(Mundo Microfinanzas) Christian Boury, chofer profesional en busca de empleo en Bruay La Buissière (en la región francesa Norte-Paso de Calais), acaba de partir al volante de un Clio al que jamás hubiera podido acceder por sus propios medios.
El vehículo le fue provisto por la organización Les autos du cœur ("Autos del corazón", con sede en la ciudad de Amboise, en la región Centro de Francia), creada en 2005 por Jacques Beaugé.
En sus comienzos, la organización se pensó como asistencia para propietarios víctimas de incendios de autos. Hoy extiende la lista de demandantes a personas que atraviesan dificultades para conseguir empleo.
Jean-Michel Sylva, voluntario de Les autos du cœur en la región norte francesa y viejo beneficiario de la organización, explica así su fin social: "La primera cosa necesaria para encontrar un empleo es la movilidad. El transporte público por lo general no permite todo. Venimos de proveer un vehículo a un amienense que cada día tenía que hacer once kilómetros a pie para no perder su trabajo", según declaró al periódico La Voix du Nord.
La organización puede proponer entidades que financien la adquisición. En el caso de Boury, él mismo gestionó un montaje financiero con la intervención de Secours Catholique (Cáritas Francia) y la Caisse Solidaire du Crédit Mutuel. El chofer de Bruay La Buissière pudo hacerse de 1.500 euros que restituirá en 24 meses.
Toda persona en situación de precariedad puede dirigirse a Les autos du cœur, que no vende los vehículos sino que sólo cobra el equivalente a los costos de envío y gastos del control técnico.
Les autos du cœur recibe donaciones de automóviles, motos y pequeños utilitarios en condiciones de funcionamiento. La misma organización se encarga de buscarlo en cualquier lugar del país, con o sin verificación técnica, cumplir las formalidades municipales que correspondan y gestionar la rescisión de los contratos ante las aseguradoras. El donante no tiene que hacer nada: sólo manifestar su voluntad de ceder el vehículo.
Además, se encarga de realizar las reparaciones necesarias y acondicionar al vehículo para pasar el control técnico de rigor.
Se estima que cada año, en Francia, 1,4 millones de autos son destinados a chatarra. Muchos de ellos pueden todavía circular con total seguridad.
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| Les Autos du Coeur |
En sus comienzos, la organización se pensó como asistencia para propietarios víctimas de incendios de autos. Hoy extiende la lista de demandantes a personas que atraviesan dificultades para conseguir empleo.
Jean-Michel Sylva, voluntario de Les autos du cœur en la región norte francesa y viejo beneficiario de la organización, explica así su fin social: "La primera cosa necesaria para encontrar un empleo es la movilidad. El transporte público por lo general no permite todo. Venimos de proveer un vehículo a un amienense que cada día tenía que hacer once kilómetros a pie para no perder su trabajo", según declaró al periódico La Voix du Nord.
La organización puede proponer entidades que financien la adquisición. En el caso de Boury, él mismo gestionó un montaje financiero con la intervención de Secours Catholique (Cáritas Francia) y la Caisse Solidaire du Crédit Mutuel. El chofer de Bruay La Buissière pudo hacerse de 1.500 euros que restituirá en 24 meses.
Toda persona en situación de precariedad puede dirigirse a Les autos du cœur, que no vende los vehículos sino que sólo cobra el equivalente a los costos de envío y gastos del control técnico.
Les autos du cœur recibe donaciones de automóviles, motos y pequeños utilitarios en condiciones de funcionamiento. La misma organización se encarga de buscarlo en cualquier lugar del país, con o sin verificación técnica, cumplir las formalidades municipales que correspondan y gestionar la rescisión de los contratos ante las aseguradoras. El donante no tiene que hacer nada: sólo manifestar su voluntad de ceder el vehículo.
Además, se encarga de realizar las reparaciones necesarias y acondicionar al vehículo para pasar el control técnico de rigor.
Se estima que cada año, en Francia, 1,4 millones de autos son destinados a chatarra. Muchos de ellos pueden todavía circular con total seguridad.
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