(Mundo Microfinanzas) El Saving and Microcredit Bank (SMB), fundado hace trece años, ha mejorado la vida de muchos eritreos en este pequeño país del noreste africano, con una extensa costa sobre el Mar Rojo.
Luego de la independencia del país (se independizó en 1993 de Etiopía, que la convierte en una de las naciones más jóvenes del mundo), la situación económica quedó devastada por largos años de guerra y políticas erráticas de los colonizadores.
Debido a esta situación, indicó este viernes el Ministerio de Información (Shaebia) a través de un artículo, la mayoría del pueblo de este país se vio forzada a vivir por debajo de la línea de pobreza, especialmente en las áreas más alejadas.
Los treinta años de guerra de liberación y de “brutal colonialismo etíope”, escribió el comentarista Michael Batha en el artículo mencionado, dejaron al país en cenizas.
La responsabilidad principal del gobierno eritreo y del Frente del Pueblo por la Democracia y la Justicia (PFDJ, sigla en inglés, único partido legalizado, nominalmente marxista) fue proveer de servicios sociales básicos a los algo más de 4,6 millones de habitantes que tiene el país.
Trabajos de infraestructura en salud, educación, transporte, agricultura, vivienda y comunicaciones mostraron un progreso promisorio y proveyeron el sustento de muchos ciudadanos.
Facilitar el acceso a insumos básicos agropecuarios -especialmente equipos, animales de cría, fertilizantes, semillas- constituyó la primera etapa del programa de ahorro y microcrédito.
Según el director operativo del Savings and Micro-credit Bank, Ghetachew Eyob, el programa se estableció en 1996 con tres objetivos: ayudar a aquellos que viven en áreas remotas a acceder a programas de crédito; ayudar a la mujer a autonomizarse a través de la participación en actividades generadoras de ingresos y fundar una institución financiera de microcrédito independiente.
El banco comenzó su trabajo con veinticinco oficinas en pequeños pueblos (cinco en cada una de las regiones o zobas, excepto la zoba Mar Rojo Sur, la de actividad económica más dinámica). Actualmente, y siempre siguiendo el artículo de Shaebia, el banco provee servicios en 55 de las 58 sub-zobas del país, con un total de 469 puestos de atención comunitarios (las únicas tres sub-zobas desatendidas son las de Adobha, Dahlak y Selea, en virtud de la dificultad por acceder a estos lugares).
El banco cuenta en este momento con 42 mil clientes. Al principio sólo se podía tomar un crédito de entre 750 a 3.000 nafkas (50 a 200 dólares), pero ahora una persona puede solicitar hasta 150 mil nafkas (unos diez mil dólares).
El número de clientes ha ido aumentando con el tiempo y se espera que a fin de 2009 alcance los cincuenta mil.
Eyob comentó que, una vez finalizada la guerra y retornados los desplazados y refugiados, la opción por el microcrédito permitió una reinserción en la sociedad. Y calculó que en diez años de trabajo, el 85 por ciento de los prestatarios restituyó sus créditos a tiempo, lo cual demostró el éxito de los emprendimientos generados.
No obstante, para algunos clientes -tanto individuales como grupales- la tasa de 16 por ciento de interés es demasiado elevada. El SMB busca facilitar a ellos servicios que compensen sus limitaciones de pago: por ejemplo enviando agentes del banco hasta los lugares de trabajo, ahorrándoles así a los beneficiarios gastos y penurias de traslado. O también asesorándolos en materia de administración y sobre posibles negocios alternativos.
En 2008, el SMB introdujo un nuevo programa. Se trata de una cuenta de crédito para aquellos que se involucren en agricultura estacional y de irrigación, ganadería de engorde y actividades de comercio. El banco ya ha desembolsado un total de 29 millones de nafkas en crédito para agricultura estacional (algo más de US$ 1,9 millones), 48 millones para irrigación (U$S 3,2 millones, destinados mayormente a compra de generadores), 40 millones para engorde (U$S 2,6 millones) y otros 40 millones para la instalación de comercios, especialmente quioscos.
Los resultados obtenidos hasta el momento por el banco alimentan expectativas. En 2008 prestó por un total de 152 millones de nafkas (poco más de cien millones de dólares) y, en diez años de actividad, lleva computado un volumen de 1,3 billones en moneda eritrea (algo más de US$ 86 millones).
