(Mundo Microfinanzas) La cooperativa microfinanciera Bromalah abrió días pasados una nueva sucursal en la ciudad de Man, en el oeste de Costa de Marfil.
Según informó ayer el portal Abidján.Net, el objetivo es llegar a más población del interior del país con el propósito de ayudar a la movilización del ahorro y luchar más eficazmente contra la pobreza.
La ceremonia de apertura contó con la presencia de numerosos responsables de la Iniciativa Yerelon-Yeresson (que en lengua nativa malinké significa “conocerse para hacerse responsable”), impulsores de la cooperativa.
Bromalah ya cuenta con oficinas en pueblos del interior marfileño como Daloa, Odienné, San-Pédro y Kolia, más otras tantas localizadas en la capital Abiyán.
En sus cinco años de existencia, la cooperativa lleva inyectados más de 300 millones de francos marfileños (algo más de US$ 635 mil) en préstamos, en cuyos proyectos están involucrados jóvenes (62 %), mujeres (33%), campesinos (30%) y Grupos de Interés Económico (GIE, 5%).
La ciudad de Man, ubicada en la región de 18 Montañas, alberga a más de 150 mil habitantes y, durante mucho tiempo, vio girar su economía en torno a la caza de elefantes y el negocio del marfil.
Promovida por organismos ambientalistas, la interdicción al comercio mundial del marfil rige desde 1989. Desde entonces la caza es furtiva e ilegal.
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| Cooperativa Bromalah |
La ceremonia de apertura contó con la presencia de numerosos responsables de la Iniciativa Yerelon-Yeresson (que en lengua nativa malinké significa “conocerse para hacerse responsable”), impulsores de la cooperativa.
Bromalah ya cuenta con oficinas en pueblos del interior marfileño como Daloa, Odienné, San-Pédro y Kolia, más otras tantas localizadas en la capital Abiyán.
En sus cinco años de existencia, la cooperativa lleva inyectados más de 300 millones de francos marfileños (algo más de US$ 635 mil) en préstamos, en cuyos proyectos están involucrados jóvenes (62 %), mujeres (33%), campesinos (30%) y Grupos de Interés Económico (GIE, 5%).
La ciudad de Man, ubicada en la región de 18 Montañas, alberga a más de 150 mil habitantes y, durante mucho tiempo, vio girar su economía en torno a la caza de elefantes y el negocio del marfil.
Promovida por organismos ambientalistas, la interdicción al comercio mundial del marfil rige desde 1989. Desde entonces la caza es furtiva e ilegal.
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