(Mundo
Microfinanzas) México, Centroamérica-Caribe y Sudamérica, tomados como tres
subregiones dentro del mercado microfinanciero latinoamericano, muestran
diferencias marcadas en cuanto a servicios ofrecidos, población atendida y
desempeño financiero de las IMFs, señala un nuevo reporte del MIX y el Fomin.
Tendencias 2008-2013 del mercado microfinanciero en América Latina y el Caribe, en su
quinta edición (julio 2014), registra un ligero crecimiento en la cartera total
de las IMFs (7% en monto, 1% en prestatarios), con una relativa estabilización
del crédito a la microempresa (-2% en monto, 5% en número de préstamos).
El trabajo
procesa información reportada por 58 instituciones de la región (México 9,
Bolivia, Ecuador y Perú 8, Colombia y Honduras 6, Paraguay 4, Nicaragua y El
Salvador 3, República Dominicana 2, Venezuela 1) y detecta evolutivamente una ligera tendencia
hacia una mayor diversificación del portafolio, con créditos comerciales, de
consumo y vivienda, junto al crédito típicamente a la microempresa.
En la foto
que ha mostrado 2013, la mayor diversificación de cartera se presenta en
Centroamérica y Caribe (CAC), donde ningún tipo de crédito supera el 50% y el
crédito comercial (34%), destinado al financiamiento de producción y
comercialización de bienes y servicios, más que duplica el promedio de la
región tomada en su conjunto (14%). México, en cambio, mantiene una fuerte
concentración del crédito a la microempresa o “microcrédito” (73%), mientras
que Sudamérica, con microempresa 53%, consumo 21%, comercial 15% y vivienda
11%, es la subregión que se parece más a la estructura regional promedio.
Si se
observa la estructura de la cartera por metodología de crédito, México mantiene
la notable peculiaridad de prevalencia de banca comunal (70% frente al 7% del
promedio latinoamericano), en tanto que Sudamérica se muestra refractaria a
toda metodología que no sea el crédito individual (98%).
Sudamérica
es también la región que comprende mayor volumen de cartera urbana (79%), con
CAC exhibiendo el mayor equilibrio: 51% urbana, 49% rural.
Otra de las
divergencias más singulares aparece al medirse el género del prestatario. Aquí
México presenta una abrumadora presencia de prestataria mujer (93%), tomando
distancia del promedio regional: 57% mujer, 41% hombre y 2% personas jurídicas.
Como
tendencia a nivel regional se apunta el aumento progresivo del saldo promedio
de los préstamos (hasta US$ 2.000), incluyendo el de microempresa (hasta US$ 1.550),
que aumentó casi un 50% en los últimos cinco años, fundamentalmente por el
fuerte crecimiento del saldo promedio en Sudamérica, destaca el informe del MIX-Fomin.
En tanto, el
financiamiento de las entidades microfinancieras proviene principalmente de depósitos
(62% del total), aunque se observan algunas marcadas diferencias a nivel
subregional. La evolución de los ratios relativos a rentabilidad y cartera en
riesgo también presenta diferencias importantes entre subregiones. En
Sudamérica existe cierta estabilidad, en CAC se recuperan también ratios
anteriores a la crisis financiera internacional, y en México se observa una
alta variabilidad.
El informe
fue preparado por Renso Martínez, gerente de Operaciones y gerente regional del
MIX para América Latina y el Caribe, con base en Lima. El trabajo tuvo la
coordinación de Sergio Navajas y Verónica Trujillo, del Fomin.
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