(Mundo Microfinanzas) Teniendo en cuenta el largo historial de políticas
industriales en América Latina que, a menudo, han causado más daño que
beneficio, un nuevo estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) plantea
cuándo y cómo pueden intervenir los gobiernos en la economía para incrementar
la productividad minimizando, al mismo tiempo, los riesgos de repetir errores
del pasado.
En Desarrollo en las Américas, publicación insignia del BID, los autores estudiaron políticas industriales implementadas en todo el mundo, tanto exitosas como fallidas, a fin de forjar un marco de análisis práctico y con visión de futuro que ayude a las autoridades a encontrar la combinación apropiada de políticas de desarrollo productivo, tomando en cuenta las realidades de cada país.
“Las políticas industriales han caído en descrédito porque han tendido a
conllevar favoritismos políticos, derroche de recursos, búsqueda de rentas y
corrupción”, dijo Santiago Levy, vicepresidente de Conocimiento y Sectores del
BID. “Sin embargo, creemos que toda vez que las instituciones apropiadas estén
establecidas, bajo ciertas circunstancias las intervenciones públicas bien
concebidas pueden ayudar a aumentar la productividad, para lo cual estamos
ofreciendo un nuevo marco conceptual”.
Si bien durante el pasado decenio ha habido un considerable progreso
económico y social en América Latina y el Caribe, la región aún se encuentra a
la zaga de países más prósperos en materia de aumento de la productividad, lo
que explica los niveles más bajos de ingreso y bienestar. De hecho, la creación
de condiciones propicias para el aumento de la productividad es uno de los
principales retos de desarrollo que hoy día enfrentan las autoridades de la
región.
Es sabido que los gobiernos están llamados a desempeñar un importante
papel en ayudar al sector privado a tornarse más competitivo en el ámbito de la
economía mundial, pero el historial de costosos fracasos en la región -desde la
industria de la informática en Brasil hasta los productores de arroz en Costa
Rica- ha llevado a que la política industrial se considere un exceso del sector
público, dijo el BID a través de un comunicado.
El innovador estudio -titulado ¿Cómo repensar el desarrollo productivo? Políticas e
instituciones sólidas para la transformación económica- ayuda a las
autoridades a determinar en qué condiciones es útil intervenir y, en caso de
intervención, cuáles son los mejores instrumentos para llevarla a cabo.
Cese al enfoque de “mejores prácticas”
Los gobiernos deben plantearse cuál es la falla de mercado que tratan de
atender con una nueva política, qué instrumentos deben emplearse para
subsanarla y, crucialmente, qué clase de instituciones se necesitan para
implementar la política con éxito. Según el banco, en lugar de estudiar e
imitar las mejores prácticas, las autoridades deben escoger las políticas de
mejor adecuación a las capacidades institucionales y singularidades de cada economía.
En el libro -presentado este jueves en la Ciudad de México- se manejan
los mejores datos disponibles y se formula una metodología para que los
gobiernos de América Latina y el Caribe puedan repensar las políticas de
desarrollo productivo orientadas a la integración con cadenas de valor mundiales,
generar innovación, mejorar el capital humano, fomentar la formación de
empresas y promover la internacionalización, con los sectores público y privado
trabajando juntos.
Algunos de los interrogantes que el estudio busca responder son los
siguientes:
- ¿Por qué un enfoque de “mejores prácticas” aplicado a las políticas de
desarrollo productivo es erróneo?
- ¿Por qué a los países asiáticos les fue mejor que a los
latinoamericanos en la aplicación de políticas industriales?
- ¿Los gobiernos deben ayudar a las empresas pequeñas y medianas?
- ¿Cómo funcionaría una promoción exitosa de las exportaciones?
- ¿Cómo enfrentar el problema del oportunismo (“free riding”) de quienes
se benefician de los riesgos iniciales asumidos por los pioneros una vez que
tienen éxito?
En el estudio abundan estudios de casos: el contraste entre las
políticas brasileñas de apoyo a Embraer y al sector informático; cómo Costa
Rica generó una industria totalmente nueva en insumos médicos; cómo el estado
mexicano de Durango logró conquistar empresas extranjeras de autopartes; por
qué la intervención en los mercados del arroz rindió resultados en la Argentina
pero fracasó en Costa Rica, entre otros.
“Este no es un libro ideológico”, dijo José Juan Ruiz, economista jefe
del BID. “Está basado en análisis y evidencia. Más y más, el dilema no es si se
deben aplicar políticas de desarrollo productivo, sino cómo se las pone en
práctica. Las políticas sólidas exigirán nuevas funciones de las agencias
públicas y una participación más activa del estado en conjunto con el sector
privado”.
Referencia
¿Cómo repensar el desarrollo productivo? Políticas e instituciones sólidas para la transformación económica (BID, editado por Gustavo Crespi, Eduardo Fernández Arias y Ernesto Stein, 2014, Washington DC)
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