplazamientos urbanos. Formar un grupo
ya es difícil. Pero más lo es encontrar a las personas indicadas que vendan los
préstamos, personas que puedan identificarse con los pobres urbanos y
comprender sus necesidades sin condescendencias.
Publiqué
este artículo el 2 de agosto de 2011 en MicroDinero
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