Luego de la independencia del país (se independizó en 1993 de Etiopía, que la convierte en una de las naciones más jóvenes del mundo), la situación económica quedó devastada por largos años de guerra y políticas erráticas de los colonizadores.
Debido a esta situación, indicó este viernes el Ministerio de Información (Shaebia) a través de un artículo, la mayoría del pueblo de este país se vio forzada a vivir por debajo de la línea de pobreza, especialmente en las áreas más alejadas.
Los treinta años de guerra de liberación y de “brutal colonialismo etíope”, escribió el comentarista Michael Batha en el artículo mencionado, dejaron al país en cenizas.
La responsabilidad principal del gobierno eritreo y del Frente del Pueblo por la Democracia y la Justicia (PFDJ, sigla en inglés, único partido legalizado, nominalmente marxista) fue proveer de servicios sociales básicos a los algo más de 4,6 millones de habitantes que tiene el país.
Trabajos de infraestructura en salud, educación, transporte, agricultura, vivienda y comunicaciones mostraron un progreso promisorio y proveyeron el sustento de muchos ciudadanos.
Facilitar el acceso a insumos básicos agropecuarios -especialmente equipos, animales de cría, fertilizantes, semillas- constituyó la primera etapa del programa de ahorro y microcrédito.
Según el director operativo del Savings and Micro-credit Bank, Ghetachew Eyob, el programa se estableció en 1996 con tres objetivos: ayudar a aquellos que viven en áreas remotas a acceder a programas de crédito; ayudar a la mujer a autonomizarse a través de la participación en actividades generadoras de ingresos y fundar una institución financiera de microcrédito independiente.
El banco comenzó su trabajo con veinticinco oficinas en pequeños pueblos (cinco en cada una de las regiones o zobas, excepto la zoba Mar Rojo Sur, la de actividad económica más dinámica). Actualmente, y siempre siguiendo el artículo de Shaebia, el banco provee servicios en 55 de las 58 sub-zobas del país, con un total de 469 puestos de atención comunitarios (las únicas tres sub-zobas desatendidas son las de Adobha, Dahlak y Selea, en virtud de la dificultad por acceder a estos lugares).
El banco cuenta en este momento con 42 mil clientes. Al principio sólo se podía tomar un crédito de entre 750 a 3.000 nafkas (50 a 200 dólares), pero ahora una persona puede solicitar hasta 150 mil nafkas (unos diez mil dólares).
El número de clientes ha ido aumentando con el tiempo y se espera que a fin de 2009 alcance los cincuenta mil.
Eyob comentó que, una vez finalizada la guerra y retornados los desplazados y refugiados, la opción por el microcrédito permitió una reinserción en la sociedad. Y calculó que en diez años de trabajo, el 85 por ciento de los prestatarios restituyó sus créditos a tiempo, lo cual demostró el éxito de los emprendimientos generados.
No obstante, para algunos clientes -tanto individuales como grupales- la tasa de 16 por ciento de interés es demasiado elevada. El SMB busca facilitar a ellos servicios que compensen sus limitaciones de pago: por ejemplo enviando agentes del banco hasta los lugares de trabajo, ahorrándoles así a los beneficiarios gastos y penurias de traslado. O también asesorándolos en materia de administración y sobre posibles negocios alternativos.
En 2008, el SMB introdujo un nuevo programa. Se trata de una cuenta de crédito para aquellos que se involucren en agricultura estacional y de irrigación, ganadería de engorde y actividades de comercio. El banco ya ha desembolsado un total de 29 millones de nafkas en crédito para agricultura estacional (algo más de US$ 1,9 millones), 48 millones para irrigación (U$S 3,2 millones, destinados mayormente a compra de generadores), 40 millones para engorde (U$S 2,6 millones) y otros 40 millones para la instalación de comercios, especialmente quioscos.
Los resultados obtenidos hasta el momento por el banco alimentan expectativas. En 2008 prestó por un total de 152 millones de nafkas (poco más de cien millones de dólares) y, en diez años de actividad, lleva computado un volumen de 1,3 billones en moneda eritrea (algo más de US$ 86 millones).
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