(Mundo Microfinanzas) Sunna, en la región algodonera de India central, fue epicentro a mediados de los ’90 de una fortísima crisis agraria. Se estima que, desde 1997, unos 150 mil agricultores se suicidaron por malograr sus cultivos y no poder cumplir con los créditos.
Las pequeñas historias que publica hoy el diario londinense The Guardian, basándose en un despacho de la agencia Reuters, son las de algunas de las viudas que dejó aquella crisis.
La nota nos muestra el drama de esas mujeres que, de un día para otro, tuvieron que hacerse cargo de sus hogares y del alimento para sus hijos. A la vez también nos muestra la esperanza. Porque, unidas en pequeños grupos de autoayuda (self help groups), pudieron salir adelante mediante programas de microcrédito.
Es el caso, por ejemplo, de Savita Jiddewar. El año pasado se integró a un programa de microcrédito, solicitando una pequeña suma que reinvirtió en su plantación de algodón. Esto le ha permitido ganarse una vida de relativo confort.
Los planes microcrediticios en esta parte de la India se ofrecen desde comienzos de los ’90, pero sólo en los últimos años han empezado a concitar mayor participación de las mujeres. La misma Jiddewar admite que dudó mucho antes de pedir su primer préstamo, temerosa de las experiencias que venía de sufrir su pueblo.
Las mujeres forman grupos de 10 o 12. Al emprender el negocio, se acercan a un banco para solicitar un pequeño préstamo. Los bancos piden a cada miembro del grupo que la restitución del dinero se haga mediante depósitos de aproximadamente un dólar por mes.
Un nuevo préstamo al grupo dependerá de cuán rápido se haya cumplimentado el desembolso inicial.
El envío de Reuters nos dice que hay una variedad de bancos ofreciendo microcréditos y que las mujeres son cuidadosas en elegir la mejor opción.
Lo cierto es que estas iniciativas cambiaron sus vidas. “Hubo un tiempo que no sabíamos cuándo íbamos a comer de nuevo”, recuerda Mirabai Shyamrao Martawar, cuyo esposo decidió quitarse la vida arrojándose al río después que los acreedores lo intimaron a cumplir su deuda.
“Hoy pago 50 rupees por mes (poco más de un dólar) después de alimentar a mi familia compuesta de diez miembros”, dice.
La mujer está abocada ahora a una variedad de pequeños emprendimientos como la cría de cabras, granjas comunitarias, puestos callejeros y artesanías de caña.
Se calcula que el microcrédito está beneficiando en la actualidad a 500 mil mujeres en esta región india, conocida como Vidarbha. De ellas, aproximadamente 20 mil son viudas de agricultores.
Es el caso, por ejemplo, de Savita Jiddewar. El año pasado se integró a un programa de microcrédito, solicitando una pequeña suma que reinvirtió en su plantación de algodón. Esto le ha permitido ganarse una vida de relativo confort.
Los planes microcrediticios en esta parte de la India se ofrecen desde comienzos de los ’90, pero sólo en los últimos años han empezado a concitar mayor participación de las mujeres. La misma Jiddewar admite que dudó mucho antes de pedir su primer préstamo, temerosa de las experiencias que venía de sufrir su pueblo.
Las mujeres forman grupos de 10 o 12. Al emprender el negocio, se acercan a un banco para solicitar un pequeño préstamo. Los bancos piden a cada miembro del grupo que la restitución del dinero se haga mediante depósitos de aproximadamente un dólar por mes.
Un nuevo préstamo al grupo dependerá de cuán rápido se haya cumplimentado el desembolso inicial.
El envío de Reuters nos dice que hay una variedad de bancos ofreciendo microcréditos y que las mujeres son cuidadosas en elegir la mejor opción.
Lo cierto es que estas iniciativas cambiaron sus vidas. “Hubo un tiempo que no sabíamos cuándo íbamos a comer de nuevo”, recuerda Mirabai Shyamrao Martawar, cuyo esposo decidió quitarse la vida arrojándose al río después que los acreedores lo intimaron a cumplir su deuda.
“Hoy pago 50 rupees por mes (poco más de un dólar) después de alimentar a mi familia compuesta de diez miembros”, dice.
La mujer está abocada ahora a una variedad de pequeños emprendimientos como la cría de cabras, granjas comunitarias, puestos callejeros y artesanías de caña.
Se calcula que el microcrédito está beneficiando en la actualidad a 500 mil mujeres en esta región india, conocida como Vidarbha. De ellas, aproximadamente 20 mil son viudas de agricultores.
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