(Por Sally Burch, Agencia Latinoamericana de Información) En el año
2013, los gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera subieron a un
nivel sin precedentes, sobre todo por el dióxido de carbono (CO2), según
mediciones de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), publicadas en su
Boletín anual el pasado 9 de septiembre. La red de Vigilancia de la
Atmósfera Global de la OMM encontró que en ese año, la concentración de CO2 en
la atmósfera alcanzó el 142 % del nivel de la era preindustrial (o sea, antes de
1750), el de metano el 253 % y el de óxido nitroso el 121 %.
Ban Ki Moon |
Según datos preliminares, el aumento súbito de CO2 podría obedecer a una
disminuida capacidad de la biósfera de la Tierra de absorber el gas, sumado al
incremento constante de las emisiones. Normalmente, una cuarta parte de las
emisiones es absorbida por los océanos, pero ello a su vez tiene graves
consecuencias por la mayor acidificación del agua de mar, fenómeno que está
sucediendo a un ritmo mayor a lo que ha ocurrido en los últimos 300 años, por
lo menos. El estudio concluye que ya no cabe duda alguna que estos cambios se
deben a la actividad humana.
Esta conclusión se ratifica también en el informe 2014 del Grupo
Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés),
que, entre otros aspectos, confirma el deshielo continuo de los polos y
glaciares, uno de cuyos principales efectos será la subida del nivel del mar,
con graves consecuencias para las zonas costeras bajas, que incluyen grandes
ciudades y pequeños países insulares. El informe estima que el riesgo se
incrementará desproporcionadamente cuando el calentamiento global supere 1ºC y
será muy alto, e irreversible, a partir de los 3ºC. También pronostica impactos
principalmente negativos en la seguridad alimentaria y los sistemas de
producción de alimentos.
Negociación y movilización
Estos datos confirman que, sin acciones contundentes y urgentes, en las
próximas décadas el calentamiento global superará los 2 grados centígrados
(2ºC) por encima de la temperatura mundial promedio de la época preindustrial,
considerado ya el límite para evitar una catástrofe planetaria. Desde ya
se registra un aumento de 0,8ºC. Pero además, demuestran que peligra la
biósfera de los océanos: desaparecerán los arrecifes (que protegen las zonas
isleñas) y se trastornará la vida marina.
Sería de esperar, entonces, que estos informes contribuyan a catalizar
las respuestas urgentes en términos de políticas efectivas y cambios en los
comportamientos de producción y consumo, que la situación exige. No obstante,
nada asegura que ello ocurrirá.
Las negociaciones sobre cambio climático avanzan con mucha lentitud y
con poca voluntad política de los países con mayor responsabilidad por la
situación. La agenda se retomará en Nueva York este 23 de septiembre,
donde el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, está
organizando una Cumbre del Clima, a la cual ha invitado a jefes de Estado y
gobierno, representantes de grandes transnacionales y un grupo reducido de participantes
de la sociedad civil. En paralelo, actores sociales han convocado a
movilizaciones sociales para “detener y prevenir la Fiebre del Planeta”,
incluyendo una marcha masiva por las calles de Manhattan el 21 de septiembre.
Uno de los motivos es protestar por la “captura” del proceso oficial de
negociaciones por grandes intereses corporativos.
Luego, del 1 al 12 de diciembre, en Lima, sigue la vigésima edición
anual de la Conferencia de las Partes (COP20) de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climática (CMNUCC). Y del 9 al 12, en la misma
ciudad, la Cumbre de los Pueblos frente al Cambio Climático. En Lima se prevé
avanzar en la elaboración del borrador del nuevo acuerdo global sobre cambio
climático, que entrará en vigencia a partir de 2020, el cual debe aprobarse en
la COP21 en París, el año próximo. Recordemos que en 2012 venció el Protocolo
de Kioto (PK), sin haber logrado la negociación de un nuevo acuerdo, y se
decidió prorrogar el PK hasta 2020, si bien algunos países se retiraron.
Diversas redes de actores sociales movilizadas en torno al cambio
climático rechazan las “falsas soluciones” promovidas por sectores
empresariales que buscan convertir a la llamada economía verde en un pretexto
para el lucro, como mercados de carbono, otras formas de privatización y mercantilización
de la vida, geoingeniería, agrocombustibles y agroindustria.
La convocatoria a la movilización en Nueva York propone remedios para
curar y prevenir la “fiebre” que padece el planeta Tierra. Estos incluyen
compromisos obligatorios inmediatos -y no solo promesas voluntarias- de los
países para controlar sus emisiones de gases de efecto invernadero y para
mantener el incremento de la temperatura planetaria a no más de 1,5ºC. Además,
compromisos vinculantes para dejar más del 80% de las reservas conocidas de
combustibles fósiles bajo el suelo y prohibir nuevas exploraciones. Plantean
también acelerar la transición a energías renovables; promover la producción y
consumo locales de bienes durables; estimular la transición a la producción
agrícola basada en la comunidad para satisfacer las necesidades alimentarias
locales; mejorar el transporte público; crear empleos climáticos para reducir
las emisiones y restaurar la naturaleza; y desmantelar la industria bélica.
Luego de las grandes movilizaciones durante la COP15 en Copenhague en
2009, el movimiento climático perdió aliento y los medios de difusión dejaron
de interesarse por el tema. Hay signos de que en los próximos meses esta
situación puede revertirse. Sin embargo, más allá de que miles de personas se
movilicen en las calles o participen en eventos durante unos días, la gravedad
de la amenaza requiere de acciones más amplias y sostenidas. Por ejemplo, cómo
alimentar un debate público permanente destinado a que amplios sectores de la
población se apropien del tema y exijan acciones contundentes, aun sabiendo que
pueden significar cambios en su forma de vida.
Fuente: ALAI
El texto es parte de la Revista América Latina en
Movimiento, Nº 498, septiembre de 2014, que trata sobre el tema “Frenar el
calentamiento global”.
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