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miércoles, 19 de febrero de 2014

Fábricas recuperadas: experiencias en América Latina inspiran a Europa

Instalación del encuentro en la fábrica Fralib, en Gémenos
(foto: Association Autogestion)

(Mundo Microfinanzas) En medio de la crisis de la zona Euro y cuestionamientos crecientes a la agenda de los gobiernos y del modelo económico en Europa, experiencias latinoamericanas surgen como puntos de referencia para la construcción de alternativas contra el desempleo y la lucha por la autodeterminación de los trabajadores en el viejo continente.

De acuerdo con un reporte de Nicolas Tamasauskas, publicado en portugués por el portal de orientación de izquierda Carta Maior ("Experiências latino-americanas inspiram europeus"), los ejemplos de empresas autogestionadas por sus operarios en América Latina ha constituido uno de los temas de discusión del Encuentro Regional para Europa y el Mediterráneo: La Economía de los Trabajadores, realizado los días 31 de enero y 1º febrero pasados en la ciudad de Gémenos, en el sur de Francia.

El encuentro tuvo lugar en las instalaciones de la fábrica de producción de té Fralib, subsidiaria de la multinacional Unilever, cuyas actividades están interrumpidas desde 2011, cuando sus propietarios decidieron trasladar la producción a Polonia, a fin de reducir sus costos laborales. La fábrica está hoy bajo el control de sus trabajadores y es objeto de disputa judicial.

Durante el encuentro se analizaron casos de fábricas cerradas y recuperadas por sus operarios en Latinoamérica, así como distintas investigaciones llevadas a cabo en universidades de esta región, evaluándose la viabilidad de este tipo de acciones colectivas en el contexto europeo.

El foro fue organizado por los propios trabajadores cooperados de Fralib, en conjunto con el Programa Facultad Abierta, de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (UBA) y articulador inicial de estos encuentros internacionales, el centro de documentación Workers Control, el proyecto Officine Zero de Italia, el Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión (ICEA), de España, y la Asociación de Solidaridad de la Región de Provenza con América del Sur (Aspas).

El reporte señala que cerca de 200 personas participaron del encuentro, entre trabajadores, militantes de la autogestión y académicos. El resultado fue un intercambio de experiencias y formas de movilización, y un consenso en torno a la necesidad de profundizar estos vínculos y la solidaridad entre los países.

Gerard Cazorla, operador de máquinas con 33 años de trabajo en Fralib, condujo a los visitantes extranjeros en una visita a la fábrica y resaltó que el contacto con protagonistas de las experiencias solidarias y autogestionarias en América Latina refuerza la confianza en el éxito de las tentativas de recuperación en Francia.

Si bien se pusieron a consideración algunos paralelismos, los participantes del encuentro coincidieron en destacar que siguen siendo notorias las diferencias entre los sistemas de protección social y acceso a derechos de los trabajadores en uno y otro continente. Aun sin conseguir producir, y a instancias de los reclamos judiciales, los operarios de Fralib fueron remunerados por Unilever durante parte de la ocupación y reciben seguro de desempleo, señala el reporte.

Menos ventajosa ha sido la experiencia en Grecia. Para Theodoros Karyotis, representante de la asociación de iniciativas solidarias Vio.me, un colectivo de trabajadores en Salónica, sería importante crear una red internacional más estable, que permita a estos emprendimientos apoyarse recíprocamente y crear una voz común.

Con 70 trabajadores, la situación de Vio.me es similar a la de Fralib. Después de un año sin cobrar salarios ni gozar de beneficios laborales, y sin poder acceder al sistema de subsidio al desempleo, los trabajadores decidieron ocupar la fábrica. La empresa, que producía materiales para la construcción civil, hoy ya no posee capital para continuar esa línea productiva y tampoco mercado. “La crisis en Grecia hace que la construcción civil esté totalmente parada”, dijo Karyotis.

Con todo, y bajo el control de sus operarios, la empresa comercializa en la actualidad productos de limpieza con insumos naturales, vendiéndolos de manera informal con apoyo de organizaciones solidarias en distintas ciudades griegas. Además, la cooperativa contempla la figura del “miembro solidario”, integrante de la comunidad que, al adquirir productos, tiene derecho a participar en la toma de decisiones del emprendimiento.

Uno de los países más afectados por la crisis de la zona Euro, Grecia ha visto el surgimiento de diversas experiencias de este tipo, según Karyotis. “Han surgido muchas cooperativas productivas y de consumo. También redes de intercambio y estructuras solidarias, como centros de atención médica gratuita”, aseguró.

Siempre de acuerdo con el reporte publicado por Carta Maior, los griegos propusieron durante el encuentro la creación de un fondo internacional de apoyo a estos emprendimientos solidarios, con recursos de las propias empresas recuperadas y cooperativas, iniciativa que recibió el apoyo de otros trabajadores y activistas, como Benoît Borrits, de la Association Autogestion de Francia.

A pleno vapor

Argentina llevó diversos ejemplos de autogestión. Florecientes en la profunda crisis que el país vivió a fin del siglo pasado y comienzos del actual, las fábricas recuperadas por sus trabajadores se consolidaron, funcionan a vapor pleno, con una importante movilización de operarios, apoyo de las comunidades donde están insertas y amparadas por mecanismos legales que habilitan el pasaje de la propiedad de la fábrica quebrada a sus trabajadores organizados en cooperativa.

Se discutió el caso de la cooperativa Textil Pigüé, localizada en una ciudad de 15 mil habitantes, a 600 kilómetros de Buenos Aires. La cooperativa ha sido depositaria de la escritura traslativa de dominio de bienes y medios de producción de sus anteriores titulares, la empresa textil argentina Gatic. La iniciativa fue presentada en Francia por uno de los operarios de Textil Pigüé, Francisco Martínez: “Este encuentro y este escenario nos recuerdan muchos momentos del inicio de nuestra lucha”. La cooperativa reúne hoy a 140 trabajadores cooperados.

En tanto, los brasileños Vanessa Moreira Sígolo, del Núcleo de Economía Solidaria (Nesol), de la Universidad de São Paulo (USP), y Flavio Chedid, del Núcleo de Solidaridad Técnica (Soltec), de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), compartieron resultados de un reciente relevamiento nacional.

Brasil posee 69 empresas recuperadas por trabajadores en funcionamiento, que actúan en diferentes segmentos como metalurgia, minería, industria textil y otros. El estudio As empresas recuperadas por trabalhadores no Brasil: Resultados de um levantamento nacional (2013) fue conducido por investigadores de diez universidades brasileñas, consolidado a partir de investigaciones de campo, entrevistas con trabajadores y análisis de los resultados.

“La investigación buscó ofrecer al público las experiencias de millares de trabajadores que, a partir de la lucha contra el desempleo, crearon formas colectivas y autogestionadas de producción y trabajo”, dijo Moreira Sígolo. Y aseguró que “las experiencias de autogestión son parte de la historia de resistencia contra la explotación del trabajo y hoy retoman su actualidad frente a las crisis sociales, económicas y ecológicas del capitalismo contemporáneo”.

Durante el encuentro en Gémenos también se presentaron experiencias y opiniones de trabajadores y académicos de México, Italia, España y Turquía.

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