(Mundo Microfinanzas)
El economista de la Columbia University y Premio Nobel Joseph E. Stiglitz, y el
ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, fueron algunas de las notables
figuras que cuestionaron el fallo del juez neoyorquino Thomas Griesa, que ha dispuesto
la inmovilización de fondos de Argentina destinados al pago de acreedores que
ingresaron a los canjes de deuda soberana en 2005 y 2010, en beneficio de un
minúsculo grupo litigante de holdouts.
Sobre esta situación
jurídica sui generis, y sus consecuencias para la economía global, el profesor
Stiglitz ha publicado en The New York Times el artículo A global system is needed for debt restructuring, cuya versión en castellano ofrecemos a
continuación.
“Se trata
de codicia”
Los fondos
buitre -pequeño número de acreedores que no ingresaron en la reestructuración
de deuda de Argentina- no tienen interés alguno en el país o en su pueblo.
Ellos se hicieron de sus bonos por chaucha y palitos, a la espera de que
perseverando en el litigio, habrían eventualmente de encontrar un juez
compinche que no entendiera del asunto y fallara a su favor.
Joseph E. Stiglitz |
Todos los
inversores en bonos soberanos saben que hay un riesgo de default: de allí que
los bonos puedan pagar tasas de interés mucho más altas que los bonos de
Estados Unidos. Pero cualquiera que compra bonos, después que un país anuncia
una reestructuración de deuda, sabe con casi total certeza que no serán
reembolsados por completo sin manipular el sistema legal.
Los buitres
han invocado la ley pero nosotros debemos ser claros: se trata de codicia. Abogando
por una interpretación del principio legal de que todos los inversores deben
ser tratados de la misma forma -en total oposición con el que tradicionalmente
atribuyen tanto economistas como participantes del mercado- ellos han socavado
el estado de derecho y han logrado que la reestructuración de deuda sea algo casi
imposible.
Tales
reestructuraciones son necesarias para que la economía de mercado funcione.
Pero desafortunadamente, mientras tenemos un sistema para tratar las quiebras
privadas, carecemos de uno para la reestructuración de deudas soberanas.
El Fondo
Monetario Internacional propuso que deberíamos tener un sistema global, en
ocasión del default de Argentina en 2001, y la comisión de expertos de Naciones
Unidas, que presidí, reiteró ese llamado en 2009. El gobierno de Estados Unidos
vetó la iniciativa. Y ahora, la justicia de Estados Unidos ha empeorado mucho
más el problema.
En los ’80,
cuando las deudas soberanas estaban principalmente en poder de bancos, las
reestructuraciones se podían hacer con relativa fluidez. Pero con el
crecimiento de los mercados de capital, estos asuntos se hicieron más
dificultosos, como hemos sido testigo repetidas veces. Y con el crecimiento de
los swaps y derivados por incumplimientos crediticios, peor aún.
Los buitres
pueden incluso no tener interés económico en un resultado exitoso. Ellos
podrían haberse asegurado contra un default; ellos podrían incluso ganar más
dinero ante un default que sin esa eventualidad.
Eludir un
default, transfiriendo dinero de Argentina -donde los ingresos per cápita
rondan los US$ 14.800- a algunos multimillonarios no hará sino crear más
desigualdad. Pero no se trata de una cuestión de justicia. Los buitres han
infligido un daño enorme a los mercados globales de deuda soberana y a aquellos
países cuyo bienestar depende de ellos, especialmente en los mercados
emergentes y países en desarrollo.
No es un
juego de suma cero; este es un juego de suma negativa, donde las pérdidas para
el resto del mundo, en cualquier caso, excederán con creces toda ganancia que
puedan embolsar los buitres.
“Argentina
no entró en default”
El ministro
de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, dijo a su vez que Argentina no entró en
default, toda vez que el país depositó la cuota comprometida con los
acreedores: “La Argentina no está entrando en mora, es una situación
excepcional. Quien está impidiendo hacer el pago es un juez de los Estados
Unidos”.
Guido Mantega |
El ministro
consideró que todavía existe margen de negociación entre Argentina y los
llamados “fondos buitre” pues, si bien esos fondos estaban jugando “a todo o
nada”, una negociación también es interesante para ellos. “Está claro que
quieren recibir el total del valor de los títulos, pero es mejor recibir una
parte que nada”, comentó Mantega.
El ministro
resaltó que es preciso “intentar revertir esta situación y no permitir que una
reestructuración legítima hecha por la Argentina en el pasado sea inviabilizada”.
El
funcionario precisó que la decisión de la Corte de Estados Unidos, al
abstenerse de revisar el fallo del juez Griesa, puede comprometer futuras
reestructuraciones de deudas y que ante eso habrá que esperar una reacción de
la comunidad internacional.
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