Bienvenido a este blog

Este blog de microfinanzas comenzó a actualizarse el 1 de febrero de 2008 y se cerró el 30 de noviembre de 2015.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Finanzas islámicas, otra cara de la moneda


(Por Enzo GirardiMundo Microfinanzas). El concepto de finanzas en el mundo islámico atiende las particularidades culturales propias de esta civilización: hace hincapié en la búsqueda del beneficio social extendido, prohíbe la explotación y sanciona la especulación.

Los principios que guían las finanzas en las sociedades islámicas son: a) riesgo compartido entre las partes del contrato; b) materialidad de la transacción financiera; c) prohibición de explotación; y d) no se deben financiar actividades pecaminosas o prohibidas.

La idea de riesgo compartido incluye dos formas de organización: la mudaraba y la musharaka. La primera refiere a una sociedad en la que una de las partes aporta la gestión, la otra el capital y ambas comparten el beneficio. La segunda se asemeja a la idea de sociedad vigente en el mundo occidental, es decir, los beneficios son proporcionales al aporte de capital realizado.

En la mudaraba, el socio capitalista financia el proyecto y no participa de la gestión del mismo. La otra parte, el socio empresario, aporta su trabajo. Las ganancias se distribuyen siguiendo un criterio predeterminado, mientras que las pérdidas son asumidas sólo por el socio capitalista.

En la musharaka, los socios llegan a un acuerdo por el cual financian la inversión y se comprometen con la administración de manera equitativa y en forma conjunta. Tanto las ganancias como las pérdidas se reparten entre los socios de manera proporcional a sus respectivas contribuciones de capital.

Otros productos ampliamente utilizados en el ámbito de las transacciones comerciales son el murabaha, los pagos diferidos y los contratos de venta. En el murabaha el proveedor de fondos compra el bien y se lo revende al usuario con un margen de ganancia para protegerse de los pagos en cuotas.

La preocupación por la igualdad social se traduce en la necesidad de generar instrumentos financieros destinados a mejorar la situación de las personas carenciadas. Para ellos se crean los contratos qard al hassanah (préstamos de beneficencia) y zaqat (limosna), en los que están implícitos los principios de prohibición de explotación y distribución de los beneficios.

El qard al hassanah es un préstamo sin devolución que, según las enseñanzas de El Corán, se otorga a las personas y colectivos más pobres. El financista puede cobrar los gastos administrativos al receptor del préstamo, pero dicha erogación no puede ser proporcional al monto ni al plazo de la operación.

El zaqat se les descuenta de manera directa a los ricos para otorgarse a los pobres. Es un desembolso de carácter religioso.

En este contexto, las herramientas de las microfinanzas tienen importantes posibilidades de expansión, ya que son instrumentos financieros alternativos a los tradicionales existentes en el sistema occidental, sirven de apoyo para pequeños empresarios, atienden la realidad de los sectores sociales más postergados y promueven operaciones de corto plazo en las que influye el principio de responsabilidad social.

Existen en las sociedades islámicas instrumentos que atienden estas condiciones, como los seguros takaful y kifala, o los préstamos de garantía mutua, en los que rige el principio de responsabilidad compartida y se asumen las demandas grupales. Por lo tanto, las entidades dedicadas a las microfinanzas pueden valerse de este tipo de herramientas para ofrecer sus servicios.

Sin embargo, pese a estas posibilidades, las microfinanzas son herramientas de desarrollo socioeconómico cuyo verdadero potencial no se alcanzó aún en el mundo islámico. Entre los países pioneros se encuentran Bangladesh, Siria y Yemen, donde se utilizaron instrumentos como el murabaha y el contrato de venta diferido (bai mu´ajal).

En Bangladesh, el instrumento de uso corriente son los microcréditos que se conceden a grupos de microempresarios o microemprendedores según las formas previstas por bai mu´ajal y murabaha, con una tasa de interés anual de 24-25 por ciento. El grueso de los fondos los aporta la organización de segundo pieso The Palli Karma Sahayak Foundation (PKSF).

En Siria, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) apoyó en la región Jabal Al Hoss la instalación de una red de fondos comunitarios, cuyos propietarios y administradores comparten las ganancias según el aporte de capital inicial que realizaron. Son proyectos que se organizan bajo la modalidad murabaha.

Entre los años 2000 y 2003 se concretaron unos 5.600 contratos. La tasa de amortización alcanzó el 100% hacia el final del primer año de operación. Las mujeres tuvieron desde el comienzo del programa las mismas posibilidades que los varones para acceder a los préstamos.

En Yemen rige desde 1997 el programa Yemen Hodeidah, financiado con subsidios otorgados por el Fondo Social para el Desarrollo de Yemen. Utiliza la modalidad murabaha y se basa en una estructura de préstamos para grupos. En caso de atraso en los pagos, no hay multas, a excepción de los honorarios y los costos implícitos en el procedimiento legal.

Las microfinanzas, así como el conjunto de herramientas para financiar a pequeños empresarios y microemprendedores, tienen importantes posibilidades de expansión en los países islámicos. Poco a poco ceden las barreras culturales, institucionales y políticas que han frenado su difusión en los últimos años.

Se puede afirmar, a modo de conclusión, que desde la perspectiva de las microfinanzas, el mundo islámico representa una oportunidad. Pero al mismo tiempo, también constituye un desafío.

Fuentes consultadas

- “With power comes responsibility”, de John Foster, artículo Publicado por CPI Financial, Dubai, Emiratos Árabes Unidos, 31 de agosto de 2008

- “La Compatibilidad de los Servicios Financieros Islámicos y las Microfinanzas: Una Vía Poco Explorada para Expandir su Alcance”, de Dalia El Hawary, consultora, Departamento de Operaciones y Política del Sector Financiero, y Wafik Grais, asesor ejecutivo, Vicepresidencia del Sector Financiero, ambos del Banco Mundial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario