(Mundo Microfinanzas) La capacidad de ahorrar, junto con el nivel
educativo, son factores gravitantes en América Latina como diferenciadores
sociales y al momento de auto-percibirse como de clases medias.
Uno de cada tres latinoamericanos es de estratos medios |
Un nuevo estudio de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, develado
este martes, detecta que los individuos de la región con posibilidad de ahorro
tienen un 12,18% más de probabilidad de considerarse como miembros de la clase
media.
El hecho sugiere, para los autores de la publicación, que una situación
presupuestaria más holgada permite satisfacer necesidades fundamentales y
acumular capital que luego pueda destinarse a inversiones, crecimiento y
protección ante eventualidades. “Esta cualidad de estabilidad hace que los
individuos sean más proclives a sentirse pertenecientes a los sectores
intermedios”.
La investigación La creciente pero vulnerable clase media de América Latina. Patrones de expansión, valores y referencias halla que, para 2010, uno de
cada tres latinoamericanos pertenecía a la clase media, si bien el 37% sigue
siendo vulnerable y puede regresar a la pobreza.
De acuerdo con los autores -que citan diversa bibliografía-, la
consolidación de clases medias tiene impacto en el desarrollo de los países:
como fuente de valores que promueven el trabajo, el ahorro y la frugalidad;
impulsando el surgimiento y mantenimiento de las democracias; como factor de
estabilidad política; como contribución a la cohesión social, mitigando
tensiones entre las clases bajas y altas; propiciando la introducción de
reformas dirigidas a la formación de capital humano y una mejor gobernanza del
Estado, entre otras expresiones.
El estudio toma en cuenta datos globales y establece algunas
comparaciones del fenómeno de la emergencia de clases medias en América Latina
con otras regiones en desarrollo, como el sudeste asiático, Europa del Este,
Medio Oriente y África subsahariana.
Variables y mapas
Uno de los aspectos interesantes que releva el trabajo es el vinculado a
cómo las personas se perciben como pertenecientes a una u otra clase social, y la
eventual divergencia entre esa percepción y datos objetivos como nivel de
ingresos.
En América
Latina, según los autores, se observa que hay un alto porcentaje de la población que suele considerarse de clase
media aun cuando posee ingresos inferiores o superiores al estrato medio.
Mientras el 53% de los encuestados (el estudio menciona distintas encuestas, entre ellas la EcoSocial) se considera clase media, sólo el 31% del
total posee ingresos que son consistentes con tal status.
En algunos
países -la investigación menciona el caso de México- la clase media evidencia
un componente marcadamente aspiracional: en el período 2004-2009 se observa una
discordancia de casi el 48%, pues el 81% de la población se percibía como clase
media, si bien tan sólo el 33,6% tenía ingresos correspondientes con tal
estrato.
Los
resultados sugieren cuatro variables que repercuten en la probabilidad de que
una persona tienda a sentirse como de clase media: el nivel educativo, la
posibilidad de ahorrar, supervisar a alguien en el trabajo y que el jefe de
familia esté empleado.
Otra
variable indica que un país con mayor ingreso per cápita y menor desigualdad tiende
a hacer más convergente la auto-representación y la inscripción objetiva como
parte de la clase media.
Con datos de
fines de la década pasada, Argentina era el país de la región con una clase
media-alta de mayor tamaño (31,3%), seguido por Uruguay (20,5%), Chile (14,9%),
Costa Rica (13,3%) y Brasil (10,6%). Casi todos los países de la región ponen
de manifiesto un notable crecimiento si se comparan estos valores con casi dos
décadas antes. A comienzos de los ‘90, los cinco países con mayor clase
media-alta eran Uruguay (16,8%), Argentina (12,9%), Paraguay (9,1%), México
(7,6%) y Chile (7,1%).
En lo que
hace al tamaño de las clases medias-bajas, los cinco países que encabezaban la
medición regional en 2009 eran también Argentina (31,8%), Uruguay (30,2%),
Chile (28%), Costa Rica (24,5%) y Brasil (21,4%). A comienzos de la década del ’90,
en cambio, el lote era liderado por Uruguay (34%), Argentina (28,7%), Paraguay
(22%), Costa Rica (15,8%) y Venezuela (15,7%).
Finalmente,
en cuanto al tamaño de la clase vulnerable a fines de 2000s, el mapa regional mostraba
a México con el porcentaje más elevado (44,3%), seguido por Venezuela (43,4%),
Ecuador (42,3%), República Dominicana (41%) y Chile (40,9%). A comienzos de los
’90 la situación era otra, con Paraguay como el país más vulnerable (47,3%),
seguido por Venezuela (46,9%), Costa Rica (42,1%), Argentina (40,6%) y
República Dominicana (40%).
Referencia
La creciente pero vulnerable clase media de América Latina. Patrones de expansión, valores y preferencias (CAF, por Michael Penfold y Guillermo Rodríguez Guzmán, Serie Políticas Públicas y Transformación Productiva Nº 17, 2014, Caracas)
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