Princesa Máxima |
Máxima. La
asesora especial de Naciones Unidas en Finanzas Inclusivas para el Desarrollo,
la princesa Máxima, de los Países Bajos, dijo que cerca de 200 millones de
pequeñas y medianas empresas en mercados emergentes no logran conseguir quién
los financie. Como resultado de ello, las empresas se ven obligadas a utilizar
mecanismos informales ineficientes y caros. O a recortar su potencial de
crecimiento. Si se considera que las pymes son los motores locales para la
creación de empleos y el crecimiento económico, ella urgió a dar respuesta a
esta necesidad. Lo hizo el 9 de abril pasado en Amsterdam, durante una ponencia
en el marco de la conferencia aniversario del fondo TCX, una institución
financiera que ofrece derivados de tipo de cambio en países emergentes y entre
cuyos accionistas se incluyen las principales instituciones financieras de
desarrollo del mundo e inversionistas especializados en microfinanzas. Pero a
la vez se crea una paradoja, dijo Máxima (que en los próximos días será ungida
como reina de Holanda). Mientras hay una enorme demanda de servicios
financieros, muchos bancos locales tienen exceso de liquidez. Ella reveló que
un banquero en Liberia le había confiado que tenían un exceso de liquidez del
25%, por encima de los elevados requerimientos de reserva. La asesora atribuyó
esta situación a una débil infraestructura financiera que hace que para los
bancos sea más riesgoso prestar, en lugar de canalizar los depósitos hacia
créditos productivos. Y celebró que los gobiernos y diversos actores de las
finanzas estén trabajando para fortalecer la infraestructura financiera y crear
condiciones para un entorno más favorable. Se puede leer la ponencia de Máxima
en inglés aquí.
Medición de
Impacto. Miles de australianos de bajos ingresos están ahora más cerca de la
inclusión financiera, y con menos probabilidad de recurrir a prestamistas
marginales, una vez que sean beneficiarios del programa StepUp Loan, del
National Australia Bank (NAB), señala una nueva investigación. Basado en una
encuesta con 500 prestatarios del programa, el reporte del Centre for Social
Impact (CSI, con sede en Sydney) A little help goes a long way: Measuring the impact of the StepUP Loan Program
(abril 2013) muestra que el 73,6 por ciento de los encuestados experimentaron
un cambio positivo en resultados económicos y sociales tras recibir
financiamiento del programa. El reporte evalúa una rentabilidad social y
económica a $2,68 por cada dólar invertido en el programa, a partir de factores
como la menor dependencia de los sistemas de bienestar social, menor
dependencia hacia prestamistas marginales, mayores capacidades financieras y reducción
del estrés y la ansiedad. El programa StepUp es una alianza a nueve años del
NAB, la institución Good Shepherd Microfinance y más recientemente el gobierno federal, que lleva
créditos por valor de hasta 3.000 dólares australianos, al 3,99% de interés,
reembolsable en un período de tres años, a sectores de la población que no
acceden a bancos ni a cooperativas financieras. “Con cerca de tres millones de
australianos financieramente excluidos, mucha gente recurre a prestamistas de
día o informales (fringe) y tienen que soportar tasas de interés
extraordinarias”, explicó Paula Benson, gerente de Responsabilidad Empresarial
del NAB, al ponderar los hallazgos del estudio.
México.
México es el primer país de la región latinoamericana, y a nivel global sólo
superado por la India, en cantidad de IMFs que reportan a MIX sus datos de
desempeño social. A mediados de marzo de 2013, eran 41 las instituciones mexicanas
que aportaban información de sus resultados sociales junto a los financieros.
El MIX dio a conocer el informe El Estado del Desempeño Social en México, preparado
por el analista Michael W. Krell (marzo de 2013), donde se sostiene que el
mayor desafío de gestión del desempeño social que enfrentan las IMFs mexicanas
es el reporte de indicadores relacionados con el rastreo de sus metas sociales.
“Si una institución no monitorea los resultados tangibles relacionados con sus
metas no puede saber si esas metas se están cumpliendo (o incluso si la
institución está cerca de ellas) y, por lo tanto, no puede modificar sus
estrategias operativas en vista de los resultados empíricos”, dice el MIX. Este
aspecto se hace más visible en la falta de datos sobre la pobreza de los
clientes: el 61 por ciento de las IMFs mexicanas mencionan la reducción de la
pobreza como objetivo de sus actividades, pero sólo una ha comunicado hasta el
momento al MIX datos relevantes a esta cuestión. El informe brinda además una mirada
más fina sobre cumplimiento del objetivo de inclusión financiera de las
instituciones, el trato con su personal, y cuadros comparativos que confrontan
a México con Latinoamérica y el Caribe y otras regiones.
Microfinanzas
y vivienda. El Microfinance Centre (MFC), red euroasiática que agrupa a 103
organizaciones de 27 países, dio a conocer recientes estudios de caso que
examinan proyectos de microfinanzas para el acceso a la vivienda en tres países
de la región. Los proyectos fueron llevados a cabo por Habitat for Humanity junto
a tres IMFs asociadas al MFC: IMON (Tayikistán), LOK (Bosnia y Herzegovina) y
MicroFond (Bulgaria). Estos casos atesoran experiencias y lecciones aprendidas
de tres instituciones basadas en objetivos sociales, que innovaron con enfoques
“microfinanzas plus” para satisfacer diversas necesidades de sus clientes. Los informes
presentan algunas conclusiones de estos proyectos pilotos que permiten
analizarlos en orden a la capacidad de cada institución para afrontar los
riesgos inherentes a esta operatoria, el cumplimiento de las misiones, la consolidación
de sus posiciones de mercado a través de la oferta de productos de nicho, y en
general tips interesantes sobre lo que “sí o sí” no puede faltar en estos
diseños y lo que debe evitarse.
Oficial de crédito de FINCA Tanzania en un encuentro con clientes rurales (foto: Sean Mattison) |
Tanzania. FINCA
Tanzania se ha convertido en la primera institución microfinanciera del país en
transformarse de organización no regulada a entidad regulada por el Bank of
Tanzania (BoT). Según informó FINCA, este cambio de status permitirá a más tanzanos
de áreas rurales acceder a servicios bancarios formalizados. Para el CEO Tom
Kocsis, 77 mil clientes de bajos ingresos ya han accedido a los productos
crediticios de la IMF. “Con nuestro nuevo status de institución financiera
formal, podremos llegar a más gente en áreas rurales (…) y lo que más nos
entusiasma es que podremos ofrecer productos de ahorro, que para las personas
de bajos ingresos constituye una buena forma de crearse sus propias redes de
seguridad. De esta manera, ellos pueden cuidarse contra emergencias e invertir
en sus futuros”, dijo el directivo. FINCA Tanzania opera actualmente con 25
sucursales en todo el país y ha incorporado tecnología móvil para ampliar sus
servicios y mejorar su eficiencia: “Ya estamos realizando más de 30 mil
transacciones de repago cada mes utilizando tecnología de dinero móvil y
esperamos desarrollar aún más los canales alternativos para llegar a otras
áreas, y hacer de la banca algo más accesible”, dijo Kocsis.
Producción:
Mundo Microfinanzas
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