Alex Alvear, músico ecuatoriano-estadounidense (foto: Christian Perez) |
(Textos
recobrados de MicroDinero) Microfundo es un website que usa una plataforma de
microfinanzas para apoyar a músicos alrededor del mundo. Lanzado en abril en
Boston, Massachusetts, recurre al crowdfunding (financiación colectiva, en red,
por lo general conectada vía internet) no sólo para apoyar a músicos y
ayudarlos a que ganen exposición, sino también para introducir a los usuarios
en diferentes gustos musicales, haciéndoles conocer artistas emergentes.
¿Y cómo
funciona? Uno entra a Microfundo.com, echa un vistazo, revisa los artistas y el
trabajo que realizan (todos tienen por lo menos un par de canciones que se
pueden descargar de forma gratuita) y, si hay alguno que gusta, se puede hacer
una contribución para ayudarlos a financiar grabaciones en estudio, conciertos,
etc.
Para
alguien involucrado en las microfinanzas, este método suena familiar.
Efectivamente, el modelo de Microfundo es el de Kiva y otros sitios de
microfinanciación online surgidos en los últimos años. En lugar de
microempresas o educación, lo que aquí se trata es de financiar arte.
Para su
fundador y CEO, Brad Powell, Microfundo difiere de Kiva ya que en estos modelos
el vínculo entre quien presta y prestatario tiende a difuminarse, a
“anonimizarse”. En Microfundo, en cambio, se promueve una mayor conexión entre
los músicos y el usuario.
Por
ejemplo, Alex Alvear, un bajista y compositor ecuatoriano que fue de los
primeros en trabajar con este fondo, está recaudando dinero para la grabación
del álbum de su banda, Mango Blue, una formación que hace música afrolatina,
fusionando jazz, funk y rhythm & blues. Por 9,99 dólares, un usuario puede
descargar una copia del álbum en vivo de Mango Blue; por 25 se puede obtener el
álbum más un CD firmado una vez que sea lanzado; por 250 el usuario puede
ganarse un pase al backstage del próximo concierto de la banda; y por 1.000
dólares, se ofrece a Manguito, una versión “de bolsillo” (offshoot) de la
banda, para tocar en un evento o fiesta privada.
Hasta el
momento, Alvear ha recaudado 8.550 dólares: su meta son 10 mil. En los seis
meses que lleva de existencia, Microfundo ha recaudado unos US$ 50 mil para la
docena de proyectos que se presentan en el sitio. La base de usuarios sigue
siendo escasa, con unos 1.200 miembros registrados, pero Powell espera
incrementar este número mediante asociaciones con otras organizaciones
musicales en distintas partes del mundo.
Recientemente,
por ejemplo, se asoció con PeaceTones, una organización sin fines de lucro que
fue a Puerto Príncipe en busca de talentos tapados o desconocidos. Encontraron
a 19 artistas originales que escribieron y grabaron sus propias canciones para
el concurso Haiti Sings de Microfundo, recién lanzado. Los usuarios pueden
votar online su canción favorita hasta el 19 de diciembre. El ganador volará a
New York City para grabar su álbum. Un cuarto de los artistas que compiten en
Haiti Sings fueron desplazados por el terremoto de enero.
Lo
interesante más allá de este sitio en particular es el modelo que propone. Una
forma alternativa, diferente, de financiar el arte, la industria del
entretenimiento y la industria de la publicación. Será cuestión de seguir de
cerca la evolución de Microfundo y los proyectos similares que le sigan. Sería
interesante ver, en los próximos años, inversores y creativos, unidos por una
misma plataforma de crowdfunding, revolucionando las formas de producir y
distribuir el arte.
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